
Hasta donde alcanzo a saber, en Andalucía aun no se cobra nada a los alumnos que lleven la tartera con la comida de casa; por no saber, tampoco sé si se dan casos o no en nuestra comunidad de niños que se vean obligados a llevar tartera al cole.
Pinta muy bien en estas fechas la testosterona española, como demuestran la selección nacional de fútbol, contra Francia y Portugal, el tenista Rafa Nadal y uno que corre mucho con el coche, cuyos éxitos personales todos celebramos como propios.
Suele leerse y escucharse en estos tiempos que con trabajo, sacrificio, esfuerzo y austeridad saldremos de esta crisis financiera. Y me propongo reflexionar hoy, precisamente sobre trabajo, esfuerzo y austeridad.
De cuando en cuando conviene abandonar el ajetreo cotidiano y dedicar unas horas, mejor si son días, a algo tan fácil de hacer, como no hacer nada, estar, como el oso de la foto, simplemente así.
No es la primera vez que mi mirada contempla el lenguaje con sus diversas virtudes y defectos. Las virtudes resultan obvias, los defectos no lo resultan tanto.
No estoy en absoluto en contra de la iniciativa privada, de hecho publico mis miradas en un medio de comunicación de iniciativa privada si bien con clara vocación de servicio público y en uno de mis artículos, Emprendedores: La economía real, reconocía la deuda que tenemos los alhameños con todos cuantos han aunado su trabajo y su dinero para proporcionarnos servicios y productos.