Un fantasma recorre Europa y no es el del comunismo, liquidado hace veinte años, sino el de la desaceleración económica, la recesión y todos los demás ingredientes que esta crisis trae consigo.
Donde se intenta dar cuenta de la evolución de la cosa administrativa española y sus funcionarios pasados y presentes.
Algunas editoriales han conseguido trascender lo comercial y literario y llegar a ser consideradas casi como amigos, o viejos conocidos.
Hubo unos tiempos en los que eramos felices e indocumentados y nuestro ocio se repartía entre la calle, los tebeos, que entonces no eran comics, y la tele.
Me uno simbólicamente al encuentro de los nacidos en los primeros sesenta mediante esta mirada especial mucho más teñida de nostalgia que otras, con el permiso de los lectores, a los que de paso invito a sumarse a este viaje...
Los paisajes que disfrutamos en esta Comarca de Alhama son suficiente razón, solo por ellos, para agradecer a quien prefiera cada uno el hecho de vivir aquí.
Lentas trascurrían las horas desde la diana a la retreta en el cuartel, lentos los días, lentas las semanas... esperando el reencuentro con la blanca. Al menos es lo que supongo que les debió pasar a los jóvenes de los 20 reemplazos que desde que regresé a Alhama, pasaron por los cuarteles.
Que supo ver los desafueros y entuertos destos bellacos, follones y malandrines que dan en llamar mercados, agencias de calificación y bolsas.
Aún no repuesto de las imágenes de la duquesona enamorada y su feliz consorte, me sobresaltan las palabras de cierto político catalán que se lamenta de que los payeses no pueden recoger la fruta, por que no les trae cuenta, mientras a los andaluces nos dan un per para pasarnos la mañana, o el resto de la jornada en el bar del pueblo.
Por mucho que nos empeñemos en llamarla “residuos sólidos urbanos”, la basura, basura es; el eufemismo no atenúa su olor, especialmente en verano. (Imagen de la recogisa de basura en Alhama, años 70/80, foto colección Bruno Sigg)
Batas de cola y camisas con chorreras aparte, en nuestro pueblo existe todo un universo folclórico que debemos conservar y trasmitir a nuestros herederos.