Virgen de Gracia
A quienes conmigo compartieron años de formación en el Seminario de Granada; a quienes a ella dedicaron su gran preparación, su esfuerzo y su tiempo: mi más entrañable recuerdo y mi inmensa gratitud.
Te cambiaría estos versos / por tu dulce sonrisa, / por tu mano en la mía, / por respirar tu aliento.
Tu eres dulce melodía, / que hace mi encuentro tan tierno, / noble mirada y sonrisa, / que remansa en mi alma el sueño…
Gozares en tierna sonrisa / de amor y hechizo tan sincero, / fuerza en raíz de recia vida, / luchando juntos, nuestros sueños.
Para las nuevas generaciones leer un libro «no es una posibilidad ni la consideran para ná divertida», sin embargo, ¿por qué es vital y necesario leer?
Y, los dos juntos, / veremos nuevamente amanecer.
La habitación por de noche era todo techo, y la noche carne y la carne acción. La noche, brava y sin fundamento, pasó como una secuencia sabrosa y extraña.
Y ante su impulso habrán de huir las sombras / el triunfo de la vida / una vez más.