Hace poco estaba sentada a la orilla de la playa, cuando me di cuenta de que no me estaba dando cuenta de las cosas, y fue entonces que descubrí que no sentía preocupación, que la calma me llevaba a parajes que no me sonaban de nada y que aún así me invitaban a quedarme, porque igual la vida es eso, acomodarte en lo incómodo y descubrir que realmente existe la calma.
Para Erich Fromm, el amor es un acto voluntario y consciente de dar y cuidar al otro, en uno de sus libros más destacados.