Te cambiaría estos versos / por tu dulce sonrisa, / por tu mano en la mía, / por respirar tu aliento.
Tu eres dulce melodía, / que hace mi encuentro tan tierno, / noble mirada y sonrisa, / que remansa en mi alma el sueño…
Gozares en tierna sonrisa / de amor y hechizo tan sincero, / fuerza en raíz de recia vida, / luchando juntos, nuestros sueños.
Para las nuevas generaciones leer un libro «no es una posibilidad ni la consideran para ná divertida», sin embargo, ¿por qué es vital y necesario leer?
La habitación por de noche era todo techo, y la noche carne y la carne acción. La noche, brava y sin fundamento, pasó como una secuencia sabrosa y extraña.
Las pasadas fiestas me hicieron reflexionar sobre algo que sí que creo que nos inquieta y desasosiega: es la soledad.
Ya perdí mi caballo de cartón, / queridos Reyes Magos, / con sus bridas de seda, / con sus ojos de ámbar.