Y sin embargo las cifras que interesan a la gente de a pie son las que les permiten intentar llegar a fin de mes y lo único que perdemos son las llaves, o la cartera que puede que ese día, mala suerte, tenga quince o veinte euros.
Es cierto que la situación es bastante mala, sobre todo para las familias que se han quedado sin recursos, sin piso y sin esperanza. Pero a pesar de todo la vida sigue, la gente acude a sus obligaciones o devociones, las madres sacan a sus niños al parque, y la inmensa mayoría de los españoles somos gente honrada que hace su trabajo de la mejor forma posible y con la más exquisita honradez. No, no vivo en un país utópico creado por mí, vivo en Alhama de Granada y soy muy consciente de los problemas que nos aquejan.
Lo que afirmo es que todos no somos corruptos, ineficaces o ladrones, que esa gente es una minoría, cierto que una minoría que se destaca bastante. Pero el camarero que te pone la cerveza en el bar, el funcionario que te da el documento que necesitas, sea de la administración que sea, el maestro que enseña a nuestros hijos o el médico que te atiende en el ambulatorio, todos ellos y mucho más hacen su trabajo con eficacia y honradez.
Luego están esos que todos conocemos que acaparan las portadas de los diarios y las pantallas de la televisión, esa minoría que es cierto que, citando a Machado "…es mala gente que anda y va apestando la tierra".
Esa es la gente interesada en que las cosas vayan lo peor posible, en que la crisis lejos de remitir, aumente, porque el tipo de política que llevan a cabo, la de los neo-conservadores solo se puede aplicar ante un pueblo que se ha rendido. En otras épocas y latitudes, eran los tanques y los fusiles; hoy es el bombardeo continuo de noticias alarmantes y las opiniones que se pueden leer en la prensa de derechas a favor de más recortes, menos derechos y más privatizaciones. El efecto que buscan es conseguir un estado de pánico generalizado que nos lleve a rendirnos ante esas políticas ultra liberales muy efectivas para enriquecer a los ya ricos y empobrecer aun más a los ya pobres. En nuestra mano está dejarnos acongojar o no.
Invito a reflexionar sosegadamente sobre lo que acontece, sin dejarse llevar por la angustia, o el miedo, que son muy malos compañeros de viaje. A pesar de todo, invito al optimismo, sí, con la que está cayendo.
Hoy mismo, al terminar de escribir este artículo he leido una noticia que me ha sorprendido, al hilo de mi columna, y quiero conpartir con vosotros. "Mi puesto de trabajo y mi conciencia valen más que ese dinero" Una limpiadora lleva a la Policía un bolso con 14.000 euros que encontró en un autobús. ¿Qué harían si encontrasen un bolso con cerca de 14.000 euros? Una limpiadora de la Estación de Autobuses de Granada, devolverlo. Lo había olvidado en un autocar una pareja de nacionalidad china que había llegado procedente de Madrid. Palmira Díaz, de 52 años, encontró el bolso con el dinero cuando el pasado martes, sobre las 07.00 horas, adecentaba la parte trasera del vehículo estacionado en uno de los andenes y colocaba sus asientos. "Estaba colocando los asientos de delante hacia atrás y vi que se habían dejado un bolso, lo abrí y me di cuenta de que había mucho dinero dentro", ha explicado Palmira, quien volvió a abrirlo y cerrarlo varias veces porque no creía lo que estaba viendo. La mujer optó por llamar rápidamente a su encargada, Sonia Alonso, ya que no se atrevía ni a salir del autobús con tanto dinero. Cuando Sonia llegó al vehículo avisaron al vigilante de seguridad y fueron con él a una dependencia que la Policía Nacional tiene dentro de la estación. En presencia de Sonia, los agentes contaron los billetes (13.900 euros y 2.900 yuanes), y comprobaron que dentro del bolso también había diversa documentación y tarjetas de crédito. Al cabo de aproximadamente una hora llegó a la estación un ciudadano chino muy nervioso para informar sobre la pérdida del bolso de su mujer, que le acompañaba durante el viaje, y la Policía le hizo entrega del mismo. Según ha explicado la encargada, este ciudadano chino, que al parecer llevaba esa cuantía para cerrar un negocio en Granada, no pudo ni agradecer a Palmira su gesto puesto que ésta continuaba la limpieza en un autobús que debía estar preparado para una próxima salida. Preguntada por lo que se le pasó por la cabeza en el momento de encontrar tal cantidad de dinero, que equivale a más de un año de su sueldo, Palmira es tajante: "Mi puesto de trabajo y mi conciencia valen más que ese dinero". Esta limpiadora, viuda y con dos hijas, una de ellas en paro, ha asegurado que no se siente como una heroína porque cree que simplemente hizo "lo que debía", aunque reconoce que el dinero, dada la situación actual de crisis, le hubiera venido "muy bien". Tanto Palmira como Sonia, protagonistas de este hallazgo que adelanta el diario Granada Hoy, pertenecen a la empresa Limpieza Industrial de Autobuses SL, con sede en Madrid. |
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