No estoy en absoluto en contra de la iniciativa privada, de hecho publico mis miradas en un medio de comunicación de iniciativa privada si bien con clara vocación de servicio público y en uno de mis artículos, Emprendedores: La economía real, reconocía la deuda que tenemos los alhameños con todos cuantos han aunado su trabajo y su dinero para proporcionarnos servicios y productos.
Sin embargo estoy firmemente convencido de que hay algunos aspectos de la actividad económica que creo que están mejor en manos de la res pública, la cosa publica, que en manos privadas: La educación y la sanidad, derechos esenciales, e irrenunciables que deben darse a la ciudadanía sin pensar en el lucro económico; además francamente prefiero estar ante un profesional de la sanidad al que supongo que está ahí, en la res pública por vocación que ante uno que está por la cuenta de resultados, con ser esto último absolutamente lícito, no digo que no.
Y en cuanto a la educación, la cultura y el conocimiento en mi opinión son absolutamente indispensables para situarnos en el mundo en el que vivimos, para saber quienes somos y de donde venimos y especular hacia donde podemos ir. La cultura, igual que la ropa es absolutamente imprescindible y, también como la ropa se puede emplear para distinguirse, singularizarse, otorgarse cierto prestigio o para ir decorosa y decentemente por la vida, además de cómodo. Podemos vestirnos de Giorgio Armani o de marca "la pava", pero lo que no podemos es ir desnudos por la calle, o mejor dicho, podemos, pero ni debemos ni resulta practico. Tampoco tenemos la opción de no intentar en todo momento continuar con el proceso de aprendizaje que supone vivir porque eso supondría quedarnos estancados y no evolucionar como pueblo y como personas.
Reivindico una educación igual para todo el mundo: libre, gratuita y laica; encaminada a formar personas libres, con criterio propio y capaces de tomar las riendas de su propia vida y vivirla según su conciencia. Lo cual no está reñido con formar a la ciudadanía en ciertos valores de respeto a los demás, a las singularidades ajenas y al bien común.
También reivindico el uso lúdico de la cultura y su disfrute en todas y cada una de sus manifestaciones, literatura, cine, teatro, poesía arte...todo un universo a nuestro alcance para vivir plenamente. Es lógico formarse en una disciplina con la meta de ejercer esa actividad y ganarse el sustento con ella, pero también es hermoso el estudiar por el enriquecimiento interior que todo conocimiento supone.
Y para los que afirman que tenemos demasiados derechos, demasiadas universidades y que sobran profesores o que no se pueden pagar les recuerdo que , según la prensa de ayer: Los técnicos de hacienda proponen una bateria de medidas para que el estado recaude 63.000 millones extra. Ahora hace falta que el gobierno le eche valor a la cosa y sea capaz de llevarlas a cabo. Dinero haber, hay, pero lo tienen unos pocos, muy pocos. No es mucho pedir que también las grandes fortunas y empresas paguen la crisis.