Por lo general suelo dejar mi mirada para casi el cierre de la edición, no por pereza o desidia (aunque no soy partidario del estajanovismo, precisamente) sino por ver lo que la actualidad da de sí.
Aunque el calendario dice que estamos en primavera, el tiempo persiste en continuar con un invierno remolón, lo cual no debe ser impedimento para que tomemos conciencia de lo que la primavera significa.
Estos son tiempos difíciles en los que se roba impunemente; pero no más que en otros tiempos aún más aciagos. Ocurre, simplemente, que, tras la caída del bloque soviético, el capital ha perdido el miedo al comunismo y las tímidas concesiones a la clase trabajadora ahora ya no son necesarias.
Nace esta ley con la pretendida intención de ahorrar unos 7.000 millones de euros, y racionalizar el gasto público o, dicho con palabras del propio preámbulo del anteproyecto de ley: "racionalizar la estructura organizativa de la Administración local de acuerdo con los principios de eficiencia, estabilidad y sostenibilidad financiera, garantizar un control financiero y presupuestario más riguroso y favorecer la iniciativa económica privada evitando intervenciones administrativas desproporcionadas".
¿Cómo están ustedes?, preguntaban los payasos de la tele a los que fuimos niños allá por los años setenta. Bieeeeennn, era la respuesta que estos daban. No hace tantos días que tuvo lugar el debate del estado de la nación, y lo único que quedó en claro en éste es quien fue el ganador, Rajoy, dicen los expertos.
Así afirma el dicho popular español, que a los de este país, de ese animalito nos gusta hasta los andares y que de él se aprovecha todo, rabo incluido.
Creo que fue el filósofo Heráclito de Éfeso (535-484 AC) el que dijo que el cambio y el devenir eran el origen de todas las cosas, con lo cual se ve, que estas cuestiones de tradición y evolución vienen de antiguo.
Había decidido en estos días carnavaleros dejar de lado la política y centrarme en temas más agradables; pero la actualidad es la que es, no la que uno desearía.
“Fruto de la vid y del trabajo del hombre”, ninguna definición sobre el vino, ni ninguna frase o dicho célebre, de tantas como hay, me parece más hermosa que esa perteneciente al momento central de la misa.
Grande es la zozobra que sufre el pobre cuando un inesperado golpe de la fortuna cambia su estado. Porque casi nunca es para mejor y cuando ya se está mal, no apetece probar lo peor.
Solía decir mi bisabuelo Francisco, según he sabido por tradición oral, que “de todo probarás y a lo antiguo volverás” por lo actuado por las gentes que ocupan el gobierno, da la sensación de que pretenden que realmente volvamos a lo antiguo.