Como tecleo estas líneas a toro pasado, puedo hacerlo desde la tranquilidad que da saber que ningún niño disfrazado de nada raro llamará a mi puerta a decirme eso de “truco o trato”, que, tras arduas investigaciones he logrado averiguar que es una petición de dulces, golosinas, caramelos o similares.
Como tecleo estas líneas a toro pasado, puedo hacerlo desde la tranquilidad que da saber que ningún niño disfrazado de nada raro llamará a mi puerta a decirme eso de “truco o trato”, que, tras arduas investigaciones he logrado averiguar que es una petición de dulces, golosinas, caramelos o similares.
Afirma el Jefe del Estado que las reformas del presidente Rajoy ya empiezan a dar sus frutos y yo, que estoy a ras de tierra y con los pies en el suelo, no alcanzo a ver tales frutos.
No hablo aquí de ese apartamento que regalaba un programa, ya desaparecido, pero que para los de mi generación fue emblemático; hablo de la genial película de Billy Wilder.
Sorprende a mucha gente la proletarización de este país nuestro, la depauperación de eso que se da en llamar clases medias, el hecho evidente de que aquí lo único que esta medianamente bien repartido es la pobreza, que de eso si que hay suficiente.
Aún recuerdo la primera maquinilla de afeitar que usé en mi vida, de esas de cuchillas recambiables, hoy, como casi todos, supongo, utilizo de esas de usar y tirar, cómodas y prácticas y perfectamente impersonales.
Somos herederos de la cultura grecolatina que fue especialmente adoradora de la belleza, tanto femenina como masculina; no es raro, por tanto, que ese ideal subsista en nuestros días en todos los ámbitos de la vida.
Acaba la semana laboral con este viernes 21 que trae también el fin del verano, al menos desde el punto de vista del calendario y la astronomía, la ciencia que mira más alto.
El 15 de septiembre es el Día internacional de la Democracia, lo cual es bueno recordar, para recordarnos que el ejercicio de ese sistema es algo más que votar cada cuatro años.
No sé si es muy verde el camino de los Ángeles, pero que va a la ermita del mismo nombre, es algo que no se puede negar.
Anda septiembre queriéndose asomar a los calendarios trayendo el otoño de la mano y andan colegiales y estudiantes con esa mezcla de tristeza y alegría que el nuevo curso trae.
Como todos los niños de mi generación, e incluso de generaciones anteriores yo también he jugado a las bolas, a la lima, a batallas campales y a todo cuanto la imaginación o el capricho del momento dictaminase.