Asi fue el encuentro de las generaciones del 60, 61 y 62. 118 con 50 tacos; todo un lujazo


Somos la generación de las pantallas, la televisión en blanco y negro, con el futbol y los toros de los domingos, los chiripitifláuticos, Bonanza y un largo etc., luego la tele en color de las olimpiadas de Montreal 1976, las pantallas del reproductor de diapositivas, los primeros ordenadores, los primeros móviles…

 


Hemos crecido con ellas y forman parte de nuestras vidas, amén de otros aparatos que nos hicieron vibrar con los sonidos que reproducían, tocadiscos, comediscos, reproductores de cintas de casetes, los primeros walkman, y por fin, y la lista sería interminable eso dichosos cedés, que hicieron que mi colección de cintas quedaran almacenadas en una caja de cartón donde seguramente quedaran más que olvidadas.

Todo esto y mucho más somos los que nacimos entre 1960 y 1962, pillamos alguna formación postfranquista, algún palo que otro en la escuela, siempre con cariño y mirando por nuestra rectitud como personas, inauguramos la EGB, donde el idioma moderno era el francés por que el inglés seria antiguo, supongo, inauguramos también el BUP y por qué no, también el COU, para aquellos que siguieron estudiando claro, porque una inmensa mayoría les dio por aprender oficios en las prolíficas escuelas de Formación Profesional, y otros con sus respectivos padres, tíos, vecinos…

Esta es la historia de las 118 vidas que nos juntamos el pasado día 3 de diciembre en el restaurante del cortijo Moyano.

Decorado y presentado primorosamente para tal celebración por sus dueños Manolo y Teresa, que ofrecieron lo mejor de sus casa para que todos los niños y las niñas del Callejón y de la Joya, estuviéramos lo más a gusto posible y doy fe que lo consiguieron.

Una ‘alsina’, porque en nuestra época al autobús se le llamaba “alsina”, nos llevó desde los ‘jardinillos’ hasta el cortijo Moyano, eso sí, en dos viajes por que tanto niño y tanta niña, no cogía en el primero, una vez allí las pandillas del Callejón y de la Joya, sin decirles nada se fueron acoplando en las mesas preparadas para la velada.

Antiguos compañeros de clase, de juegos, de fiestas, de ligues, de ir a poner las trampas, de ir a pescar al baño, de permanencias de los veranos, de las monjas, de ir a la misa de don Antonio a ayudar, de las primeras cervezas a tres pesetas, del cine, de los futbolines de Gregorio, de aquellas tardes comiendo pipas sentados en las vallas del paseo hasta que ya no quedaba ni una niña, de las reuniones en la biblioteca para hacer trabajos de clase, ante la atenta mirada de don Manuel…, en fin de tantas y tantas cosas, que nos faltó noche para recordar tanto.

Unos buenos entremeses para ir haciendo boca y mirar a las mesas a ver quién era una o el otro, un primer plato exquisito, un bacalao guisado que quitaba el “sentío” y entre copa y copa de aranzada y buenos y fríos tercios de cerveza, los comentarios de, mira aquel lo gordito que está, mira aquella como ha cambiado, hombre todos hemos cambiado, mira la otra que bien se conserva… en fin, lo típico, porque todos tenemos las imágenes de nuestra juventud y parece que somos nosotros los que no cambiamos y los otros y las otras, sí.

Tras estas observaciones de caras y cuerpos viene el segundo plato un solomillo a la pimienta que fue apoteósico y el postre de tarta y helado, regado con cava, donde brindamos y brindamos por la vida, por nosotros, por los ausentes debido a diferentes causas, trabajo, lejanía o pocas ganas de celebración, y por supuesto brindamos por los que se han ido para siempre, que también los teníamos en el recuerdo.

Y tras la cena, el divertimento, las organizadoras y almas de esta reunión; María Dolores y Pepi García, nos tenían preparadas un buen número de sorpresas. Primero la presencia en la cena de un maestro entrañable del colegio del Callejón, don Alfredo acompañado por su esposa, él con ochenta y tantos, recordaba uno por uno y una por una a sus alumnos y alumnas, los de la Joya no lo conocíamos tanto, pero fue igual porque esa noche él fue el maestro de todos, aquel maestro que enseñaba, y a la vez se le respetaba, gracias a ellos nosotros somos como somos y siempre les estaremos agradecidos, pues bien después de vestirnos correctamente para nuestra licenciatura en pasarlo bien mientras podamos, don Alfredo nos fue dando nuestro recuerdo de la cena fuéramos del Callejón o de la Joya, un ‘cedé’ con las fotos más entrañables que podía imaginar, y que guardaremos en nuestro corazón mientras existamos, seguro, gracias a las organizadoras por este detalle.

Y la fiesta con nuestros compañeros del grupo musical Conexión y otros agregados, el Pepe Salas, el Indalecio y otros músicos hijos de los componentes de ese grupo que hizo las delicias de las fiestas de nuestra juventud, y con estos ingredientes, la fiesta duro para algunos hasta las tres, para otros hasta las cinco y media y hubo otros que eran las nueve de la mañana y aun tenían los gorros de licenciado puestos en sus cabezas.

Hay que reseñar que hubo asistentes de diferentes puntos geográficos, que acudieron a la llamada de nuestra generación después de años sin vernos llegados de Sevilla, Málaga, Granada y hasta de Cataluña, desde donde aterrizo nuestro amigo Rodri, tras treinta y pico de años sin ver a más de uno de los asistentes.

A todos les deseamos que sigan con ese espíritu joven que derrocharon esa noche y la mejor de las suertes para los años venideros y que les hablen a sus hijos e hijas de sus tiempos de niñez donde todo lo que nos rodeaba, estaba basado en la sencillez, la imaginación y la amistad que eran el pan nuestro de cada día, y que aprendimos a ser felices con muy poco. Y que nos vean, lo grandes que nos hemos hecho en todos los sentidos.

Aquí tienes el vídeo que preparó Rodri con las fotos


Pulsa en la barra del play para ver el vídeo (Duración: 10 m. 32 seg.)

Algunas de las imágenes de este encuentro:



























































La regraduación (pulsa para ampliar)

































































Fotos facilitadas por Rodri y Boti.


     
  QUERIDOS COMPAÑEROS Y COMPAÑERAS, QUE TENGAIS UNA BUENA SALIDA Y MEJOR ENTRADA DE AÑO TODOS, INCLUYENDO AL CONDUCTOR DE LA ‘ALSINA’ QUE TUVO MUCHA PACIENCIA CON TANTISIMO NIÑO Y NIÑA EN ESA NOCHE, Y QUE LOS DEVOLVIÓ SANOS Y SALVOS A SUS CASAS.