De toda la vida se ha llamado emigración a eso de dejar tu tierra y salir a buscarte la vida. O el jornal con que pagar con qué mantenerla.
De toda la vida se ha llamado emigración a eso de dejar tu tierra y salir a buscarte la vida. O el jornal con que pagar con qué mantenerla.
Cuando un granadino piensa en los liberales, el primer nombre que le viene a la cabeza es el de Mariana Pineda.
No es la primera vez que se ha dicho que uno de los errores de las gentes de izquierdas de España ha sido dejar que nos arrebaten la patria los de derechas.
Últimamente no logro ponerme de acuerdo casi ni conmigo mismo.
Creo que la acción que voy a llevar a cabo el 28 de abril se inscribe plenamente en los supuestos que contempla nuestra actual legislación para la legítima defensa.
Tengo amigos de derechas, conservadores, católicos y tradicionales.
Aclaro antes de proseguir que me pronuncio en calidad de humanista, de persona radicalmente centrada en los seres humanos.
Empiezo a sospechar que en España las cosas funcionan más o menos como en el barco de Gep Ganapia.
Todo el personal del tercer dedo, de la séptima planta del hospital del PTS (Parque Tecnológico de la Salud) lo son, sin duda alguna.