Aclaro antes de proseguir que me pronuncio en calidad de humanista, de persona radicalmente centrada en los seres humanos.
Aclaro antes de proseguir que me pronuncio en calidad de humanista, de persona radicalmente centrada en los seres humanos.
Empiezo a sospechar que en España las cosas funcionan más o menos como en el barco de Gep Ganapia.
Todo el personal del tercer dedo, de la séptima planta del hospital del PTS (Parque Tecnológico de la Salud) lo son, sin duda alguna.
No hablo ni de las públicas, ni de las privadas, ni siquiera quiero hablar de centros educativos.
Por la década en la que nací, y tal vez en algún año posterior, los españoles dejábamos la patria chica, los más afortunados.
Supongo que casi toda la gente que escribe tiene unos referentes sobre los que ha edificado su arte, su más o menos arte a la hora de contar y contarse.
No he inaugurado la agenda del 2019 con una lista de propósitos.
Entre otras razones porque la milonga ya la tengo escrita (Milonga del pobre agallas).
Leo esto en Facebook y me digo que ya tengo ‘Mirada’.