Primero yo



Después yo y, si sobra algo, para mí.

 Eso es lo que quieres decir exactamente cuando dices “los españoles primero”. Porque no es verdad que quieras que los españoles, todos los españoles, sean los primeros. Tu no moverías ni un dedo por los españoles de Las Tres Mil Viviendas de Sevilla, ni por los españoles del barrio de la Mina de Barcelona, ni por los del peor barrio de Madrid, que ahora mismo ignoro cual es.

 A ti sólo te causan admiración y respeto los españoles si se llaman Nadal, Osborne, Amancio Ortega...Es decir gente con bastante nivel económico como para no necesitar las ayudas que los emigrantes te quitan a ti, el trabajo que los emigrantes te quitan a ti. Y eso es lo que te duele a ti.

 Si de verdad te preocupasen los españoles, si pusieses a los españoles primero, los defenderías con todo lo que tienes a tu alcance (esos derechos de reunión, manifestación y expresión que aún tienes), y no porque tu hayas hecho nada por tener si no porque a lo largo de la historia de España, esa historia que estoy seguro que apenas conoces, la clase trabajadora se ha empeñado en conseguir, incluso pagando ese empeño con la detención, la tortura, la cárcel y la muerte; por supuesto que me estoy refiriendo a esos comunistas que a ti tanta rabia te dan, porque te van a quitar lo que aún no te han quitado los emigrantes, si llegan al poder. Pues bien, esa es la gente, española y muy española, que en su momento dio la cara, aún a riesgo de que se la partieran, para que tú ahora puedas disfrutar de unos derechos que o ignoras o desprecias.

 ¿Cuándo has hecho algo por la educación pública y gratuita para los españoles? ¿Cuándo por la sanidad? No hace falta que me contestes, casi que lo sé. Tú no eres de esas bobadas propias de rojos, perro flautas y gente de mal vivir. Tú, desde el bar pontificas sobre lo divino y lo humano y solucionas los problemas de España con un tuit, una opinión en Facebook o, mucho mejor aún: compartiendo un bulo que incluso sospechando que no puede ser cierto, y con lo fácil que es comprobarlo, compartes, porque crees que, si no es verdad del todo, coincide con lo que piensas de los extranjeros pobres (si se llaman Messi, Ronaldo o (lo siento pero mi cultura futbolera casi que se acaba ahí) no son extranjeros, que son tus ídolos. Y esos sí que vienen a quitarte todo lo que puedan defraudando a Hacienda. Con esos impuestos que tampoco tú quieres pagar, es con lo que se pagan los profesores que educan a tus hijos, los pediatras que los atienden. Y doy por supuesto que no eres usuario de la educación y la sanidad privadas, porque por el nivel sociocultural que se desprenden de tus opiniones en redes sociales, me da que no puedes permitirte pagar sus costes y te tienes que conformar con llevar a tus hijos a la escuela pública, donde, para tu cabreo, se pueden juntar con niños de otros países, hijos de esos emigrantes que sin saber apenas el español, sin contactos ni conocimientos te quitan el trabajo, las subvenciones y las ayudas que crees merecer. Deduzco que el hecho de que alguien a quien consideras inferior pueda tener una vida digna te provoca ese enorme encabronamiento que se desprende de tus opiniones llenas de mala baba, incorrecciones gramaticales y sobre todo, odio, mucho odio al que no es como tú, al que no es español, español, español ¿acaso no basta con serlo una vez? , al que no es de tu equipo de fútbol, al que no habla con tu acento, (si eres catalán o vasco te reirás de mi acento granadino y en vez de los españoles dirás los catalanes o los vascos primero).

 A mí personalmente nunca me ha incomodado que el que me quite el trabajo haya nacido a tres metros o a cinco mil kilómetros de mi casa, entre otras cosas porque tengo claro que el que quita o da trabajo es el empresario que te contrata o no te contrata. Si otros aceptan sueldos ilegales e inferiores es por tu culpa, por no defender los mismos derechos para todos, sean de donde sean.

 Nunca me ha gustado insultar, pero a ti te voy a llamar con una divertida expresión que he leído en la novela que estoy leyendo: Eres PQNSPUM (Protoplasma que no sirve para una mierda) si de verdad crees que los extranjeros cuyos hijos pagarán nuestras pensiones, vienen aquí a vivir del cuento. Alguno habrá, puede ser, pero muchos menos que los españoles que se dedican a lo mismo. Y ahora no hablo de los políticos, sino de toda esa ralea de tertulianos, monos enjaulados, machos muy machos y hembras muy hembras en perpetuo cortejo sexual, y famosetes por vía genital con los que te se cae la baba. Que, por cierto, todos ellos “ganan” mucho más que un ministro por las chorradas que hacen.