Como ya hace tiempo que no creo en entelequias como Reyes Magos, papás Noeles ni santos Nicolases, me dirijo a ti, no tanto para pedirte nada, como para darte algunos consejos, espero que útiles.
Manda la tradición que en fechas próximas al fin de año se haga resumen de lo que éste ha dado de sí, informativamente hablando. Esta es la última mirada de este 2014 que creo que vamos a despedir sin pena.
No sé exactamente de qué, pero sí sé que la culpa es de las redes sociales, o del wasap, tal vez aún no haya pruebas concretas. Pero ya saldrán.
Puede que nosotros (los de clase trabajadora, los de clase media depauperada, los pensionistas, los desahuciados, los dependientes...los damnificados, en suma) no lo veamos, pero España se recupera y crece.
Desde que en mi lejana infancia la señorita Gloria me inició en los misterios de los palotes y su correcto trazado estoy intentando aprender a escribir.
Sorprende el símbolo, supongo que falangista, de las dos espigas y el martillo; sobre todo por la casi obligada asociación con otro símbolo, el de la hoz y el martillo, que con tanto afán persiguió el régimen.
Entre el revuelo mediático de la duquesa muerta, la folclórica entrando en el trullo y los curas pederastas de Granada, están pasando desapercibidas las fechas de la muerte de Franco y el mes en contra de la violencia machista.
Ningún otro nombre cuadra mejor para el hecho de que un pueblo de ciudad Real fuese cerrado durante un día para que se celebrase una montería.
Según un informe elaborado por Comisiones Obreras, del que da cuenta un diario digital bastante conservador, somos de los trabajadores más pobres de Europa.