A pesar de haber recibido recientemente una notificación en la que determinado ente cultural municipal nos retiraba el permiso para hacerlo.
“En la lucha contra las bestias hay que tener cuidado en no convertirse en bestia uno mismo, si tu mirada se dirige sólo hacia el abismo, el abismo acaba por infiltrarse en ti” (Nietzsche)
Estimado Grupo de gobierno del PP de Alhama: Nada tengo contra vosotros a nivel personal, es más, incluso con algún concejal he mantenido relaciones cordiales a lo largo de toda esta legislatura como él mismo podrá ratificar. No deseo, por tanto, que dejéis el gobierno para pasar a la oposición por razones de inquina, ni siquiera personales. En estos cuatro años en los que habéis gobernado, mi vida personal no se ha visto afectada en demasía ni para bien ni para mal por vuestra gestión.
Hay tantas motivaciones como votantes para votar o no votar determinada opción política y todas ellas legítimas; pero no todas éticas.
Coincidirán conmigo en que al pensar en determinados políticos la primera palabra que viene a la mente es “chorizos”.
No creo que deba haber una razón especial para leer, aparte del goce de la lectura, del disfrute que leer un libro proporciona; pero, hay libros, que además de ese disfrute, consiguen que siga confiando en la humanidad.
Una pregunta que nos hacíamos los alhameños apenas hace una semana, tras la muerte de la madre de nuestro compañero Pablo y que nos hemos vuelto a formular ayer mismo al despedir a Lucas.
En algún tiempo, no tan lejano, el legislador pensó que era buena cosa que los jueces se dedicasen únicamente a juzgar y hacer cumplir lo sentenciado, para lo cual legisló en tal sentido y desjudicializó el registro civil, cuya llevanza desde 1871, más o menos, había sido encargada a jueces y magistrados sin que estos en ningún momento diesen muestras de estar agobiados por la tarea de registrar y conservar nacimientos, defunciones, casamientos (y divorcios en las épocas en las cuales era legales) y tutelas y representaciones legales.
No sé si por mi afición al flamenco, tengo cierta simpatía por Rafa Nadal, tenista que se parece al cantaor Miguel Poveda. Aunque ciertamente no estoy al tanto de sus méritos deportivos, más que nada porque mi afición al tenis visionado es bastante escasa.
Estoy llegando a la conclusión de que en este bendito país nuestro, hablo de España, para que se me entienda, existe una desaforada cantidad de expertos de todo, y cuando digo de todo, quiero decir de todo.