Como en la canción de Aute, han sido bastantes los alhameños de fuera que pasaban por aquí y han decidido llegarse hasta nuestra redacción para conocer Alhama Comunicación por dentro.
Han querido conocernos y dejarnos su presencia y palabras de ánimo y apoyo para contarnos que, gracias a nuestro trabajo, están en contacto con nuestro pueblo y su comarca. Naturalmente, esto además de alegranos, nos sirve de incentivo para entregarnos más, si cabe, a la tarea de ser reflejo de la realidad de nuestro pueblo y Comarca de Alhama y puerta abierta de par en par por la que entra mucha gente que no está físicamente en ella, para estar al tanto de lo que por aquí pasa. Es,,naturalmente, una alegría saber que hay quien agradece nuestro trabajo, pero también supone una carga adicional de responsabilidad para todos los que en esta casa colaboramos para no defraudar a esa gente que nos sigue tanto desde aquí, como en la distancia.
Pero no quiero desaprovechar la oportunidad de dejar constancia de una cierta envidia, sana, hacia esa gente que ha llegado casi por primera vez a nuestro pueblo, o después de muchos años lejos de él, y han podido verlo, disfrutarlo, sentirlo y vivirlo con las sensaciones de la primera vez, con la mirada del que contrasta recuerdos de la niñez con la realidad que ahora ofrece nuestro pueblo, nuevo para ellos, y que he querido reflejar en estas miradas que empecé a escribir precisamente para ese fin. Mi mirada, después de más de treinta años, ya no es nueva, por eso mi sana envidia hacia quienes han podido ver Alhama con ojos nuevos.
Cada una de las personas que han visitado nuestro pueblo y nuestra redacción daría no para una mirada, sino para un libro entero, porque todas tienen detrás la historia y las vivencias de una persona que en determinado momento se vio obligada a abandonar nuestro pueblo, casi siempre por motivaciones económicas. Con nueve meses, como en mi caso, con poco más de veinte años, caso de mis padres y tantos otros que por los sesenta o setenta tuvieron que dejar nuestro pueblo, o con ocho años, caso de Antonia, una de las alhameñas que ha querido conocernos. En cada caso el recuerdo es distinto, muy distinto y muy diferentes las vivencias en el lugar de acogida.
Y eso es lo que han querido contarnos quienes han visitado nuestra redacción, el lugar donde se hace posible que Alhama y su Comarca esté presente allí donde haya quien se sienta alhameño por nacimiento o por elección: nos han hecho saber sus historias personales y familiares, nos han recordado a sus abuelos que tuvieron que sufrir el exilio político, caso de Antonio Navarrete Polo, dirigente socialista republicano y abuelo de una de nuestros visitantes o a quien destacó en nuestro carnaval en tiempos de la República, como Joaquín Rodríguez Calvo “Joaquinillo el Charol”, también abuelo de nuestra amable visitante. Cada una de esas personas trae sus recuerdos y emociones intensas y eso es lo que han compartido con nosotros, eso y el deseo de volver a nuestro pueblo, del cual, me consta, hay quien se ha ido llorando, pero con ganas de regresar de nuevo.
El hecho de que haya quien ha decidido visitar nuestra redacción es pura anécdota, lo que realmente importa y es lo que me ha llevado a dedicar al tema la mirada de hoy es el cúmulo de emociones, vivencias, recuerdos y sorpresas que les ha deparado a esa gente esta Alhama de nuestros sueños y desvelos que entre todos hemos contribuido a hacer a lo largo de estos más de treinta años y que ha ofrecido su cara más amable, la de la cordialidad, la hospitalidad y la buena acogida que los alhameños sabemos dar a quienes nos visitan , y así nos lo han contado.
Sirva esta mirada de hoy, de agradecimiento a quienes han decidido conocernos y dejarnos sus comentarios y vivencias. Y muy especialmente a Fermín y Antonia con los que hemos tenido oportunidad de compartir algunos momentos de cordial charla y de repaso de recuerdos y vivencias.
Sinceramente agradecido en nombre de Alhama Comunicación a todos les decimos, regresad cuando queráis, aquí tenéis vuestra casa.