Pese a que no soy especialmente aficionado al mundo del motor, ni de cuatro ni de dos ruedas, tengo un acierta sensación de pérdida tras la muerte de Ángel Nieto.
Quien tal cosa hace, según el dicho popular, es persona excesivamente tiquismiquis, es decir, dada a hacer reparos y escrúpulos en cosa de escasa importancia.
Creo que llevamos suficientes años, miles de años, despojados de la animalidad e instalados en la humanidad como para poder dejar de lado los aspectos más animales de nuestra especie.
No diré que se deba interpretar como otra de las señales del fin de los tiempos, pero que el presidente de la CEOE y yo estemos de acuerdo en algo, es raro, raro.
El hecho de que Antonio García-Trevijano Forte haya nacido en Alhama y se declare de Órgiva, o de donde a él le plazca, no me parece razón suficiente para no hacerlo hijo predilecto.