El hecho de que Antonio García-Trevijano Forte haya nacido en Alhama y se declare de Órgiva, o de donde a él le plazca, no me parece razón suficiente para no hacerlo hijo predilecto.
Ser anti sistema sí que me parece motivo suficiente para poner en duda su idoneidad como hijo predilecto de un pueblo al que con su forma de pensar ha insultado, sobre todo al 76,1 por ciento de los alhameños, porcentaje que acudió a votar en las últimas elecciones municipales. Quien piensa que “en los partidos sólo creen los aprovechados y los tontos de remate, como los que votaron a Sánchez” http://www.elespanol.com/espana/20160116/94990518_0.html, ni puede ser hijo predilecto de un pueblo que cree en los partidos y acude a votar para expresar de ese modo su apoyo a este sistema que tenemos, y que soy el primero en reconocer que es mejorable, pero dudo mucho que se pueda mejorar partiendo del presupuesto de que “España es un país de traidores, de pícaros sin sentido del honor”.
Vaya por delante de que no juzgo el pensamiento político del propuesto como hijo predilecto, incluso puedo llegar a simpatizar con alguna de sus propuestas. Lo que sí afirmo rotundamente es que es una contradicción que un Ayuntamiento constitucional y democrático, compuesto por concejales de tres partidos políticos diferentes otorgue honores a quien postula que no vote nadie, y que considera al actual sistema en el que nos desenvolvemos una partidocracia, un Estado de los partidos indeseable que hay que superar para llegar a un República presidencialista, como la de los Estados Unidos o Francia.
Nada en ello es censurable y se puede estar de acuerdo con algunos de sus postulados, sin embargo yo, como tonto de remate, ya que jamás me he lucrado de la política, no entro en la categoría de los aprovechados, luego tengo que ser tonto de remate, ruego a mi equipo de gobierno, que tengan a bien considerar si este personaje lleno de luces, sí, pero también de sombras , merece de verdad ser considerado hijo predilecto de un pueblo que votó mayoritariamente, el 76,1 por ciento de los llamados a las urnas la última vez acudió a elegir a sus representantes y votó al equipo de gobierno que quiere conceder el honor de hijo predilecto a quien, honestamente, creo que no lo merece, no por sus ideas, algunas de la cuales comparto, si no por el evidente desprecio que manifiesta hacia quienes creemos que los partidos políticos sí que nos representan, hacia el pueblo español “país de traidores y pícaros sin sentido del honor”.
Nada tengo en contra de sus postulados, e incluso reconozco sus méritos como intelectual y estudioso de la Historia, la Política y el Derecho Constitucional. Pero, insisto en que quien desprecia el sistema político actual no puede ver reconocida esa labor con distinciones honorificas y mucho menos por un ente, como un Ayuntamiento democrático en el cual todos sus integrantes han jurado “lealtad al rey y guardar y hacer guardad la Constitución como Norma Fundamental del Estado”
Que tienen la mayoría para hacerlo, la tienen, que si se empeñan pueden, pueden, pero otra cosa es que ese reconocimiento pueda suponer un agravio comparativo para todos los que creemos en los partidos políticos y, por tanto, hemos votado a los componentes de ese Ayuntamiento. Creo que vale la pena considerarlo.
Si bien sé que lo único que voy a sacar de esta mirada es las descalificaciones del grupo de entusiastas seguidores del repúblico, como las que ha tenido mi pisano y amigo José Antonio Arjona Muñoz al que desde aquí trasmito mi apoyo, solidaridad y aprecio.