En algún tiempo, no tan lejano, el legislador pensó que era buena cosa que los jueces se dedicasen únicamente a juzgar y hacer cumplir lo sentenciado, para lo cual legisló en tal sentido y desjudicializó el registro civil, cuya llevanza desde 1871, más o menos, había sido encargada a jueces y magistrados sin que estos en ningún momento diesen muestras de estar agobiados por la tarea de registrar y conservar nacimientos, defunciones, casamientos (y divorcios en las épocas en las cuales era legales) y tutelas y representaciones legales.
En aquellos lugares en los que no había juzgados de primera instancia, existían juzgados de paz en los cuales la llevanza era delegada a los jueces de paz que de esta forma simultaneaban los cargos de juez de paz y encargado del registro.
Cuento para dormir niños. O no...
Pero habíamos dicho que el legislador pensó que tanta carga era mucha para jueces y magistrados y liberó a los juzgados de ella. Lo malo es que el legislador de esa época no legisló sobre el destino del registro civil, no puso negro sobre blanco y en el BOE quien demonios iba a llevar la llevanza. Pasó esa legislatura y llegó otra, con los consecuentes cambios de legisladores y estos pensaron que quien mejor puede registrar los asuntos civiles es quien ya lo hace con los de la propiedad y mercantiles, de forma que el 4 de julio de 2014 el Consejo de Ministros “a propuesta del ministro de justicia, ha aprobado hoy que sean los registradores mercantiles quienes en el futuro se encarguen de la gestión de los registros civiles. El Real Decreto-Ley por el que se reforma la ley de 2011 sobre registros civiles en la que ya se dio luz verde a su desjudiciliación, indica que en julio de 2015 entrará en funcionamiento una plataforma digital para la tramitación de certificados y expedientes”.
En la nota de prensa que el autor de este cuento ha consultado para escribirlo, se dice que “los trámites seguirán siendo gratuitos para el ciudadano” pero en ningún caso se hace referencia a la gratuidad de las certificaciones a que dichos trámites den lugar. Para quien en cualquier momento haya solicitado una literal de nacimiento, por ejemplo para solicitar el DNI la diferencia entre el trámite del registro del nacimiento y la solicitud de la literal es más que evidente. ¿Cobran los funcionarios de justicia por las literales? No, ¿cobran aranceles los registradores de la propiedad por los asientos y certificaciones? Si. Como en los tiempos en los que los hechos contados acontecían, era notoria la capacidad de los gobernantes y firmantes del BOE para decir una cosa y hacer todo lo contrario, hubo una fuerte contestación a esa supuesta gratuidad de todos los trámites y se daban cifras elevadas para la obtención de los preciados documentos acreditativos que las distintas administraciones piden. Pero el autor de este cuento no entra en guerras de cifras y sigue con su cuento.
Por la misma época sucedió que el legislador cambió la Ley de Enjuiciamiento Criminal y eliminó las faltas del Código Penal, pasando estas a ser delitos leves, que ya no son competencia de los Jueces de Paz. Lo cual se traduce en la vida de los habitantes de pueblos pequeños en que deberán acudir a Juzgados de Primera Instancia a solucionar sus asuntos en los que intervengan insultos, amenazas y coacciones, (la típica pelea verbal surgida en un acaloramiento).
Tenemos aquí que los registros civiles pasarán el 15 de julio a manos de los registradores, que los delitos leves serán competencia de jueces de primera instancia, todo lo cual se verá reflejado en más gastos para ciudadanos que ya están con el agua algo por encima del cuello, y a todo esto hay que sumar los gastos que ha ocasionado digitalizar los libros de registro e implantar Inforeg (más de 130 millones de euros de dineros públicos), trabajo que ahora beneficiará a los registradores mercantiles. Sin embargo nada de todo esto parecía preocupar a los habitantes de ese lejano país de este cuento, más ocupados en los pijamas de una famosa por vía matrimonial que en los asuntos propios.
Pero con todo, no acaban aquí los temores de este cuentista. Cualquier pareja que haya registrado el nacimiento de una criatura en los últimos tiempos habrá tenido que rellenar un cuestionario prolijo aportando toda clase de datos para el Instituto Nacional de Estadística y sabrá que tales datos en manos de empresas de seguros, publicidad o de todo tipo son una información que vale su peso en oro. Hasta ahora quedaban en manos de los funcionarios de justicia que hacen su trabajo y cobran por él de los presupuestos del estado, a partir de ahora pasarán a manos de funcionarios públicos, los registradores mercantiles lo son, pero que obtienen sus ingresos de una gestión privada de los registros. En la vida real no dudo de la honorabilidad, integridad, y honradez de todos los registradores mercantiles, pero como esto es un cuento puedo permitirme creer que alguno no resista la tentación de obtener un lucro extra con la venta de estos datos. No se compra ni se vende el cariño verdadero, dice la copla, pero todo lo demás tiene su precio. Y el de la información no es de los más baratos.
Pero ya digo, niños, que esto es sólo un cuento y que en la vida real el registro continuará siendo gratuito, la plataforma digital para la tramitación de certificados y expedientes a partir de julio de 2015 funcionará a la perfección, nunca se colapsará ni se colgará, no habrá atascos, todo será gratuito, el lobo feroz se casará por lo civil con Caperucita Azul, los cazadores serán los padrinos de la boda, Blancanieves y los siete enanitos se afiliaran a UPyD y otra serio de hechos de feliz recuerdo que ya iremos contando. Niños, podéis dormir tranquilos que el Gran Mariano vela por vuestros sueños.
Dedico este cuento con todo mi cariño a todos los funcionarios de Justicia y jueces de paz y encargados del registro.