Una tarde lluviosa de otoño de 1976, Ignacio fue con sus padres a casa de su tía Carmen. Mientras los mayores charlaban, el chaval, de seis años, jugaba con su primo Javier, un año menor. A Ignacio le gustaba ir a jugar a casa de su primo, porque tenía muchos más juguetes que él.
Soñé que la verdad hacía al hombre libre. / Vi caminar unidas la justicia y la paz. / Cada cual se ganaba el pan que se comía. / Y a nadie le faltaba donde ganar su pan.
A la Coral Ciudad de Alhama que, en forzado silencio musical desde hace un año, espera ansiosa el momento de volver a ofrecer su canto, de volver a vivir la música.
Manuel, un hombre con aspecto de clase trabajadora y temeroso de quien, seguro de su honradez sabe que a veces eso no es suficiente en esa España de valores “imperiales”.