Es que no paran de darnos disgustos entre unos y otros, que si no pagamos impuestos, que si vendemos los ordenadores que en la escuela facilitan a nuestros hijos, que si somos vagos, subsidiados y con un acento de chiste y todo lo que se les ocurra, por que seguro que de los andaluces se ha dicho, para bien y para mal, todo.
Es que no paran de darnos disgustos entre unos y otros, que si no pagamos impuestos, que si vendemos los ordenadores que en la escuela facilitan a nuestros hijos, que si somos vagos, subsidiados y con un acento de chiste y todo lo que se les ocurra, por que seguro que de los andaluces se ha dicho, para bien y para mal, todo.
Una de las consecuencias de las mejoras en medicina y calidad de vida que experimentamos los habitantes de la zona vip del planeta es el incremento de la esperanza de vida, lo que en un castellano más sencillo es que vivimos mas años y esos años de más los vivimos mejor. Cosa que es buena para todo el mundo y especialmente agradable cuando se empieza a tener ya una cierta edad.
Alfonso X el Sabio estableció en el Libro de las siete Partidas que el lugar en el que se ubicase un centro docente debía ser abundante de pan y vino y de buenos aires y lugares de ocio, " porque los maestros que muestran los saberes et los escolares que los aprenden, vivan sanos et en él puedan folgar et recebir placer a la tarde cuando se levantaren cansados del estudio".
Hubo un tiempo no tan lejano en el cual esto de escribir era relativamente sencillo: bastaba con saber la gramática y la ortografía castellana para poder defenderse y contar, más o menos, lo que uno pensaba. Hoy, además de conocer las reglas del idioma hay que conocer las reglas de lo políticamente correcto y acordarse en algunos casos de inventos salidos de sabe Dios donde…
Dentro de unas horas, cuando el calendario señale el 30, hará cien años del nacimiento de Miguel Hernandez, ausente y olvidado en estos tiempos en los que cualquier evento traído de allende los mares alcanza notoriedad en detrimento de aquello que es propio de nuestras tradiciones.
Recién iniciados los años sesenta, mi madre lavaba mis pañales y mantillas en un barreño en la calle, para la ropa de más tamaño tenía que ir al río, como detalle colorista añado que la ponía a secar en un prado cercano. Por la época, lo corriente del agua es que no lo fuera en las casas. La infraestructura necesaria para llevar el agua a todas las casas se había realizado, pero pocas eran las familias de la Joya que podían pagar la obra de reforma necesaria para tener agua del "ayun", en casa. Había, eso si, caños, fuentes y pilares donde abastecerse.
Se insiste mucho en esta época nuestra de lo políticamente correcto en que el lenguaje es sexista y machista, no es lo mismo un hombre público que una mujer pública, por ejemplo; la lengua simplemente recoge lo que la parte de la sociedad capaz de imponerse, piensa.
La carpetilla debajo del brazo, tras haber repasado que no falta ningún papel y haciendo cola en la "oficina del paro"; la situación no es novedosa para los trabajadores cotizantes del Régimen Especial Agrario que viven de los jornales del campo y el Ayuntamiento y los 6 meses de prestación por desempleo. El resto de los 6 meses toca estar a la que salga y seguir cotizando a la Seguridad Social, "pagando el sello".
A lo largo de estas miradas mías vengo insistiendo en que estamos mejor ahora de lo que estábamos hace unos cuantos años, hay, sin embargo un aspecto de nuestra vida cotidiana en la que hemos empeorado y es el de la falta de una emisora local, hecha por y para jameños. La hubo en su tiempo y fue Radio Alhama, algo más, mucho más que una radio.
Creo que es Serrat en una de sus canciones el que dice que "la vida te la dan, pero no te la regalan"; y es que que, no nos toca otra que trabajar para ganarnos el derecho a vivir, o si no el derecho, que ese lo tenemos, si el dinero necesario para hacer efectivo ese derecho.
En uno de mis viajes a Alhama, creo que fue en el año 79 u 80, encontré una revista que me llamó la atención, era una publicación modesta en lo material pero de gran calidad en el resto de los aspectos, Marchán. Lo que mas me sorprendió fue la larga vida que llevaba esa revista tras de si: por lo general ese tipo de iniciativas duran bastante poco.