Ya tenemos todos los datos sobre la mesa; las propuestas y programas de los partidos políticos que aspiran a gobernar nuestros pueblos en los próximos cuatro años, hoy es el día en el que debemos reflexionar sobre todo lo visto, oído y leído para otorgar nuestro consentimiento para ser gobernados, que ese es el sentido último del voto, consentir, aceptar legitimar el hecho mismo de que nos gobiernen y elegir a quienes van a hacerlo.
Cumplidor de las leyes como soy, me pongo en la postura clásica de la reflexión, esa que dejó para la posteridad la obra, El pensador, del escultor francés Auguste Rodin, y reflexiono largamente, tomo nota de lo que han dicho unos y otros, releo los programas de los partidos que en mi municipio se presentan, que tengo aquí, al lado del teclado para poder consultarlos y no reflexionar de oídas. Porque, por lo general, lo que se oye es fugaz, pasajero, volátil; solo lo escrito permanece.
Queda ahora decidir qué de lo leído me resulta más convincente, más acorde con mis deseos y expectativas para mi pueblo, que como soy un tipo de lo más común, creo que coinciden con lo que desean todos mis paisanos y que se resume en que todos podamos vivir lo mejor posible, con todas las necesidades básicas cubiertas, y, a partir de ahí, con un razonable nivel de ocio, acceso a la cultura, la diversión y el esparcimiento.
Esas son las cosas que tengo en mente a la hora de decidir mi voto en unas elecciones municipales, quienes de mis paisanos van a gestionar los recursos, como los van a gestionar para que nuestra vida, la mía y la de mis paisanos sea la mejor posible.
Naturalmente que tengo otras apetencias, mucho más abstractas, poder cambiar al jefe del estado cada cuatro años, al jefe del estado y no solo al jefe del gobierno; pero esto, ahora, mañana, no toca; mejorar la ley electoral, también es una apetencia mía, limitar el número de horas que trabajan los que trabajan, y los años, para que se reparta el poco trabajo que hay, también es una apetencia; pero tampoco toca mañana.
Reflexionado, reflexionado, ya he llegado a la conclusión de cuál es la candidatura que mejor puede gestionar la cosa municipal. ¿Y usted?.
Queda ahora decidir qué de lo leído me resulta más convincente, más acorde con mis deseos y expectativas para mi pueblo, que como soy un tipo de lo más común, creo que coinciden con lo que desean todos mis paisanos y que se resume en que todos podamos vivir lo mejor posible, con todas las necesidades básicas cubiertas, y, a partir de ahí, con un razonable nivel de ocio, acceso a la cultura, la diversión y el esparcimiento.
Esas son las cosas que tengo en mente a la hora de decidir mi voto en unas elecciones municipales, quienes de mis paisanos van a gestionar los recursos, como los van a gestionar para que nuestra vida, la mía y la de mis paisanos sea la mejor posible.
Naturalmente que tengo otras apetencias, mucho más abstractas, poder cambiar al jefe del estado cada cuatro años, al jefe del estado y no solo al jefe del gobierno; pero esto, ahora, mañana, no toca; mejorar la ley electoral, también es una apetencia mía, limitar el número de horas que trabajan los que trabajan, y los años, para que se reparta el poco trabajo que hay, también es una apetencia; pero tampoco toca mañana.
Reflexionado, reflexionado, ya he llegado a la conclusión de cuál es la candidatura que mejor puede gestionar la cosa municipal. ¿Y usted?.