Todo hombre civil que sea noble y entero está predestinado a la soledad senil; su vejez será un trágico aislamiento… ¿Hay nada más grande y más heroico que un anciano vigoroso que se mantiene defendiendo su soledad? (Unamuno, 1918)
El carácter efímero e inexorable del tiempo en nuestras vidas se representa en la poesía de Antonio Machado.
“… ¡Alma del siglo! ¡Aplauso, delicia, asombro de nuestra escena!...
Eres un monumento sin tumba, y vivirás mientras viva tu libro y haya inteligencia para leerlo…” (Ben Jonson).
El filósofo y pedagogo, nacido en la localidad malagueña de Ronda y sobrino del político Antonio de los Ríos Rosas, obtiene la licenciatura en Derecho en la Universidad de Granada.
Santa Teresa, nació en Ávila en 1515 en el seno de una noble familia. Dotada de gran fantasía, manifestó desde su más temprana edad gran predisposición hacia la aventura.
Ángel Ganivet abandona Helsingfors y se va a vivir a Riga, donde asume el puesto de cónsul el 10 de agosto de 1898. Es tal el estado de postración en que se encuentra a su llegada a Riga que sólo gracias a su profundo estoicismo puede contemplar el mundo desde una perspectiva distante y sarcástica.
Aunque Erasmo de Rotterdan es uno de los humanistas más preclaros del Renacimiento, cuya amistad se disputaban reyes, papas y personajes de la política, gozará en España de mayor crédito intelectual que en ningún otro país europeo.
“La más interesante labor que tiene todo hombre genial es mirar y comprender lo que hay dentro de sí y contarlo y escribirlo con una insobornable verdad.” Lema presente en la vida y obra de Tolstoi, cuya preocupación constante fue presentar al mundo su realismo angustioso.
“Platero y yo” es, sin duda, una obra de creación muy importante en la vida y en la obra de Juan Ramón Jiménez y donde reconstruye, desde la perspectiva real del hombre adulto, la visión mágica de la infancia. Moguer se describe en sus páginas con esa sencillez de lo cotidiano en su más justa dimensión humana.
1931, 1932, 1933… Esa curva marcada con fechas, en la Orihuela de la juventud del “horno” y su muchacha, llevaba asimismo bordado en el corazón un signo: el querer.
Federico canta a la virginidad bajo diversos puntos de vista. Todos ellos impregnados del más recio españolismo. La santa, la muchacha mancillada, la casada frustrada…Todos han sido cantados por el poeta, cuando esta virtud se ha visto atropellada.