Un árbol por cada cinto negro, y van diez

Los árboles, símbolos universales de vida y fortaleza, conectan directamente con los valores del karate.

 El club deportivo Alhama-Ippon mantiene viva una iniciativa tan sencilla como cargada de significado: plantar un árbol por cada alumno que alcanza el cinturón negro de karate. Una idea impulsada por su sensei (先生), Antonio Mateo, que ha encontrado en la naturaleza el reflejo perfecto del espíritu marcial.

 Con la llegada del décimo cinturón negro, el maestro ha querido hacer balance y mostrar el lugar donde ya crece este pequeño bosque simbólico. Cada árbol está acompañado de una placa con el nombre de su Kuro-Obi, de modo que el esfuerzo de cada karateka queda enraizado y visible, convertido en huella viva que seguirá creciendo con el paso de los años.

 Los árboles, símbolos universales de vida y fortaleza, conectan directamente con los valores del karate. Como recuerda el propio dojo, en el camino marcial —igual que en la vida— debemos aprender a ser como ellos:

- Firmes en las raíces, como los valores del tatami: honor, respeto y disciplina.
- Flexibles en las ramas, capaces de adaptarnos a los desafíos de cada momento.
- Siempre en crecimiento, sin dejar nunca de aprender, dentro y fuera del dojo.

 Más allá de lo simbólico, esta acción es también una contribución real al medio ambiente. En tiempos en los que los incendios devoran montes y bosques, iniciativas como esta recuerdan que el ser humano puede elegir: mientras unos destruyen, otros plantan.

 El ejemplo de Alhama-Ippon demuestra que el karate no se limita a la práctica física o a la competición. Es un camino que trasciende al tatami y que, a través de gestos como este, se convierte en un compromiso con la vida, la comunidad y la naturaleza.

 El crecimiento de este bosque de cinturones negros puede seguirse en https://alhama.com/digital/deportes/artes-marciales

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