La cooperativa Los Tajos pone en marcha un novedoso servicio para el autoconsumo de aceite



Con capacidad para cuatro operaciones simultáneas y las más modernas técnicas de elaboración, de la llamada maquila.



 El proceso de la maquila es fácil de entender, se trata de que cada agricultor pueda molturar su propio aceite, para consumo propio, ya que la venta o distribución no están permitidos, sin que se contamine con el del vecino o con otros, y así, cada uno pueda disfrutar de la calidad que haya aplicado a la producción de su olivar, por eso, igualmente, el número de kilos por agricultor también es limitado.

 Aunque el sistema maquila es antiguo, ahora, la automatización, ha hecho que el proceso sea aplicable de forma cómoda y rápida, por lo que se ha tenido que invertir una cantidad importante para poder llevarlo a cabo, con las nuevas tecnologías y que, en un par de horas se realice el proceso.

 La Sociedad Cooperativa Andaluza Agrícola Los Tajos, de Alhama de Granada, acaba de instalar una línea de molturación de aceitunas, para la obtención de aceite destinado exclusivamente al autoconsumo.

 Con ello, ofrece otro servicio más a todos los olivareros de la comarca que quieran saborear el aceite de su propia cosecha. Esto, siempre según la normativa vigente que entre otras indicaciones prohíbe la venta y/o distribución del mismo.

 
Los interesados pueden contactar con este servicio en el teléfono 958 350 311 o en las oficinas de la cooperativa en horario de oficina de 8:30 a 14:00 horas y de 16:00 a 19:00 horas, ya que es necesario pedir cita previa.

 

 El sistema utilizado por la Cooperativa Los Tajos tiene capacidad para molturar las aceitunas de cuatro agricultores al mismo tiempo, cada una de ellas en un proceso separado, sin contaminación alguna, ya que son cuatro máquinas diferentes, con capacidad de 750 kilos por cada una de ellas. Con un proceso de limpieza automático al finalizar cada operación, todo controlado por ordenador y sin que intervenga la mano humana, sólo en el vaciado de las aceitunas y en la recogida del aceite final en sus respectivos envases según normativa, los cuales se etiquetan con las características propias del producto obtenido en cada lote o proceso.

 En palabras de Agustín Peláez, el tiempo lo cambia todo. Cambia a las personas y las costumbres. Hasta tradiciones que parecen inamovibles terminan por desaparecer casi por completo. Pero algunas vuelven a resurgir con los años. En el mundo del olivar, uno de los más representativos de Andalucía y por supuesto en nuestra zona, ya que se trata de uno de los cultivos más importantes, hubo una época no tan lejana en la que era una costumbre habitual en muchas familias con olivos destinar parte de la producción de aceitunas a producir aceite de oliva propio para consumir en la casa. La aparición de las cooperativas olivareras supuso un cambio en esta tradición. Los agricultores entregaban el fruto, pero no recibían su propio aceite. Muchas familias optaron entonces por acudir a almazaras privadas para obtener el zumo de sus aceitunas. Esa tradición se ha conocido como maquila, que no es otra cosa que la porción que corresponde al agricultor por la molienda para producir su propio aceite, una práctica que seguro vuelve a recuperar adeptos.

 Con nuestro agradecimiento a Juan Carlos Cortés, experto en la materia, que nos explicó detalladamente todo el proceso de la elaboración y del funcionamiento del sistema, y a la Cooperativa Agrícola Los Tajos las facilidades prestadas.

Las instalaciones




















Fotos: Adam Kandadi