Desde hace unos días llevo en la muñeca derecha una banderita de la Segunda República Española, haciendo compañía a un coletero, les juro que es un coletero, rojo.

Ya no hay expositores de cintas de casete.

Todos hemos escrito eso alguna vez en redes sociales.

Ya en tiempos de Goya cumplía el personaje la misión de asustar a niños desvelados.

Echo de menos a mucha gente y muchas cosas.

“Mami, ¿qué será lo que quiere el negro?”

Sucede, más a menudo de lo que quisiera, que la realidad me fatiga.

Efectivamente, me refiero a esa fiesta.