La Subdelegación del Gobierno de España en Granada las sigue reconociendo ¡han pasado 70 años!
Granada se vistió de gala y memoria el pasado miércoles 4 de junio de 2025. La Subdelegación del Gobierno de España se convirtió en el escenario de un acto cargado de simbolismo y justicia histórica: la entrega de los galardones "Granadinas por la Libertad". En su séptima edición, esta iniciativa, nacida en 2018, reafirmó su compromiso de rescatar del olvido y poner en valor las trayectorias de mujeres que, con su valentía y visión, han sido cruciales para el desarrollo democrático, social y cultural de la provincia.
El subdelegado del Gobierno, José Antonio Montilla, acompañado por la catedrática de Didáctica de la Literatura de la Universidad de Granada y presidenta de la Asociación Andaluza de Escritores y Críticos Literarios, Remedios Sánchez, presidió una ceremonia que fue mucho más que una simple entrega de premios. Fue un acto de "necesaria reparación y justicia", como subrayó Montilla, para tantas mujeres valiosas, pioneras en sus respectivos campos, que han sido "sistemáticamente invisibilizadas y silenciadas". Ambos anfitriones coincidieron en destacar "la fuerza transformadora de estas mujeres que, muchas veces desde el silencio o el anonimato, han sido fundamentales para conquistar derechos y abrir espacios de igualdad". En sus palabras, "reconocer a quienes abrieron camino desde el compromiso, la valentía y la lucha por la igualdad es también una forma de construir democracia".
Y entre esas luces que iluminaron el camino hacia una sociedad más equitativa, el foco de este homenaje brilló con especial intensidad sobre un colectivo que encarna la audacia y el espíritu de superación en el ámbito deportivo: el Equipo Femenino de Balonmano de Alhama de Granada, cuya actividad principal se desarrolló entre 1964 y 1971.
Las guerreras de Alhama: Cuando el balonmano fue un grito de libertad en la Granada rural
Para comprender la magnitud de la gesta de estas jóvenes alhameñas, es imprescindible transportarse a la España de los años 60, un país bajo un régimen dictatorial donde el papel de la mujer estaba mayoritariamente relegado al ámbito doméstico. En las zonas rurales, como la comarca de Alhama, las oportunidades para las mujeres eran aún más limitadas, y la práctica deportiva femenina era una excentricidad, una rareza que a menudo se topaba con la incomprensión, la falta de recursos y el escepticismo social.
En este contexto adverso, casi hostil, surgió un grupo de muchachas con una pasión indomable por el balonmano y una determinación de acero. No contaban con grandes infraestructuras, ni con material deportivo de última generación, ni con el respaldo institucional que hoy se da por sentado. Lo que sí tenían era un talento innato, una entrega sin fisuras y un coraje que suplía cualquier carencia. Su "campo de batalla" eran probablemente patios de colegio o espacios improvisados, sus equipaciones, fruto más del ingenio y el esfuerzo colectivo que de un presupuesto holgado.
El equipo, liderado por la visión y el trabajo de las entrenadoras Paqui Díaz y Trini Molina, no tardó en demostrar que su apuesta iba en serio. Nombres como el de Maruchi Espejo, quien llegó a ser considerada la mejor jugadora granadina de su tiempo, o el de Mari Carmen Serrano, cuya agilidad bajo los palos la consagró como una portera excepcional, resuenan hoy con la fuerza de las leyendas. Pero ellas no estaban solas; junto a ellas, tejieron esta historia de éxito jugadoras de la talla de Charo Martel, Ichi Velasco, Hitos Pérez, Carmen Ramos, Tere Pérez, Mari Carmen Fernández, María Luisa Ruiz y Manoli Cerezo. Cada una de ellas aportó su granito de arena, su esfuerzo en cada entrenamiento, su garra en cada partido.
Su andadura oficial, que comenzó con un enfrentamiento contra Salobreña en 1964, pronto se llenó de hitos. La conquista del II Trofeo Corpus de Granada fue una de sus victorias más sonadas, un logro que trascendió lo meramente deportivo para convertirse en un símbolo de lo que eran capaces de conseguir. Varias de sus jugadoras fueron seleccionadas para representar a la provincia, llevando el nombre de Alhama y el estandarte del deporte femenino granadino a competir y vencer a equipos de otras provincias, como los de Jaén, demostrando que su calidad traspasaba fronteras locales.
El último partido oficial documentado, en 1971 frente a Peñuelas, marcó el fin de un ciclo, pero no el de su influencia. El legado del equipo femenino de balonmano de Alhama de Granada va mucho más allá de los trofeos y las victorias. Estas mujeres fueron auténticas pioneras del deporte rural, abriendo un camino pedregoso para las generaciones futuras. Demostraron que el talento y la pasión no entienden de género ni de códigos postales. Su existencia fue un acto de rebeldía silenciosa, una afirmación de su derecho a ocupar espacios públicos, a competir, a soñar y a triunfar en un terreno tradicionalmente masculino.
Este reconocimiento en los "Granadinas por la Libertad" 2025 no es solo un aplauso a sus éxitos deportivos, sino un profundo agradecimiento por su valentía al desafiar las normas de su época, por su contribución a la visibilidad de la mujer en el deporte y por sembrar una semilla de igualdad que, décadas después, sigue dando frutos. Ellas no solo jugaron al balonmano; jugaron por la libertad.
Otras grandes reconocidas por ser pioneras
El homenaje de la Subdelegación del Gobierno también reconoció la trayectoria de otras seis mujeres excepcionales, cuyas contribuciones han sido igualmente vitales para el progreso de Granada:
• Rosario Guerrero Blanco: Una verdadera rompemuros en la Guardia Civil. Como parte de la primera promoción oficial de matronas del cuerpo, no solo abrió una vía para las mujeres en la institución, sino que desempeñó un papel crucial garantizando la dignidad y el trato adecuado a las detenidas en un entorno eminentemente masculinizado. Su historia es un testimonio de superación y compromiso con la seguridad pública desde una perspectiva de género.
• Lola Hita Romero: Un nombre imprescindible en la historia del sindicalismo y el feminismo granadino. Fue la primera mujer en alcanzar la secretaría provincial del Sindicato de Banca de CCOO en 1978 y cofundadora, en 1975, de la emblemática Asamblea de Mujeres de Granada ‘Mariana Pineda’. Su lucha por los derechos laborales y la igualdad de género, así como su personal batalla por la custodia de su hija, evidenciaron las rémoras machistas de la Transición y movilizaron a la sociedad.
• Rosa Martínez Vera: Un faro de esperanza y dedicación en el ámbito de la discapacidad. Movida por el amor a su hijo, fundó en Guadix la Asociación en Favor de las Personas con Discapacidad Intelectual San José. Lo que comenzó en 1973 como un colegio psicopedagógico es hoy una red que atiende a casi 700 personas, un ejemplo de cómo la iniciativa individual puede transformar la vida de un colectivo.
• Pilar Palomo Blanco: Jurista, maestra y activista feminista incansable. Cofundadora de la Asociación Universitaria para el Estudio de los Problemas de la Mujer (AUPEPM) y de la Asamblea de Mujeres de Granada “Mariana Pineda”, su trayectoria es fundamental para entender los avances en la lucha contra la violencia de género y por los derechos de las mujeres en la universidad, la justicia y la sociedad granadina.
• Dolores Suárez Ortega: Una eminencia en el campo de la ciencia. Catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, su investigación sobre enfermedades metabólicas y autoinmunes ha sido clave. Como presidenta de la Asociación Granadina de Enfermedades Autoinmunes (AUGRA), sigue impulsando la investigación y el bienestar de los pacientes, siendo un referente de compromiso con el progreso social a través del conocimiento.
• Mari Carmen Valenzuela Entrala: Marcó un hito en el tradicional mundo cofrade granadino al convertirse, en 1996, en la primera mujer Hermana Mayor de la Cofradía del Vía Crucis. Su elección y su posterior gestión abrieron las puertas a una participación más igualitaria de las mujeres en los órganos de gobierno de las hermandades, transformando un espacio secularmente masculino.
El acto en la Subdelegación del Gobierno fue, en definitiva, un ejercicio de memoria activa y un acto de profunda justicia. Al honrar a estas siete mujeres y al equipo de balonmano alhameño, Granada no solo reconoce sus méritos individuales, sino que celebra el espíritu de todas aquellas que, con su esfuerzo y determinación, han construido y siguen construyendo una provincia más libre, más justa y más igualitaria para todos. Su legado es una antorcha que ilumina el presente y guía el camino hacia un futuro donde la igualdad sea, por fin, una realidad plena.
Vídeo
María Espejo (Maruchi) agradece el reconocimiento en nombre de todas (grabación desde el público)
Informaciones publicadas en alhama.com
Reencuentro con su juventud de las “Niñas del Balonmano”
23 Agosto 2016, por Antonio Gordo Villarraso
El pasado domingo 14 de agosto de 2016 tuvo lugar la inauguración de la exposición de fotos que conmemora el quincuagésimo aniversario de la creación del Equipo Juvenil de Balonmano auspiciado por la Sección Femenina de Falange Española y de las JONS.
Fotos: Prudencio Gordo y Antonio Arenas
Un equipo femenino y Maruchi Espejo, cuando el balonmano dio renombre a Alhama (I)
2 noviembre 2022, por Andrés García Maldonado
Fue un equipo excepcional de balonmano femenino. Adelantado a su tiempo. Sin medios ni posibilidades, la entrega y esfuerzo de las chicas que lo constituyeron lo hicieron posible y vencedor. Maruchi Espejo fue la mejor jugadora de toda la provincia de Granada en aquellos años y Mari Carmen Serrano la mejor portera de aquella década en este deporte.
Por fortuna, ahora no sólo es necesaria. Es además sumamente normal, desde hace tantos años, la práctica de deportes por las jóvenes en Alhama.

En mi juventud, puedo afirmar, que aquel histórico equipo de balonmano que tan grato recuerdo dejo tanto al deporte femenino en esta tierra como a esta misma ciudad, fue una verdadera novedad que vivió muy ampliamente el pueblo alhameño.
Lo he recordado muchas veces, cada vez que se habla de aquella historia y de lo que se logró, pero poco ha quedado escrito de ello injustamente. Precisamente, que sepa, tan sólo unas crónicas de nuestro olvidable José Luis de Mena que, como con todo lo que tenía que ver con nuestro pueblo, también escribió sobre ello y le prestó su mejor atención.

Ahora, más de once lustros después, unos 58 años, de que se pusiere en marcha todo ello y viviera sus años de oro, de verdadera gloria y que diera tal prestigio a Alhama , además de ser cada encuentro en Alhama, un acontecimiento con el Patio del Carmen a rebosar , es hacer justicia recordar todo aquello y, concretamente, buscar a la persona que más tuvo y ha tenido que ver con esta historia por su entrega y creo, es lo que teníamos por firme y así nos lo confirmaban, como la persona más significativa del equipo, Maruchi Espejo Fernández, autora además del único documento-semipublicación escrito sobre aquella historia que denominó “Las niñas del balonmano”, buenos amigos desde jóvenes y esposa de unos de mis grandes amigos de toda mi vida, desde la niñez alhameña, Miguel Ramos Espejo, quien se ha quedado en lo mejor de los sentimientos que puede aquí sean de los que quedan hasta que nos llega el momento de iniciar el definitivo camino, nuestro siempre cariñosamente Michel, inseparables junto con nuestro inolvidable Francisco de Paula Pérez Morales, Paco Pérez, desde la misma niñez.

María, por aquellos años la conocíamos, generalmente, por Maruchi o Mari, más el primero que el segundo nombre, al menos fuera de su casa. En el bien realizado, documentado y concreto documento del que obtenemos tanta información deja bien claro ya en su introducción: “Que no haya dudas ni interpretación confundida –escribe-. Al elaborar este cuaderno, es mi intención recoger en un mismo documento todas las historias, fotos y recuerdos de un tiempo importante e inolvidable de mi vida, tal como ya las mantengo en mi memoria, y así espero que se entienda.
Es lógico que cada una de mis compañeras tenga sus propias opiniones sobre estas historias y que en algunos casos puedan diferir de las mías, en otros, cada una tendrá algún detalle que añadir.
A todas ellas está dedicado este trabajo con mucho cariño. Maruchi”
El equipo

Esas compañeras de las que habla a lo largo de todo su conseguido documento son las que constituían el equipo de Balonmano Femenino de Alhama de Granada:
Entrenadoras: Paquita Díaz Corral y Trinidad Molina Hita.
Porteras: María del Carmen Serrano del Pino y Rosario Martel Maldonado.
Defensas: María Luisa Velasco Martel; remedios Pérez Morales, y Carmen Ramos Espejo.
Centrales: Teresa Pérez Martel y María del Carmen Fernández Villegas.
Delanteras: María Luisa Ruiz López, Manoli Cerezo Retamero y María Espejo Fernández.

EL CAUCE PARA EL EQUIPO DE BALONMANO
Es Maruchi la que concreta que el Servicio Social, entonces dependiente de la Sección Femenina, era un curso que constaba de dos partes de tres meses de duración cada una. La profesora tenía categoría de instructora de Educación Física, de Labores, de algunas otras materias, etc. “La primera parte era teórica; un repaso de cultura general como una serie de materas concretas en aquellos años de la mujer. En síntesis: ciencias, religión, cocina, costura, bordado, gimnasia, formación política, primeros auxilios, etc. Y la segunda, venía a ser una serie de prácticas, consistentes en alguna actividad que aportara algún beneficio a la sociedad, a este tipo de trabajo, que en estos tiempos se le podía llamar trabajo social, entonces se le llamaba “prestación””.
Es en el año 1964 cuando, con la mano de la Sección Femenina, llega a Alhama el denominado Servicio Social. “Como solía ocurrir en cualquier lugar- nos dice Maruchi- donde las chicas no tenían otra cosa mejor que hacer, era lógico que hiciésemos el llamado Servicio Social, máximo si se sabía que, en el caso de querer trabajar en un futuro, este requisito sería imprescindible Así que un numeroso grupo de alhameñas allí estábamos: haciendo el Servicio Social.”

Tras efectuar esta primera formación, llegado el momento de realizar la denominada “prestación”, se expusieron distintas posibilidades, desde ayudar en el comedor del Auxilio Social, o en la misma Biblioteca Municipal, preparar un grupo de bailes regionales, actividades deportivas, etc.
En el grupo en el que estaba incluida, se les ofreció la opción de poner en marcha un equipo de balonmano, que una vez terminado el Servicio Social, les diese de sobra para compensada la parte de la prestación a cumplir. Como nos concreta Maruchi, ese fue el principio del equipo de Balonmano de Alhama el que tanta gloria y elevado nivel consiguió para Alhama, como veremos en estos dos capítulos que consta esta sección de “Volviendo al ayer”. Precisamente constituyendo un equipo en el que nuestra interlocutora, buena deportista y constante persona, inteligente observadora -a pesar de sus pocos años juveniles- y la forma y personalidad avanzada de forma de pensar para aquel tiemplo, nos dice:
LA VOCACIÓN HACE LEYENDA
Sí, es la realidad -a cada tiempo cada situación y a superarla con dignidad y acierto- así, al hecho de ver compensada la prestación y tener el certificado del Servicio Social en regla, lo del balonmano creo en toda ellas una vocación y acción deportiva hacia este deporte que duraría muchos años. Con el paso del tiempo se fueron agregando algunas jóvenes alhameñas más, aunque hasta el final estuvieron las mismas diez chicas que comenzaron aquel 1964 jugando con el equipo de las jóvenes -ellas hablaban siempre de niñas- de Salobreña en aquella feria alhameña de junio de aquel mismo 1964, entonces en nuestro denominado “Patio del Cuartel”, después “Patio del Carmen”, prácticamente volviendo a esa denominación histórica con el I Festival de la Canción de Alhama en 1966.
En este “Volver al ayer”, ¡Y eso que yo soy de los que no se queda corto escribiendo cuando lo considero adecuado!, son los textos del cuaderno no Maruchi los que hay que recopilar y no dejarlos sueltos:
“Es algo poco usual -escribe- el hecho de que unas niñas, todas entre catorce y dieciséis años, mantuvieran´ esa relación dentro y fuera del deporte hasta el momento en que una de ellas contrajo matrimonio y el resto, por unanimidad, decidió acabar esta época deportiva, pero no así la relación de amistad que se había forjado durante tanto tiempo, amistad que ha seguido viva y sigue hasta estos mismos años.
En aquella época practicar deporte era cosa de mucha voluntad e imaginación y hasta sacrificio. No teníamos campo de deportes, entrenábamos unas veces en el Patio del Carmen, otras veces en la misma iglesia del Carmen -entonces s parte de ellas ocupada por maquinaria enorme de los molinos-, otras en la plaza de los Malagueños -en la Joya y que se usaba como Campo de Fútbol también-, por último en las Escuelas del Callejón. Siempre teníamos que estar pintando en el suelo las áreas y todo lo demás, algunas piedras para señalar las porterías, áreas, todo esto era una odisea, y todo lo demás. No teníamos chándal, los equipos no tenían ninguna elasticidad, las zapatillas eran malísimas.
Por último tuvimos que hacer una rifa y pudimos comprarnos unos pantaloncillos cortos, “muy cortos”, de listillas azules y blancas de tergal y unos jerséis de perlé -todo lujo-, también pudimos tener unas porterías que nos hizo un carpintero: Tres palos con unos soportes para que no se volcaran, nada de redes ni otros extras.
Recuerdo que cuando jugábamos en La Joya teníamos que transportar las porterías a diario desde la Plaza de Duque de Mandas hasta el Campo de Fútbol y viceversa, eso cada día, y no nos frenaba ni la hora, ni el frio en pleno invierno a las siete de la mañana, en Alhama que ya es algo, ni ninguna otra cosa”.

AQUEL PRIMER PARTIDO
Cuando jugaron el primer partido, contra las chicas de Salobreña, como nos dice Maruchi, otro grupo de chicas en las mismas condiciones que nuestras paisanas, ellas vinieron a Alhama y cada niña paraba en la casa de una de las jugadoras alhameñas, al devolverles la visita el sistema de alojamiento era el mismo, vaya el inverso.
“Nuestro primer viaje, creo que no olvidaremos nunca. Pienso que ese sentimiento es general, como también lo es que fue la primera vez que fue cuando la mayoría salimos de la tutela familiar. Además, era a un lugar que tenía plaza, ¿Qué más podíamos pedir? Pero es que, además, estuvimos de romería, estuvimos en la verbena, hasta nos echaron serenatas, realmente inolvidable y la amistad la mantuvimos a los largo de los años, aunque allí ganaron ellas muy justamente”.
Así estuvo jugando durante varias temporadas el equipo femenino de Balonmano de Alhama. Los partidos de la “Liga”, se jugaban siempre en Granada, normalmente viajaban una semana sí y otra no. Se enfrentaron a equipos de Colegios Femeninos de la capital, a los Estudiantes de Magisterio, al Colegio de Guadix, al de Almuñecar, al célebre Club Medina de Granada, uno de los más destacados, o los de la Sección Femenina y Alférez Provisionales. Y luego el partido de vuelta lo jugaban donde les dejaban, Estadio de la Juventud, en la Hípica, en el Cristo de la Yedra y donde fuese posible.
Los partidos amistosos los jugaban en sitios muy diferentes, en la pista de los Escolapios; la plaza del pueblo de Ventas de Huelma, la mismísima plaza de San Nicolás en el Albaicín, el Campo del Sexitano en Almuñecar, el mismo Paseo del Cines de nuestra Alhama y bastantes pistas improvisadas más. Jugaron campeonatos provinciales y regionales de Balonmano, y así viajaron a Almería, Málaga, Sevilla, etc. El equipo de Balonmano Femenino de Alhama de Granada, en no mucho tiempo se hizo con un nombre por toda la provincia, Andalucía y con algunas salidas más a otras regiones de España, como la misma actual Castilla-León, de lo que hablaremos la próxima semana y lo que llenó de orgullo a los alhameños en general.

Un equipo femenino y Maruchi Espejo, cuando el balonmano dio renombre a Alhama (y II)
9 noviembre 2022, por Andrés García Maldonado
El equipo siempre fue durante aquel tiempo, prácticamente hasta casi su último año, en progresión y tras conseguir quedar finalista, participó en los campeonatos nacionales, que se celebraron en Burgos.
Sí, fue un equipo excepcional. Con Mari Carmen Serrano, Charo Martel, Ichi Velasco, Hitos Pérez, Carmen Ramos, Tere Pérez, Mari Carmen Fernández, Mari Ruiz, Manoli Cerezo y Maruchi Espejo. Esta última, como ya adelantamos, llegó a ser la mejor jugadora de balonmano de toda la provincia granadina, como Mari Carmen Serrano del Pino, la mejor portera de la década. Eso sí todas contaron con buenas e inolvidables entrenadoras, Paqui Díaz y Trini Molina.
Sinceramente, lo que no esperábamos, me refiero a Juan Cabezas, director de este medio, y al autor de esta sección de “Alhama Comunicación”, es que la repercusión de esta historia, ya en su primer capítulo, tuviese la extraordinaria aceptación que ha tenido. Sí, es lógico que así suceda, han pasado más de cincuenta y ocho años de aquel primer partido y, a partir de ahí, los años de historia que alcanzó de 1964 a 1971, siete fructíferos y singulares años de existencia de este equipo de deporte femenino prestigiando y renombrando a Alhama.
Creo, que lo que ha sucedido es que el ejemplo que supuso, al darse en el tiempo que se dio y lo que lucharon todas para que así fuese, ha calado plenamente, una vez más como ejemplo de entrega, coraje y esfuerzo para llevar algo loable a cabo y alcanzar el cenit: participar y hasta ganar campeonatos provinciales, participar en competiciones regionales y nacionales, con el nombre de Equipo de Balonmano Femenino de Alhama, para ellas “Las chicas o niñas de Alhama”.

Dignas finalistas a nivel nacional
El equipo siempre fue durante aquel tiempo, prácticamente hasta casi su último año, en progresión y tras conseguir quedar finalista, participó en los campeonatos nacionales, los que se celebraron en Burgos, “Inolvidable viaje a Burgos”, como nos recalca Maruchi. Ya tenían la posibilidad para un entrenador, fue elegido Manolo - que después de casaría con Paquita, la instructora, la que con Trini también fueron excelentes entrenadoras-, él les acompañó en el viaje que efectuaron en el coche de Ignacio y la furgoneta de Sergio. Salieron por la noche de Alhama, “hicieron escala en Madrid”, para descansar y almorzar, cosa que fue a base de las meriendas que llevaban preparadas y que se las comieron, ni más ni menos, que en el mismísimo en el Parque de El Retiro.
“Seguimos hasta Burgos y allí todo fue diferente -nos comenta Maruchi-: hoteles Norte Londres, de no sé cuántas estrellas, un buen comedor, muy buenas habitaciones, todo un lujo al que no estábamos acostumbradas pues siempre parábamos en la pensión” Arenas”, en algún colegio como por ejemplo San Juan de los Reyes. Eso sí, cuando jugábamos el “Trofeo Corpus” nos alojábamos en el hotel “Casablanca” o el “Brasilia” que entonces eran algo extra”.
Nota curiosa en la organización de este importante viaje para todo el equipo de balonmano alhameño, fue que cuando fueron a Burgos, la Sección Femenina les prestó unos bolsos de viaje, con idea que se viera que era un equipo, todas iguales, que después, pensamos que se les había de haber dejado como premio por participar en aquel Campeonato Nacional, tuvieron que devolver.
Maruchi, siendo muy fiel al equipo alhameño, por el que tanto se entregó y tan buenos resultados consiguió junto con sus compañeras de equipo, con verdadera madera de líder deportiva, tuvo importantes equipos de balonmano que, destacando en nuestra provincia, se quisieron hacer con sus servicios. Sin hacerle competencia alguna al equipo de su Alhama y amigas y compañeras, en dos ocasiones jugó los campeonatos del Club Medina y EFF. Participaba como miembro del Club Medina de Granada. A esos viajes iban juntas, en autobús, el equipo de baloncesto y el de balonmano, siendo elevada la participoación de chicas en estos campeonatos.

Concretamente, en el año 1965 este campeonato se celebró en Galicia, exactamente en La Coruña y al año siguiente, 1966, se celebró en Zaragoza. En las dos ocasiones hicieron parada especial en Madrid. En la capital de España se quedaban dos noches y un día, el que dedicaban en su totalidad a conocer la ciudad incluyéndose hasta un paseo en barca en por El Retiro.
En La Coruña estuvieron alojadas en la Universidad Laboral. Este fue el primer viaje largo para Maruchi y también, resultó inolvidable, aunque en todo momento echo de menos a sus amigas del equipo alhameño, sus compañeras de siempre.
En La Coruña se jugó el campeonato en “El Riazor”, el gran estadio del equipo de fútbol de La Coruña. Siendo ello una experiencia muy buena, Visitaron la catedral de Santiago de Compostela, coincidiendo el año santo, con lo que ello supone cada vez que se celebra. Y en Zaragoza hicieron la ofrenda a la Virgen del Pilar que en esta ocasión se efectuó una ofrenda leída por una gran amiga e inolvidable primera presentadora del I Festival de Alhama, en 1966, mi amiga y después mi compañera como periodista y abogada Piedad Alarcón, a la que siempre la llamábamos Pity Alarcón, persona excepcional que desde “La Voz de Granada”, desde muy joven, llegó a dirigir Radio Nacional en Andalucía. Allí se alojaron en un colegio de monjas.
Estuvieron invitados por los cadetes de la Academia General Militar a una fiesta, lo que lógicamente les hizo a las chicas mucha ilusión. Lógicamente, personas jóvenes, alegres y extrovertidas, llevaban sus guitarras y castañuelas, así que en cualquier momento montaban sus fiestas particulares a las que se unían otros grupos de diversas partes de España. Maruchi dejó bien alto el nombre de Alhama en estos encuentros nacionales.

José Luis de Mena, también en esto por Alhama
Se conserva una información deportiva, que Maruchi tiene en sus cuaderno-revista sobre la historia del equipo femenino alhameño y tiene muy presente, recordándolo con afecto y agradecimiento, sobre un interesante artículo que hace especial referencia a mi siempre querido e inolvidable amigo y maestro en periodismo José Luis de Mena y Mejuto -gracias a él me incorporé yo a “Sol de España” en Málaga, lo que jamás he dejado ni dejaré de agradecerle como bien pongo de manifiesto cada vez que tengo oportunidad de ello y ya van varios cientos en estos últimos 55 años- publicado por “Ideal” en su colección “Granada un siglo de historia deportiva”, en la sección de Balonmano, con el título “Las niñas de Alhama”, y que textualmente, con una de las ilustraciones dedicada al equipo de Balonmano de Alhama, dice lo siguiente:
“José Luis de Mena fue un periodista que trabajó muchos años en IDEAL y que se enamoró de una alhameña. Se casó con ella y adoptó a Alhama como su patria chica.
Fui amigo de Mena y estaba convencido que entre muchos y variados saberes no figuraba el deporte. Por eso me extrañé y me alegré tanto al repasar el Ideal de 27 de Marzo de 1969 y encontrarme con la sorprendente historia del balonmano en Alhama, escrita por José Luis de Mena. Y más sorpresa todavía al leer el texto y saber que “ quizás fuera el que escribiera estas líneas -o sea Mena- el que metiera este deporte entre los niños durante el verano de 1962” Se demuestra una vez más que Mena era capaz de cualquier cosa por su querida Alhama; hasta de sembrar la semilla del balonmano.
Pero hay que esperar hasta 1967 para que gracias a la omnipresente instructora de la Sección Femenina, Paquita Díaz, el balonmano femenino alhameño surja poderosamente para proclamarse campeón provincial de mayores ante el Sexitano almuñequero, creado también por Paquita.
La cantidad y calidad de las jugadoras de Alhama les permite en enero de 1968 sumar a el campeonato anterior el de las juveniles que no dejan títere con cabeza y quedan invictas en el torneo provincial.

Otra vez campeonas las alhameñas
El Medina de Granada gana el torneo provincial de 1968 pero en el 69 nuevamente las alhameñas triunfan rotundamente a escala provincial y participan en el primer intento de liga nacional. Ya no es Paquita Díaz -que se ha casado y vive en Cataluña- y la entrenadora es Trini Molina. Gracias a José Luis de Mena sabemos los nombres de las jugadoras: Mari Carmen Serrano del Pino, Mari Luz Navarro, Ichi Velasco, Juani García, Hitos Pérez, Maruja Martínez, Manoli Cerezo, Tere Pérez, Mari Ruiz, Maruchi Espejo y Charo Martel.
“En esta relación de nombres se producen algunos errores no correspondiendo todos los nombres, ya que los componentes del equipo que aparecen en la respectiva foto eran los siguientes de izquierda a derecha: Hitos Pérez, Carmen Ramos, Mari Ruiz, Paquita Díaz (entrenadora), Mari Carmen Fernández, Tere Pérez, y Maruchi Espejo (de pie), Ichi Velasco, Charo Martel, Mari Carmen Serrano y Manoli Cerezo.
Y siguen sin disponer de un campo adecuado aunque el alcalde les ha prometido terminar lo más pronto posible -en cuanto paren las lluvias- el magnífico campo que se está construyendo en el pueblo.
La falta de cancha obliga a jugar en Granada y en el Estadio de la Juventud disputan los partidos de casa de esta liga a doble partido con Málaga, Melilla y Almería. Fue una lástima porque había hechuras de equipo pero el poco entrenamiento fue decisivo. La primera vuelta es victoriosa y el 24 de marzo de 1969 marca el cenit con el rotundo 14-8 sobre las favoritas del Almería. Luego los defectos se acusaron y los últimos partidos fueron un desastre con derrotas cuantiosas en Málaga y Almería.

En el mes de junio regresan las chicas a Granada para disputar y ganar el II Trofeo Corpus de balonmano femenino. Aquí demostraron una clara recuperación y consiguieron entusiasmar al público por su buen juego. Y muchas de ellas fueron incluidas en la selección provincial granadina que ganó en una doble confrontación con las jienense con motivo de las fiestas de la Virgen de la Capilla. La figura fue Mari Carmen Serrano la mejor portera de la década.”
El último partido que jugaron “Las niñas del balonmano de Alhama”, las que comenzaron su primer encuentro con el equipo de las chicas de Salobreña, aquella feria de San Juan de 1964, venciendo, fue en septiembre de 1971, contra el equipo femenino de “las chicas de Peñuelas”, ganando también las alhameñas y dejando bien patente su clase y categoría, aunque ya sería para nuestra Historia. No volvería el equipo a jugar más, los años, siete, habían pasado y ya, a unas y a otras, les era más difícil poder prestar la gran atención que entregaron a conseguir el mejor equipo femenino de balonmano de esta tierra que tan buen nombre nos dejaron para siempre, desde hace, la friolera de bastante más de medio siglo y un lustro.
Por todo ello a todo el equipo, comenzando por las que prácticamente lo constituyeron durante toda su historia, sin olvidarnos de las que en más de una ocasión se sumaron a la tarea y aportaron su esfuerzo y entrega, muchas gracias, hicisteis una gran historia y distes un hermoso ejemplo como personas y como deportistas alhameñas. Aquí queda también para siempre, con nuestra admiración y gratitud imperecedera a todas y a cada una de vosotras.
En la prensa, una de las veces que fue campeón provincial, con uno de los trofeos que consiguió el equipo, correspondiente al “II Trofeo Primavera”