Jayena siempre ha sido un pueblo luchador y combativo, marcado eso si en su historia por su origen de señorío. La vida de sus vecinos nunca fue fácil, pero siempre supo sobreponerse a sus dificultades.
Jayena siempre ha sido un pueblo luchador y combativo, marcado eso si en su historia por su origen de señorío. La vida de sus vecinos nunca fue fácil, pero siempre supo sobreponerse a sus dificultades.
Hoy en nuestro retrovisor, traemos una foto, a la que llamamos la “foto callada”, queremos que sean los lectores, y los vecinos de Jayena, quienes con sus comentarios vayan descubriéndonos esta foto. Solo damos el dato de que la foto ha sido cedida por Ángel Calvo Peregrina.
Hoy día celebrar la primera comunión ya no tiene el sentido religioso de su origen. (Grupo de primera comunión, niños de Jayena en la Plaza de La Iglesia, año 1994 -del archivo Alhama Comarcal-)
María Jesús Lerma Jiménez, cuenta para alhama.com que asistió al curso de trabajos manuales y baile y danzas, de la Sección Femenina de aquel año 1978.
Antaño, la arraigada tradición de encalar las casas (encalar o blanquear, se dice popularmente), para proteger las fachadas de las casas, y paredes de las viviendas, era una práctica habitual en Jayena.
Veinticinco mil pesetas fue el costo, a cada uno de los quintos del 96 que aquel año festejaron su simbólica llamada a filas.
Giró la vista atrás y una telaraña de recuerdos anegó su memoria hasta ese instante dormida. Avistó sus recuerdos considerando que cualquier tiempo pasado tal vez pudo ser mejor, que antes todo era más sencillo, más fácil, más tolerable, o así le parecía. Oteó hacia aquel tiempo ya vivido, perdiéndose entre recuerdos vagos y extraviados.