Queremos comenzar esta crónica de nuestro retrovisor trayendo la transcripción de las tres primeras preguntas y respuestas que constan en el Catastro de la Ensenada, sobre la Villa de Jayena con la intención de ir situándonos.
1. Cómo se llama la población
A la primera pregunta dijeron que esta población se llama la villa de Jayena y responden
2. Si es de realengo o de señorío, a quién pertenece, qué derechos percibe y cuánto produce.
A la segunda pregunta dijeron que esta dicha villa es de Señorío perteneciente con las tierra que comprende su término y también la jurisdicción al Marqués de Campotéjar Señor de Jayena, residente en la ciudad de Génova, y que no percibe coste alguno a excepción del quinto de los frutos que recogen en dichas sus tierra y de las pensiones de censos y adealas que estos vecinos le pagan, por los solares de las casas que han fabricado y algunos cuantos pedazos de tierra agregados a la concesión o venta a censo de dichas casas, y otras fuera de ellas, y que todo de dichas rentas y por un cuatrienio hacen juicio, podrán ascender en cada un año a once mil reales vellón . Y por lo que hace a las rentas de millones alcabalas cientos y demás, dichos reales todo lo percibe su majestad, siendo lo que ésta dicha Villa contribuye por razón a las provinciales en cada un año seis mil trescientos y ochenta reales vellón, por ajuste con la ciudad de Alhama cabeza de este partido, quien lo cita con la parte de su majestad, por encabezamiento parar si y en todo su partido en que se integra esta villa como va dicho con la cantidad de ciento y veinte y cinco mil reales vellón, del que son parte las especies dadas seis mil trescientos y ochenta. Y por razón de diezmo paga también a su majestad trescientos y veinte reales vellón, y por la paja noventa que son los diezmos que paga a su majestad esta villa y responden
3. Qué territorio ocupa el término, cuánto de levante a poniente y del norte al sur, y cuánto de circunferencia, por horas, y leguas, qué linderos o confrontaciones; y qué figura tiene, poniéndola al margen.
A la tercera pregunta dijeron que el término de esta dicha Villa se extiende a cinco cuartos de legua de levante a poniente y una legua del norte al sur, con cinco leguas de circunferencia. Linda por levante con el territorio del lugar de Buñuelas jurisdicción de Granada por poniente con el territorio del lugar de Fornes jurisdicción de Alhama, por el norte con las expresadas dos jurisdicciones de Granada y Alhama, y por el sur con toda la de esta ciudad y responden.
La palabra topónimo viene del griego. Se compone de dos voces, es decir, de la palabra topos que significa “lugar” y de onoma “nombre”
Hoy recopilamos ario de los topónimos, característicos del término municipal de Jayena. Por no hacer demasiada larga la reseña sobre este interesante tema, que retomaremos en próximos capítulos, hoy citamos algunos. Hemos escogido la siguiente clasificación, aunque existen otras.
Antropónimos: Son topónimos relativos a las personas: En Jayena encontramos: Llano de Don Pedro, Cortijo de los Quintero, Barranco de Orihuela, Morros de Pinedo, Fuente Velasco, Cortijo o Casa de Antonio Follalla, Llanos de Maldonado etc. En estos casos los topónimos referencian lugares a personas que estuvieron relacionadas con dichos lugares.
Zoónimos La fauna, o sea los animales, tiene igualmente su reflejo e influencia en la toponimia. Podemos encontrar pues parajes referidos a animales salvajes que poblaron ciertas zonas, ya hoy extinguidos en la actualidad en algunos casos como: Barranco del Lobo, Las Loberas, otros no como La Tórtola, Loma de la Totuvia, loma de Los Conejo, o como Palomarejo, relativo a paloma.
Nos fijamos en el topónimo Loberas: Se llama loberas al sistema ancestral de cazar lobos mediante loberas. Una lobera es una construcción utilizada antiguamente para la caza y muerte de lobos, consistente en una empalizada o paredes de piedra en forma de embudo de bastante tamaño (a partir de 50 m), que conduce a un profundo pozo. Así mismo también se llama lobera el sitio donde se refugian los lobos y tiene la loba su camada, donde tienen su guarida los lobos.
Por otra parte, quero hacer un inciso en el topónimo Tórtola. El nombre de Tórtola puede ser alusivo a las abundantes tórtolas que poblaban el lugar que hoy se denomina de esa manera. La abundancia de aves por esta zona se puede manifestar a través de los topónimos cercanos de lugares y parajes que a ellas hacen referencia como la loma de la Totuvia.
En cambio, su nombre específico, turtur, es la palabra latina, de origen onomatopéyico, que significa “tórtola”, y de la que también procede etimológicamente el nombre de esta ave en español.
Sin embargo, para otros autores el topónimo puede derivar del adjetivo latino tortus -a –um (torcido), el cual fue utilizado con cierta frecuencia durante la conquista cristiana de los siglos XI y XII, en la variante tortolis e, para designar las zonas sinuosas y/o meandros u otros accidentes topográficos relevantes de los cursos de agua. Así aparentemente, la morfología abrupta del terreno puede inducir a pensar que guarde relación con esta base.
Fitónimos: Al igual que la fauna la flora, se refleja en la toponimia de modo abundante en el término de Jayena. Como “El Escopatar” que probablemente debe derivar de escopata, que es el nombre que recibe la Genista spartioides en Jayena, aunque este nombre está ya también casi extinguido de la voz popular local. Los Abulagares, alusivo a aulagas, Loma del Chaparral, referido a la abundancia de chaparros; Barranco las Viñas o de las Viñas, o La Viña con clara referencia a que el lugar en otros tiempos estuviera laborado de este cultivo.
Hidrónimos: Arroyo Turillas, derivado de topónimos viarios como Camino de Turillas, que en si da también nombre al Paraje de Turillas en General. O Río Chico y Río Grande, por diferenciar el caudal el río Granada y rio Grande. Curioso en este sentido lo que le sucede al río Grande, que en el espacio de su curso posee varios nombres, Comenzando en Corzola como Río de Corzola, continuando después con el nombre de río Vacal, hasta su unión con el arroyo de Turillas, donde ya toma el nombre de río Grande, nombre este que vuelve a cambiar traspasar el casco urbano y llegado a su desembocadura donde toma el nombre de río Ubique, dando nombre a una vega, la Vega Ubique.
Toponimia viarias: En este apartado incluimos los caminos, cañadas, veredas y otras vías de comunicación que recorren el término municipal, a lo que a caminos se refiere encontramos los siguiente: Camino de Jayena a Granada, Camino de Turillas, Camino de Almuñécar, Camino de Otivar, Camino de la cuesta de las Rosas, Camino de Jayena a Agrón etc.
Hagiotopónimos: La religiosidad manifiesta su presencia también en la geografía de la zona. Algunos parajes han tomado como referencia sus creencias de carácter religioso, haciendo alusión al patrón de la localidad o algún santo de especial veneración aquí citamos Cortijo San José, que existen varios.
Orónimos: Se trata de los topónimos que ayudan a conocer aspectos relacionados con el relieve del terreno y su composición geológica. La forma más utilizada para denominar por ejemplo de forma genérica las elevaciones es la palabra “cerro”: Mesa de Jayena, Alto de las Majadas, Cerro del Águila, Cerro del Cristiano etc.
Por último, nos vamos a detener en el topónimo Alacranes de los que existen varios en Jayena: En cuanto a este topónimo, me determino por la hipótesis que transcribo y que se dirime en “La toponimia como medio de información geográfica: el caso de los fitotopónimos” de Francisco Molina Díaz, Universidad Pablo de Olavide.
No obstante, podemos plantear la hipótesis de que el topónimo Alacranes sea un fitónimo para señalar en el lugar la abundancia de arraclanes, especie arbórea no desconocida en la zona, que crece en humedales y en las orillas de los arroyos y cuyo nombre se incluye por vez primera en la edición de 1817 del diccionario académico: “Árbol. Lo mismo de aliso.” (1817: s. v. arraclán), ya que no es habitual que una especie animal de pequeñas dimensiones como el alacrán tenga capacidad para designar un terreno. El DCECH da como nombre científico para arraclán ‘Ramnus Frangula’ y lo documenta por vez primera en 1790. Sobre su etimología, afirma el mismo diccionario que es de origen incierto, aunque plantea la hipótesis de que puede resultar por metátesis de alacrán (DCECH: s. v. arraclán). En esta entrada, Corominas y Pascual plantean sus dudas acerca de la etimología de arraclán desde araclán, entre otras cosas porque para ello lo esperable es que el árbol en cuestión tuviera algún rasgo que lo asemejara al animal, como, por ejemplo, tener espinas, y no es este el caso. Sin embargo, nosotros intuimos que la relación semántica entre arraclán ‘árbol’ y araclán ‘animal’ se puede encontrar en las propiedades medicinales de ambas realidades: Covarrubias señala que “El azeite en que se ahogan los alacranes es en medicina para muchos remedios.” (1611: s. v. alacran) y Font Quer (1962) destaca las propiedades medicinales de la corteza de este árbol.
Nuestro topónimo Alacranes, siguiendo esta última posibilidad corominiana, pasaría por una nueva metátesis (arraclán > araclán), favorecida por la etimología popular. Destacamos que no son extrañas en todo el territorio hispánico las metátesis sobre el término alacrán, de modo que atestiguamos resultados como el valenciano arreclau; aragoneses arraclán, arriclán, arraclau, arraclabos, reclau y carranclán; el murciano y navarro arraclán; los navarros carranclán y garranclán; los extremeños araclán y arraclán, y la forma salmantina, murciana, navarra y canaria arranclán, según documentamos en Corriente [5]. Vista la existencia de esta metátesis, no sería extraña la inversa para el topónimo, de manera que el proceso hasta este sería el siguiente: alacrán ‘animal’ > arraclán ‘árbol’ (por las propiedades curativas de ambos) > Alacranes como topónimo para denominar un lugar en el que abundan los arraclanes. Aunque los estudios toponomásticos se aplican al topónimo objeto de la investigación y no son siempre generalizables, podemos establecer hipótesis y pensar que quizás esta motivación que hemos expuesto para el topónimo onubense es válida para los abundantes ejemplos de variantes toponímicas que registramos en Andalucía, sobre todo oriental, que contienen Alacrán y Alacranes: según los datos del Instituto Cartográfico de Andalucía, en la provincia de Granada aparecen Alacranera, en el término de Escúzar; un paraje denominado Alacranes y Cortijo de los Alacranes a orillas del río Castril en Cortes de Baza; un curso fluvial llamado Barranco de los Alacranes en Albuñuelas, Jayena y Quéntar; en la misma localidad de Quéntar una parte de este mismo curso fluvial se denomina Barranco del Pocito o de los Alacranejos, una zona boscosa Pinares de los Alacranes y una elevación cercana Cerro de Alacranes; en la misma provincia, en Turón, encontramos Alacranes y Cerro de los Alacranes; cerca del río Trevélez, en el término de Busquístar, existe el Cortijo de los Alacranes; en el de Albuñol aparece Cuesta de los Alacranes; Cueva de los Alacranes en Cúllar; Los Alacranes en el término municipal de Loja; en Dílar, junto al río del mismo nombre, se encuentran la Trancada de los Alacranes y el Llano de los Alacranes, topónimo que se repite en el término municipal de Albuñuelas, y en Jayena, existen las variantes la Solana de los Alacranes y Umbría de los Alacranes. Por su parte, en la provincia de Almería hallamos tres topónimos con la forma Alacranes: Cuesta de los Alacranes en El Ejido; Cortijo de Los Alacranes en Chirivel, y Cerro de los Alacranes, nuevamente cerca de una corriente de agua, que en este caso se trata del río Nacimiento, en el término de Alboloduy. En la provincia de Jaén aparecen El Puntal de los Alacranes en La Carolina, junto al río Grande; el hidrónimo Fuente de los Alacranes en Andújar, y Los Alacranes, en Cárcheles, cerca del río Guadalbullón. En Málaga, aparecen el Cerro Alacrán y Camino a Cerro Alacrán en Estepona, muy próximos al río Velerín, y Las Alacraneras en Alhaurín el Grande. En la provincia de Córdoba igualmente se encuentran Los Alacranes y Puerto de los Alacranes en Villanueva del Rey, Casa del Alacrán en Los Blázquez y Cerro del Alacrán en Santaella, junto al río Cabra. En Sevilla existen tres ejemplos: Los Alacranes en Osuna y La Puebla de Cazalla y Cerro Alacranes, cerca del río Viar, en Villanueva del Río y Minas. En Cádiz, todos los nombres vinculados con esta forma designan lugares marcados por la presencia del agua: en Alcalá de los Gazules documentamos el Arroyo el Alacrán y la Cancha el Alacrán entre el río del Álamo y el río Barbate y el Cerro los Alacranes, también junto al río del Álamo, y en Los Barrios, el Puerto de los Alacranes, cerca del río de la Miel. Por tanto, es destacable, en primer lugar, la presencia de las variantes formales relacionadas con Alacrán y Alacranes en la provincia de Granada, mientras que en el resto del territorio andaluz la frecuencia es mucho menor, y, en segundo lugar, en un gran número de casos estos topónimos sirven para denominar lugares cercanos a corrientes de agua, lo que conecta con el hecho de que el árbol llamado arraclán sea frecuente en humedales y junto a los ríos. En definitiva, en lo que se refiere a la toponomástica, sería fácil, y a la vez erróneo, explicar el nombre sin acudir a referencias menos claras, pero posiblemente más coherentes. Por otra parte, en lo que toca a la información geográfica, acudir a estas explicaciones cimenta, como se está comprobando en este caso, el conocimiento de la existencia de especies vegetales que por su abundancia en una región tuvieron la capacidad de imponerse como topónimos.
No obstante, podemos plantear la hipótesis de que el topónimo Alacranes sea un fitónimo para señalar en el lugar la abundancia de arraclanes, especie arbórea no desconocida en la zona, que crece en humedales y en las orillas de los arroyos y cuyo nombre se incluye por vez primera en la edición de 1817 del diccionario académico: “Árbol. Lo mismo de aliso.” (1817: s. v. arraclán), ya que no es habitual que una especie animal de pequeñas dimensiones como el alacrán tenga capacidad para designar un terreno. El DCECH da como nombre científico para arraclán ‘Ramnus Frangula’ y lo documenta por vez primera en 1790. Sobre su etimología, afirma el mismo diccionario que es de origen incierto, aunque plantea la hipótesis de que puede resultar por metátesis de alacrán (DCECH: s. v. arraclán). En esta entrada, Corominas y Pascual plantean sus dudas acerca de la etimología de arraclán desde araclán, entre otras cosas porque para ello lo esperable es que el árbol en cuestión tuviera algún rasgo que lo asemejara al animal, como, por ejemplo, tener espinas, y no es este el caso. Sin embargo, nosotros intuimos que la relación semántica entre arraclán ‘árbol’ y araclán ‘animal’ se puede encontrar en las propiedades medicinales de ambas realidades: Covarrubias señala que “El azeite en que se ahogan los alacranes es en medicina para muchos remedios.” (1611: s. v. alacran) y Font Quer (1962) destaca las propiedades medicinales de la corteza de este árbol.
Nuestro topónimo Alacranes, siguiendo esta última posibilidad corominiana, pasaría por una nueva metátesis (arraclán > araclán), favorecida por la etimología popular. Destacamos que no son extrañas en todo el territorio hispánico las metátesis sobre el término alacrán, de modo que atestiguamos resultados como el valenciano arreclau; aragoneses arraclán, arriclán, arraclau, arraclabos, reclau y carranclán; el murciano y navarro arraclán; los navarros carranclán y garranclán; los extremeños araclán y arraclán, y la forma salmantina, murciana, navarra y canaria arranclán, según documentamos en Corriente [5]. Vista la existencia de esta metátesis, no sería extraña la inversa para el topónimo, de manera que el proceso hasta este sería el siguiente: alacrán ‘animal’ > arraclán ‘árbol’ (por las propiedades curativas de ambos) > Alacranes como topónimo para denominar un lugar en el que abundan los arraclanes. Aunque los estudios toponomásticos se aplican al topónimo objeto de la investigación y no son siempre generalizables, podemos establecer hipótesis y pensar que quizás esta motivación que hemos expuesto para el topónimo onubense es válida para los abundantes ejemplos de variantes toponímicas que registramos en Andalucía, sobre todo oriental, que contienen Alacrán y Alacranes: según los datos del Instituto Cartográfico de Andalucía, en la provincia de Granada aparecen Alacranera, en el término de Escúzar; un paraje denominado Alacranes y Cortijo de los Alacranes a orillas del río Castril en Cortes de Baza; un curso fluvial llamado Barranco de los Alacranes en Albuñuelas, Jayena y Quéntar; en la misma localidad de Quéntar una parte de este mismo curso fluvial se denomina Barranco del Pocito o de los Alacranejos, una zona boscosa Pinares de los Alacranes y una elevación cercana Cerro de Alacranes; en la misma provincia, en Turón, encontramos Alacranes y Cerro de los Alacranes; cerca del río Trevélez, en el término de Busquístar, existe el Cortijo de los Alacranes; en el de Albuñol aparece Cuesta de los Alacranes; Cueva de los Alacranes en Cúllar; Los Alacranes en el término municipal de Loja; en Dílar, junto al río del mismo nombre, se encuentran la Trancada de los Alacranes y el Llano de los Alacranes, topónimo que se repite en el término municipal de Albuñuelas, y en Jayena, existen las variantes la Solana de los Alacranes y Umbría de los Alacranes. Por su parte, en la provincia de Almería hallamos tres topónimos con la forma Alacranes: Cuesta de los Alacranes en El Ejido; Cortijo de Los Alacranes en Chirivel, y Cerro de los Alacranes, nuevamente cerca de una corriente de agua, que en este caso se trata del río Nacimiento, en el término de Alboloduy. En la provincia de Jaén aparecen El Puntal de los Alacranes en La Carolina, junto al río Grande; el hidrónimo Fuente de los Alacranes en Andújar, y Los Alacranes, en Cárcheles, cerca del río Guadalbullón. En Málaga, aparecen el Cerro Alacrán y Camino a Cerro Alacrán en Estepona, muy próximos al río Velerín, y Las Alacraneras en Alhaurín el Grande. En la provincia de Córdoba igualmente se encuentran Los Alacranes y Puerto de los Alacranes en Villanueva del Rey, Casa del Alacrán en Los Blázquez y Cerro del Alacrán en Santaella, junto al río Cabra. En Sevilla existen tres ejemplos: Los Alacranes en Osuna y La Puebla de Cazalla y Cerro Alacranes, cerca del río Viar, en Villanueva del Río y Minas. En Cádiz, todos los nombres vinculados con esta forma designan lugares marcados por la presencia del agua: en Alcalá de los Gazules documentamos el Arroyo el Alacrán y la Cancha el Alacrán entre el río del Álamo y el río Barbate y el Cerro los Alacranes, también junto al río del Álamo, y en Los Barrios, el Puerto de los Alacranes, cerca del río de la Miel. Por tanto, es destacable, en primer lugar, la presencia de las variantes formales relacionadas con Alacrán y Alacranes en la provincia de Granada, mientras que en el resto del territorio andaluz la frecuencia es mucho menor, y, en segundo lugar, en un gran número de casos estos topónimos sirven para denominar lugares cercanos a corrientes de agua, lo que conecta con el hecho de que el árbol llamado arraclán sea frecuente en humedales y junto a los ríos. En definitiva, en lo que se refiere a la toponomástica, sería fácil, y a la vez erróneo, explicar el nombre sin acudir a referencias menos claras, pero posiblemente más coherentes. Por otra parte, en lo que toca a la información geográfica, acudir a estas explicaciones cimenta, como se está comprobando en este caso, el conocimiento de la existencia de especies vegetales que por su abundancia en una región tuvieron la capacidad de imponerse como topónimos.
Bibliografia: Fitotopónimos y sinfitotopónimos del poniente granadino. Guillermo Benítez Cruz, M. Reyes González-Tejero y Joaquín Molero Mesa Departamento de Botánica. Facultad de Farmacia. Universidad de Granada
La toponimia como medio de información geográfica: el caso de los fitotopónimos” de Francisco Molina Díaz, Universidad Pablo de Olavide.
Cortijo del Portichiuelo año 1996. (Archivo Alhama Comarcal)
Cueva de Carrabé año 1996: (Archivo Alhama Comarcal)
Cortijo de La Caldereta, o de la Garrapata, año 1996 (archivo Alhama Comarcal)
Vista de Jayena desde la Mesa de Jayena año 1996 (archivo Alhama Comarcal)
Calera en Los Corrales del Marques, hoy denominado Vacal, año 1996, (archivo Alhama Comarcal)
Barranco de las Cuevas, año 1999. Cuevas principales. Foto de Ángel Calvo
Antiguos depósitos de agua de Jayena antes de convertirse en Centro de Interpretación de recursos turísticos. (Archivo Alhama Comarcal)
Detalle de antiguos depósitos de agua de Jayena, antes de convertirse en Centro de Interpretación de recursos turísticos.
Plaza de la Constitución en enero de 2013 (archivo alhama.com)
> Plano de Jayena 1930, (PDF 335 kb)