
No sé si hoy el grajo habrá volado bajo; seguramente, no. Ni bajo ni alto, al menos por estas tierras nuestras, donde hace tiempo que hemos dejado de ver a estas aves carroñeras planear sobre nuestros campos buscando los cadáveres de animales que allí abandonábamos. Pero, haya o no volado bajo, sí ha hecho un frío del carajo.