Conversaciones con Federico (II). La guerra continua



Luego cuando se acabó la guerra, fue cuando empezó la guerra en Jayena, en lo que digo ni pongo ni quito.

 Aquel Pedro “EL FAI”; (vuelve a insistir Federico), era un criminal, no era otra cosa que un criminal, mató a Frasquito “Pilar”, un hombre viejo y ciego. Aquel mismo día que mató a Frasquito Pilar mató a uno de Fornes, si aquel mismo día, (recalca, y su rostro tranquilo, denota impotencia, desconsuelo y dolor). (Y continua), entonces el pueblo se levantó contra aquel hombre, y no tuvo más remedio que irse, y corrió para el Padul. Pedro “El FAI” murió en el puerto de Jayena, le pegaron doce tiros. Otro hombre que se llamaba Celsio consiguió escaparse, le pegaron dos tiros, en la plaza cuando lo iban a fusilar, uno le partió el brazo, y el otro le entró por la espalda y le salió por la barriga, pero se escapó a la zona roja. Cuando lo iban a fusilar en la plaza junto a Bastian el de la Rubia, corrió hacia quienes le intentaban fusilar y herido escapó, a Bastian sí lo fusilaron.

 A muchas mujeres las pelaban y las hacían recorrer en procesión las calles del pueblo, burlándose de ellas. Luego cuando se acabó la guerra, fue cuando empezó la guerra en Jayena. Que yo recuerde, en combate en el frente, solo murieron tres personas de Jayena, uno al que decían “Miguelico” (probablemente Federico se refiera Miguel Calero caballero, que murió en Cozvíjar el 27 de enero de 1937), y otros dos que murieron en la zona roja, pero quiero decir que fueron tres, en los frentes. A consecuencia de la guerra los otros dos jayeneros a los que se refiere Federico prodrían ser: Máximo Giner García, el día 6 de febrero de 1937, era carbonero, y murió en Alhama de Granada y Geronimo Ordoñez Espadas el 30 de enero de 1937.



 En el mes de marzo de 1940, fueron fusilados que yo sepa en el cementerio de Granada junto a otros muchos, nueve de Jayena, entre ellos había dos hermanos, y en la casa de esos dos hermanos, en la puerta pusieron dos guardias civiles de guardia para que no le diera nadie el pésame a la madre. También fue allí donde fusilaron a Manuel Pérez Maldonado con 30 años, al que apodaban “Largo Caballero”. ( en este momento anoto que Manuel Pérez Maldonado fue fusilado el 28/03/1940. Manuel es tio abuelo, de quien firma esta crónica, y fue fusilado tras haber estado en uno de los campo de concentración de Guadix, el de La Azucarera de San Torcuato, o La Espartera situada en Benalúa de Guadix, aún no he podido determinar cuál, dejaba viuda y niño recién nacido, tras ser reclamado por los terratenientes de Jayena, que cuando tuvieron conocimiento que se encontraba preso en uno de esos campeo, hicieron todo lo posible por que fuera fusilado, por venganza y escarmiento). A este fusilamiento en ese mes de marzo hay que unir los de: José Álvarez Martín, 28 de marzo de 1940, Espadas Orihuela Demetrio, 16 de marzo de 1940, Moreno Martín José Félix, Peregrina Fernández Antonio, 28 de marzo de 1940, Sánchez Moreno Manuel, 28 de marzo de 1940, Pérez Jiménez José Antonio, 16 de marzo de 1940,

 A mi “mama” Carmen, (la voz en este momento se le rompe a Federico, y por unos instantes el silencio se hace en la habitación, hasta que de nuevo puede articular palabra), que estaba muy enferma también la pelaron y la pasearon por la calle. El día que se llevaron a mi “mama” para pelarla, llegó un muchacho, y le dijo Carmen, vete para el cuartel, enferma como estaba... (otra vez silencio). Había una mujer que se llamaba Saturna, que no podía andar, está mal de los pies, también la pelaron, y le hicieron muchas burlas en el “Roaero”. Mi padre estuvo cuatro años en la cárcel, y mi abuelo doce. Mi abuelo tenía una piara de ovejas, de 800 ovejas, y se las quitaron todas.



 Vivíamos y nos apañábamos como podíamos, mi hermana sirviendo en las casas, y yo guardando marranos, y luego trabajaba en el campo dando jornales. En el verano yo era “regaor” de los prados de la Resinera. Cuando llegó mi padre de la cárcel, me fui a trabajar con mi padre de jornalero. Un pan valía 25 pesetas y un jornal ocho o nueve pesetas. Pan había, pero ¿quién se lo comía? Para colmo tuvimos la tiranía de que todas las noches, por tener un familiar en la sierra, (mi tío Ramón, aclara), de maqui, nos echaban la llave de la puerta de la casa, Ellos tenían la llave, y te abrían por la mañana cuando querían, antes de ponerse el sol teníamos que estar en Jayena, dentro de la casa para que te echaran la llave. (Aclaración: Ramón Medina Moreno, el tío de Federico, era conocido entre los maquis como Esteban, murió a los 35 años el 18/04/1950 en el barranco Aceral enterrado en el cementerio Güéjar Sierra)

 En la Finca de La Resinera he estado trabajando durante 38 años, recuerdo como si fuera ahora el día que entré, era un veinticinco de abril. Yo entré a la Resinera con el oficio de “regaor·, a regar las alamedas, estuve 3 años o cuatro con este trabajo, también hacía de vez en cuando otras tareas del monte. Y un día cuando estaba regando el guarda Martín, Martin Sanz Sanz se llamaba, me llama y me dice, Federico vas a dejar las alamedas, vamos a hacer una ordenación de monte y te tienes que venir a la sierra. Al día siguiente fui a La Resinera, estaba el encargado, el guarda mayor y el abogado, y me dice el abogado, bueno ya vamos a salir del encanto, a partir de hoy eres guarda. Me dieron la correa de guarda, y el permiso de armas, y me dijo vas al cuartel y recoges el rifle. Mi primera tarea fue participar en el recuento de todos los pinos de la Resinera. Siete años contando pinos. Había siete cuadrillas de dos personas contando pinos, ya te digo siete años contando pinos. Después ya me tocó llevar los cuarteles, las picas de los resineros, y todas otras funciones de guarda.

> Mapa de la Finca de La Resinera 1972 (PDF 746 kb)

Continuará....

> Ir al capítulo I.

> Ir al capítulo III.