No lo olvidarán mientras vivan. Ni Andrés García Maldonado, como protagonista de la jornada. Ni su familia, amigos, compañeros y autoridades que compartieron la “histórica” jornada del 10 de julio, en la que por primera vez un alhameño ha sido declarado oficialmente “Hijo Predilecto” y, además, se le ha dedicado una vía, cuando aún puede disfrutar de este importante reconocimiento.
Imagen superior: Las autoridades aplauden al homenajeado tras descubrir la placa de la calle con su nombre.
Hacía un buen rato que la campanada de la una en la torre de las Angustias había sonado y que su eco había recorrido lánguidamente el cañón del río Marchán, cuando en un abarrotado salón de plenos comenzaban a entrar las autoridades. Bora Frías, la secretaria del alcalde, descorría levemente el telón situado en la parte frontal para dar paso a las autoridades que ante la imposibilidad de hacerlo por el estrecho pasillo penetraban en la sala por la pequeña puerta que da acceso directo a los asientos de los representantes del pueblo que en esta solemne ocasión estarían ocupados por el primer edil alhameño y anfitrión, Francisco Escobedo, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; la alcaldesa del Rincón de la Victoria, Encarnación Anaya, los delegados provinciales de Turismo, Deporte y Comercio de Granada y Málaga, Sandra García y Antonio Souvirón, respectivamente, y los vicepresidentes de la Cámara de Comercio de Málaga, Rafael García Padilla y Juan Cobalea. También estuvieron en este acto la teniente alcalde y concejal de Cultura, Sonia Jiménez y los concejales socialistas, Raquel Ruiz, Manuel Naveros y Javier Molina, así como el popular, José Manuel Moles. Por iniciativa personal, también lo hizo la alcaldesa infantil, Eva Pérez Franco.
Con el termómetro por encima de los treinta grados comenzaba este singular acto con la bienvenida del alcalde alhameño al más del centenar de personas que a duras penas cabían en el salón de plenos, tras lo que dio pidió al secretario del general de la corporación, Carlos Bullejos, la lectura de las actas de aprobación del nombramiento como hijo predilecto y de nueva denominación de la calle. El primer acuerdo fue tomado el 31 de julio de 2008, por sus “méritos singulares, por el impulso a numerosas iniciativas culturales, la ingente bibliografía dedicada a Alhama y su comarca, su labor humana y profesional y por haber difundido el nombre de Alhama de Granada, y el de alhameños y alhameñas en distintas áreas del saber”. En tanto que el segundo se adoptó el día 25 de mayo de 2010, en el que se acordó cambiar el nombre de las vías públicas conocidas como Carril Alto y Alameda por el de Avenida Andrés García Maldonado.
Palabras de la alcaldesa del Rincón de la Victoria
A continuación el alcalde anfitrión cedió la palabra a Encarnación Anaya, alcaldesa del Rincón de la Victoria, quien en sus "sentidas y emocionadas palabras" destacó la "inmensa alegría" de poder acompañarlo en este "día tan especial" para Andrés, a quien conoce desde siete años, los suficientes, según su palabras, para reconocer el trabajo y labor incansable que siempre ha desarrollado en pro de la cultura y de la sociedad que le ha rodeado. Para terminar indicó que “en nombre de todos los colectivos del Rincón de la Victoria con los que has colaborado y sigues colaborando, y del propio municipio al que represento, te quiero agradecer enormemente el tiempo que nos has dedicas”. Así mismo, aprovechó para recordar que el pleno del municipio malagueño, por unanimidad, aprobaba también la dedicatoria de una calle a tan ilustre vecino por su larga trayectoria, el 27 abril de 2007.
Intervención de Francisco de la Torre, alcalde de Málaga
A continuación tomó la palabra el alcalde popular de Málaga, Francisco de la Torre, quien tras saludar al resto de componentes de la mesa extendió su saludo al concejal de la corporación malagueña y oriundo de Alhama, Raúl López Maldonado, presente en la sala en su silla de ruedas al tiempo que agradeció al alcalde y comisión organizadora la invitación a este acto "hermoso que tiene un justificación clarísima: el reconocimiento a un hijo ilustre, nacido en esta tierra y que muy joven, con 19 años marchó a Málaga pero que nunca olvidó sus raíces alhameñas”.
Seguidamente destacó la entrega de Andrés en Málaga como periodista, abogado y en las distintas labores profesionales que desarrolló primero como subsecretario y más tarde secretario de la Cámara de Comercio, concejal del Ayuntamiento de Málaga de 1979-1983 tras las primeras elecciones democráticas, donde desempeñó las funciones de teniente alcalde y portavoz de UCD y sobre todo, cuando tuvo la "ocasión gratísima" de conocer a Andrés que fue con motivo de una etapa triste de su vida, en el año 1969 cuando fallece su padre, y él llego a Málaga, donde un año antes ambos habían constituido junto a otros malagueños la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga con motivo de la creación de tres universidades -Autónoma de Madrid, Barcelona y Bilbao- y cometerse la injusticia de olvidar la ciudad de Málaga que desde hace tiempo venía reclamando ser sede universitaria, y a pesar de ser la ciudad más grande de Europa sin universidad. “Miles de malagueños lo entendieron y unos cuantos los lideraron, en unos tiempos en que no era fácil realizar movimientos ciudadanos, mi padre y un jovencísimo Andrés, con 20 años, estuvo en ese momento germinal de esta asociación”.
Continuó refiriéndose a esos primeros encuentros en el que coincidieron y “el impacto que me producía una persona tan joven, tan atenta a los temas de actualidad y con tanto sentido del servicio a la sociedad como ha sido la persona de Andrés”. Así mismo, explicó el paso por la política pues se “incorpora en los momentos de la transición a crear y reforzar fuerzas políticas democráticas y crear una estructura en las que se pudiera votar, elegir y participar en la vida ciudadana” y de cómo “nos quedamos huérfanos después de la disolución de UCD y Andrés reorienta su vida a través de la Cámara de Comercio y quienes están aquí sabe de su capacidad de trabajo y entrega en servirla”. Así mismo, habló de la proyección de nuestro paisano a través de los medios de comunicación en los que volcó su interés y forma de escribir. “Hoy es presidente de la Asociación de la Prensa de Málaga y refleja la confianza de muchos periodistas en quien puede representarles”, añadió.
También destacó su sensibilidad por los temas culturales, sus continuos estudios de los temas de Alhama, la tierra que le vio nacer y de otros muchos temas de Málaga y lo definió como “amante de la historia, de la realidad, buena gente, desinteresado, y merecedor de este reconocimiento. Creo que honráis a Andrés pero también os honráis vosotros con esta distinción. Para mí ha sido un honor y una satisfacción estar aquí porque de alguna manera estamos sumando el reconocimiento de gente Málaga hacia lo que vosotros estáis haciendo”.
Más tarde comentaría su “conexión familiar” con Alhama que supo a través de Andrés. “Como sabéis mi segundo apellido es Prados y este apellido renace de aquí, de Alhama de Granada. El abuelo de mi madre que en paz descanse, nació en Alhama, emigró a Málaga a final del XIX, y, junto con su hermano Emilio Prados, instalan en la calle Larios una tienda de muebles. Su hermano, el gran Emilio Prados, de la generación del 27, el poeta exiliado del que mi madre me contaba maravillas. Con esta empresa ayudó a él y a Manuel Altoaguirre a mantener aquella gran aventura cultural de una imprenta que se creo y que fue todo un símbolo de la generación del 27. El padre de mi bisabuelo y el padre del bisabuelo de Andrés eran primos hermanos. “Como buen estudioso de las cosas de Alhama es el quien lo ha encontrado y me lo ha contado. Me siento muy orgulloso en esta tierra que es tierra de mis antepasados”, concluyó.
Palabras del alcalde de Alhama, Francisco Escobedo
A continuación vendría la intervención del alcalde anfitrión que comenzó con unas palabras de agradecimiento a las personas que han colaborado en la organización de los actos tras lo que destacó la presencia de una invitada especial, Eva Pérez Franco, que sentada junto al secretario seguía el acto. “Nuestra alcaldesa infantil de Alhama, (aquí fue interrumpido por unos sonoros aplausos) ha querido compartir con nosotros este entrañable acto de reconocimiento a uno de sus hijos. Ella que representa la ilusión y el futuro ha querido tener una presencia activa en las actividades organizada a tal efecto”.
Más adelante indicó cómo la presencia de autoridades daba una idea de los valores, personalidad y valía del homenajeado que “hoy distinguimos con el mal alto honor a una persona nacida en esta ciudad, hijo predilecto, ciudad hospitalaria donde las haya, con importante potencial cultural, histórico, medioambiental, pero donde lo que más destaca y nos sentimos orgullosos es de nuestras gentes”. Seguidamente señaló que en Andrés “se aglutinan méritos que por cualquiera de ellos se le podría haber realizado el reconocimiento que el 31 de julio de 2008 realizó esta corporación municipal”. Así mismo, esbozó una pequeña biografía de Andrés que “vio la luz por primera vez en esta ciudad el día 21 de enero de 1948, a las cuatro de la tarde, en la casa que actualmente tiene su familia en la calle Enciso, nº 18. Creció y compartió su juventud con sus familiares y amigos por el entramado de una ciudad llena de historia y necesitada de una generación de jóvenes con ganas de impulsar las tremendas posibilidades de esta ciudad que podía y debía salir del estancamiento en el que estaba sumida en los años 50 y 60 del pasado siglo”.
Renglón seguido el primer edil enumeró algunos de los méritos reunidos en la persona de Andrés y de su compromiso con Alhama: participación en la comisión de fiestas, distintas actividades culturales, creación del Festival de la Canción de Andalucía de Alhama de Granada, el patronato de estudios alhameños, etc. Más adelante expuso su primer encuentro entre ambos. “Mi primer recuerdo personal fue en junio de 1987 cuando recién nombrado concejal de esta corporación municipal y acompañado del entonces alcalde, Antonio Molina, nos dirigimos a su domicilio del Rincón de la Victoria para pedirle que colaborara con el Festival de la Canción de aquel año. Desde entonces y hasta hoy me consta y, así lo he podido comprobar, el firme compromiso del homenajeado con esta ciudad, con sus gentes, con el Festival, con los premios de periodismo, el patronato, la velada de los romances, las publicaciones de Alhama y su comarca, la propuesta de escudo y bandera, las colaboraciones con ALHAMA COMUNICACIÓN y tantas y tantas actividades, de los innumerables méritos que en la persona de Andrés se aúnan con este galardón, pero por encima de todo se ha de destacar en su persona su profundo amor a esta tierra que lo vio nacer materializado en las múltiples actividades que ha organizado y la divulgación de los tema s de Alhama que hace allá donde va. Ha sido es y estoy seguro que será uno de nuestros mejores embajadores por el mundo”.
Antes de concluir también tuvo palabras de agradecimiento para Mari Carmen Sánchez, esposa de Andrés, sus dos hijos, Carmen Elena y Félix Luis, su yerno Rafael y su nieto Andrés, todos presentes en el acto. “Siempre han respetado tu alhameñismo y aunque no han nacido en Alhama se sienten cada vez más uno entre nosotros. A todos ellos mi más sincero agradecimiento y reconocimiento en nombre de los alhameños y alhameñas”, expresó tras lo que congratuló de que en la actualidad haya visto cumplida una de las aspiraciones en aquel lejano 1967 como era la tener una vivienda propia en tu ciudad natal. “Hace unos años pudiste ver hecho realidad ese deseo, en la calle Llana, junto al Tajo, y el corazón de nuestra ciudad, tienes un rincón para compartir tu nueva etapa de abuelo, etapa que me consta estará a caballo entre tu ciudad de adopción y tu ciudad natal”. Así mismo, explicó algunas singularidades de la nueva vía que desde esa jornada lleva el nombre de Andrés como son su comienzo el la histórica Puerta de “Graná”, entrada cuando se iba y volvía a la capital y, por donde, el 9 de abril de 2002 la ciudad de Alhama recibió al Príncipe de Asturias en representación de la Casa Real, y que lleva hasta el corazón de la ciudad. “Desde hoy, por voluntad de la Corporación Municipal y de la ciudad de Alhama, por tus méritos y alhameñismo podremos pasear por la avenida que lleva tu nombre en reconocimiento a uno de los alhameños más ilustres, al hijo predilecto de esta ciudad”. Dicho esto el alcalde y la alcaldesa infantil, procedieron a entregar la insignia de Hijo predilecto y del pergamino con tal reconocimiento.
Intervención del protagonista de la jornada, Andrés García Maldonado
A continuación tomó la palabra el homenajeado que visiblemente emocionado indicó “he querido escribir lo que quiero decir exactamente porque no quiero condicionarme y prestarme a un fallo de la emoción que siempre estaría justificado”. Sin embargo, de nada le sirvió, pues a pesar de estar habituado a hablar en público y hacer durante buen tiempo sin apoyo de papeles, en estos momentos, especialmente cuando citaba a sus padres y hermanos especialmente Félix Luis, tuvo que recurrir al pañuelo para secar emocionadas lágrimas.
“Junto a uno de los balcones de la casa donde nacimos en la alhameña calle Enciso, mis padres están charlando y Félix Luis, hermano y primer compañero de juego, y yo sentado en el mismo balcón jugando. Es noche veraniega, cerrada, y se oye el monótono sonar caño cercano y el ladrar de los perros”, de esta forma comenzó y compartió “el recuerdo más viejo que he conservado con sorprendente nitidez reforzándose con el paso de los años”. Posteriormente fue añadiendo recuerdos de su niñez, su traslado a la casa de la Calle Fuerte, el privilegiado trato del benjamín de la casa recibido de sus hermanos Felipe y Juan Manuel, su querida abuela, sus juegos infantiles en calles, los ratos de las merienda de aquellos años unos de chocolate y otros un bollo con azúcar, los domingos de misa, los paseos por las Calles Bajas, la realización de fotos y perfeccionamiento de técnicas pictóricas por parte de Juan Manuel, y a su madre “siempre bella y elegante”.
Así mismo, explicó que en esos años se forjaba el niño que no dejó nunca de soñar con su condición de alhameño reforzada con la marcha a Granada para continuar los estudios, sus recuerdos de la academia de don Juan, a su maestro Agustín Molina, sus amigos de entonces (Tomás Valenzuela, Bernardo Espejo, Carlos Fernández, Paco Palomino,... y quizás algún otro). “Desde la distancia Alhama fue tomando más fuerza afectiva”, comentó antes de recordar la mesa de ping pong en las dependencias de la casa sacerdotal de la iglesia del Carmen, a Antonio Moreno Cabello, presente en su vida desde su infancia que puso en marcha el club de la amistad, al sacerdote Paco Valverde, la primera publicación de un artículo en el programa de feria titulado “Alhama histórica” y que redactó animado por Pepe Ramos Espejo, y que fue el inicio de una gran amistad con el entonces teniente alcalde, Antonio Pastor. Luego vendrían múltiples colaboraciones en Ideal, Patria y la Hoja del Lunes, casi siempre sobre temas de Alhama: “Nunca olvidaré la impresión que me causó ver publicado primer artículo a toda página titulado “Alhama la suspirada”. También rememoró al entonces alcalde, Pepe Gómez y sus consejos acertados y propuestas sobre el Festival de la Canción, revista La Comarca, homenaje a Hinojosa y Naveros y su nombramiento como consejero comarcal de Bellas Artes, la entrada en funcionamiento del colegio libre adoptado y después instituto.
Igualmente compartió con los presentes un poema compuesto en la época lleno de pesimismo juvenil que comienza: "En el mañana las horas/ tendrán el color del pasado", y su encuentro con un joven periodista, José Luis de Mena, que le dio las primeras clases de periodismo y le facilitó un puesto de redactor en el periódico Sol de España de Málaga. También habló de su compañero de profesión Antonio Ramos y del que fuera vicepresidente del Patronato en el momento de su fallecimiento, Juan Castro.
Muchos alhameños supimos de su boca el motivo del por qué en un momento determinado de su vida tomó la decisión de organizar el Festival de la Canción en Málaga. "El desinterés de un alcalde que no prestaba el apoyo debido, mi equivocado personalismo en un momento dado y el que tardaban en devolverme las 50.000 pesetas que había adelantado pocos días antes de mi boda me llevó a proponer la celebración del Festival de la Canción en Málaga. Lo que supuso el lógico revuelo y tensa situación que tardaría un tiempo en superarse”. Y así fue hasta que el 27 de junio 1987 recibía en su domicilio la visitaba el alcalde, por entonces Antonio Molina, y teniente alcalde, Francisco Escobedo, que le pedían su colaboración para el Festival alhameño lo cual aceptó sin dudar. Recuperación que supuso la recuperación para Alhama de Andrés pues a ello siguió el estudio el estudio de la bandera y la fijación de las armas del escudo, y más adelante con Pepe Molina, la puesta en marcha de las veladas de los romances y la oportunidad de volver a trabajar con Francisco Escobedo y con Juan Cabezas, en los medios de comunicación, la incorporación de Raúl Gálvez al Patronato. También tuvo emotivas palabras para sus amigos Baldomero y Kety.
"Mis victorias han sido el elegir Málaga y el rincón para el diario vivir y Alhama y la calle Llana para el ocioso discurrir", resumió antes de indicar “estas distinciones no las hubiera recibido si no hubiese conocido, Pepe Sánchez Pacheco, padre de Mari Carmen, mi enorme fortuna, engrandecida con los hijos, sin olvidar a los suegros, y al yerno, de Andrés, y a nuestro nieto. De calle Llana, 12, a la Enciso, 18, pasando por este ayuntamiento y día hay toda una vida” manifestó al tiempo que agradeció a Andrés Cuevas y Juan Castro ser los primeros que lo solicitaron y la comisión organizadora, amigos, familiares estos momentos tan emotivos. Aprovechó este momento para reivindicar este reconocimiento para otras personas merecedoras de estas distinciones, e incluso pidió disculpas a los vecinos de las dos calles afectadas por el cambio de denominación, “cambio de nombre no supone el más mínimo agravio para nadie”.
Como no podría ser de otra forma aprovechó el momento para explicar el origen de la denominación de ambas vías (Alameda y Carril Alto), al tiempo que se mostraba admirado por la fundamentada elección pues la Avenida Andrés García Maldonado empieza en Académico Hinojosa, figura señera, en cuyo acto en su honor por primera vez intervino en el Cinema Pérez, y entronca con la Puerta de Granada por la que han llegado los reyes granadinos, Isabel la Católica, y también por donde entró su padre a esta ciudad. Todavía tuvo un recuerdo para otros paisanos y amigos ausentes como Juan Gómez Ortiz, Justo Gómez, Manuel Vinuesa, Paco Pérez, y otros familiares, para terminar con "un ya sabéis donde me tenéis" que fue seguido un prolongado y sonoro aplauso.
Descubrimiento de la placa y recorrido por la Avda. Andrés García Maldonado
Tras el acto institucional una numerosa comitiva, a pesar de las altas temperaturas, se dirigió por la Carrera de Francisco de Toledo, Iglesia, plaza de los Presos, calle Vendederas, Carnicerías Reales hasta llegar a la Puerta de Granada. Aquí tras esperar unos minutos se procedió a descubrir la placa que hasta entonces permanecía oculta bajo la enseña alhameña. Después de nuevo la alcaldesa infantil le haría entrega de una réplica en miniatura de dicha placa mientras los presentes ofrecieron otro nuevo aplauso. A continuación autoridades y vecinos realizaron el recorrido de la vía renombrada en cuyo transcurso se produjo otra de las sorpresas de la jornada pues el policía local, Salvador Vargas y su esposa Loli, entregaron a Andrés y Mari Carmen, su tarjeta personal en la que aparecía la vía con su nuevo nombre, convirtiéndose, posiblemente los primeros en utilizar la nueva denominación.
Con la foto de familia frente en el rótulo de la calle, junto enfrente donde aparece la placa de la Ruta de Ibn Batuta, que igualmente discurre por esta vía finalizaba el acto institucional.
*** HOMENAJE DE AMIGOS Y COMPAÑEROS ***
No así el que sobre ciento cincueta amigos y familiares quisieron rendirle en el Restaurante El Ventorro. Tal y como estaba previsto, ya en los postres tomaría de nuevo la palabra, en nombre de la comisión organizadora, amigos y familiares, el presidente de la Asociación de la Prensa de Granada, Antonio Mora, para felicitar al homenajeado y explicar el simbolismo del obsequio salido del taller del orfebre granadino Rafael Moreno en el que se podía ver una reproducción en bronce y plata de la llave de la puerta de la Justicia sobre el fondo verde y granate de la bandera alhameña. En la placa el escudo de Alhama y sobre una granada la pluma de los escritores junto a la expresión latina Amicus protectio fortis, (La protección de los amigos te hace fuerte) lema con el que se pretendía simbolizar la importancia de la amistad.
La simbología del regalo |
De nuevo Andrés, ya más relajado, tomó la palabra, para agradecer el obsequio brinado por sus amigos. “Siempre hay una palabra para expresar lo que se siente, os quiero y os agradezco todo lo que habéis hecho desde el corazón. Esa llave será de una puerta que siempre ha estado abierta y estará a ese afecto, a esa historia. Los años se van acortando pero la amistad se va alargando en todos los sentidos”.
A continuación, Marina Arrebola entregaría a Mari Carmen una preciosa pulsera de plata y un ramo de flores. Igualmente informó del detalle de las monjas clarisas de San Diego al sumarse a este evento con el obsequio del postre, unos exquisitos tocinitos de cielo.
Palabras de Raúl Gálvez, secretario del Patronato de Estudios Alhameños
En el siguiente turno de intervenciones lo hizo, Raúl Gálvez, en nombre del Patronato, que comenzó con las disculpas de Ignacio Benítez por no poder compartir estos momentos al encontrarse en La Habana en un ciclo de conferencias jurídicas. Seguidamente manifestó su “sincera felicitación” a Andrés, “alma del Patronato” y expuso de una manera clara trayectoria de esta entidad abierta e independiente que él impulsada “fomentando, realizando y manteniendo todos los actos necesarios en pro Alhama”. Para terminar manifestó “nuestra más emocionada felicitación por el reconocimiento recibido a tu labor continuada pero, sobre todo, por tu sentimiento real e inconfundible hacia Alhama de Granada”.
Lectura del texto del Patronato-Hogar Ntra. Sra. de los Ángeles e intervención de Antonio Ramos
Posteriormente se procedería a la lectura del texto remitido desde Málaga por Adolfo Crespo, José García Barceló y Luis Plaza del Patronato Hogar Nuestra Señora de los Ángeles que por “enfermedades no programadas y viajes previstos” les impedían “estar a tu lado y mostrarte todo el afecto y cariño que te tenemos después de 30 años de amistad, unidos, por la lucha, proyectos comunes, trabajos en esta Ciudad y por el Asilo de los Ángeles que tanto aprecias”. A ella seguiría la intervención del periodista alhameño Antonio Ramos que en su breve locución dio la enhorabuena al homenajeado y también al ayuntamiento y al alcalde. “Me alegro por lo que me toca de alhameño, de amigo y de compañero periodista. Creo que es el premio más importante que se le puede otorgar a una persona. Porque sale de las raíces, como un manantial de agua, y viene del corazón de un pueblo”. Más adelante indicó que “pocos pueblos pueden presumir de tener un cronista de su historia de la talla de Andrés. Un hombre además preocupado por el progreso cultural y social de Alhama”, al tiempo que dejó caer que “después de este reconocimiento, le pondría un título a un artículo o a un libro… Ese título no puede ser otro que “El amante de Alhama”.
Sáiz-Pardo y Juani Olmos
Otro de los involuntarios ausentes fue el exdirector de Ideal, Melchor Saíz-Pardo, quien en un correo electrónico manifestaría los motivos que le impedían estar en Alhama pero “sé que Andrés estara rodeado de buenísismos amigos y yo, estaré con vosotros desde la distancia”. También su paisana y compañera del Patronato, Juana Olmos, quiso manifestar en verso lo que sentía por este homenaje.
"Por ser tan buena persona,
un hombre tan entregado,
sobre todo a la cultura
Alhama lo ha valorado.
Pues su hijo predilecto
con orgullo lo ha nombrado,
una calle con su nombre
por ello le ha regalado.
Por ello y por tantas cosas
como ha hecho por Alhama,
nos ha enseñado su historia
y también a valorarla.
A comprender la hermosura
de tantas cosas pasadas,
procursor de tantos actos,
que se imparten en Alhama.
Tú eres alhameñisismo
con toda clase de honores,
aunque a ti te de lo mismo,
tu gente lo reconoce.
Y en el corazón del pueblo
en un precioso paraje,
emblemático por cierto
te entregamos esta llave.
Para que abras la puerta
de esa entrañable calle,
donde su suelo es historia,
histoira y de las grandes.
Por ello la abandonaron
sus amados musulmanes,
y entraron a defenderla
cristianos de buena sangre.
Tu la honras con tu nombre
que por siempre así se llame
Andrés García Maldonado
así lo quiere tu madre
Rafael Salas y el cuento de Pablo Coelho
Por la parte de la Asociación de la Prensa de Málaga intervino Rafael Salas quien aprovechó para narrar con gran expresividad un cuento de Paulo Coelho, en concreto la historia de un jinete, su caballo y su perro, que van buscando un lugar para beber y que llegan al cielo. Tras el mismo manfiestó “Tu vida ha sido una vida de entrega permanente a los demás y nunca has abandonado a los que te rodean y a los que te quieren. Esa es tu grandeza y por eso estás en nuestro cielo”.
Gerardo Gómez, el grupo de teatro alhameño y Cervantes
Así mismo, lo hizo el alhameño Gerardo Gómez quien en un texto improvisado expuso sus recuerdos de finales de los 50 y principio de los 60 cuando con un grupo de amigos preparaban algunas obras de teatro de Calderón y Tirso de Molina, e incluso Doña Rosita la soltera de Federico García Lorca. Era el año 63 y tuvo que ser suspendida por la muerte de su primo Eladio. También rememoró cuando Andrés siendo un chiquillo empezó con el Festival de la Canción, y tantísimas otras cosas como ha hecho. “Participé en la organización del III Festival lo que le permitió ver la capacidad de trabajo, el ahinco e ilusión por las cosas de Alhama. Por eso es un acierto el distinguirte por tu entrega a Alhama”, explicó antes de despedirse con unas palabras de Cervantes extraídas del Quijote " La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni el mar encubre; por la libertad así como por la honra se puede y debe aventurar la vida, y, por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Brindis poético-musical de Juan Salvador
El broche a este hermoso acto vendría con la intervención del cuñado de Andrés, Juan Salvador Sánchez, quien en recuerdo de las personas que desgraciadamente no estaban ese día a su lado solicitó un brindes con fondo musical.
"Brindo porque brindo,
porque hoy quiero brindar
porque me encuentro obligado.
y lo quiero confesar
Jamás en parte alguna vi
tanto acopio de amistad
tanto saber en esta persona
que en su querida Alhama
reconocido ya
Vaciemos ya nuestras copas
por esta unión tan leal
Por Andrés García Maldonado
por todos los ausentes
y por todos los presentes
tan difíciles de igualar.
A continuación todo fueron felicitaciones y parabienes para Andrés y Mari Carmen que difícilmente podían contener la emoción. Lo dicho pocas personas habrán vivido en unas pocas horas tantas e intensas emociones como vivieron en esta jornada la familia todos los presentes. Andrés ya puede presumir de ser profeta en su tierra.
EL HOMENAJE A ANDRÉS EN OTROS MEDIOS:
- IDEAL GRANADA, 11/07/2010
- ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE SEVILLA, 12/07/10
- FEDERACIÓN DE ASOCIACIONES DE PERIODISTAS DE ESPAÑA,12/10/2010
Reportaje gráfico: Alfredo Salgado
Discurso íntegro de Andrés García Maldonado, en el acto de HIJO PREDILECTO Junto a uno de los balcones de la casa donde nacimos, en la alhameña calle Enciso, mis padres están charlando y Félix Luis y yo, sentados en el mismo balcón, jugando. Es noche veraniega cerrada, el monótono sonar del caño cercano no cesa y se escucha el ladrar de perros.
Sres. Vicepresidentes de la Cámara de Comercio de Málaga,Sr. Alcalde, Sr. Alcalde de Málaga, Sra. Alcaldesa de Rincón de la Victoria, Sres. Miembros de la Corporación, Sres. Delegados Provinciales de Turismo, Comercio y Deporte de Granada y Málaga. Sres. Alcaldes de la comarca, Sres. Presidente de la Asociación de la Prensa de Granada y Vicepresidentes de la de Málaga. Queridos amigos todos: Éste es el recuerdo más viejo que, a lo largo de toda mi vida, he conservado con sorprendente nitidez. Jamás ha abandonado mi memoria, reforzándose con mayor enternecimiento con el paso de los años. Siendo mi hermano Félix Luis mi primer compañero de juegos y de la vida misma. Tiempo después, quizás unos dos años, nuestro traslado a la casa de la calle Fuerte, escenario de la mayoría de los recuerdos que conservo de mi infancia y primeros años de niñez, en la que mis hermanos Felipe, aquejado por la enfermedad ahora, y Juan Manuel, cariñosos siempre conmigo, me trataban con una afectividad que nunca ha dejado de acompañarme, dándome todos el trato privilegiado de benjamín de la casa. Mi abuela, que me vio nacer en su casa y que siempre me había tenido allí, a cuya mesa hacía doblete a la hora de almorzar, se quedó algo triste con mi marcha, pensando que tardaría en verme. Al día siguiente, entonces con unos cinco años, me escapé y, encajándome en la calle Enciso, volví a merendar con ella. Años de la década de los cincuenta bien entrada en los que los niños campeábamos por todas las calles y plazas, pateándonos el pueblo entero y, con la impertinente curiosidad propia de la edad, nos colábamos hasta en las cocinas de cien y una casas. Observábamos, aunque ya iban menguando las diferencias en este orden, quien merendaba chocolate y quien se quedaba en el hoyo de aceite, con azúcar o con sal, habiéndolos que cumplimentaban la merienda hasta con perdices. Y a pesar de aquellas diferencias “merendilleras”, reflejo fiel de las sociales, la amistad entre chavales, por lo general, la manteníamos igualitaria, sobre todo a la hora de los juegos en grupos. Y los domingos, con mis padres, a misa de doce todos muy arreglados y formales. Sentados en orden, el incesante balanceo de las piernas durante la tediosa misa del párroco don Francisco, el que se despachaba un que otro bostezo, llegando hasta a quedarse dormido, mientras soltaba su lenta y siempre quejosa homilía. Tras algunos saludos y cumplidos sociales, el paseo por las Calles Bajas, por lo que fue la Ciudad Árabe. Realización de fotografías diversas o perfeccionamiento de bocetos pictóricos por Juanma, no faltando los curiosos que atendían al comentario que sobre algún aspecto histórico o monumental nos hacía mi padre. Y mi madre bella y elegante, muy bien vestida, con la dulzura que, a pesar de la más dura de las circunstancias, siempre la distinguio. Ahí, en esos años y de este modo se iba forjando al niño que no dejo nunca de soñar, queriendo ser siempre alhameño. Condición que, paradójicamente, se vio reforzada, a la edad de doce años, cuando mi madre, a los dos años de la muerte de mi padre, en un gesto de verdadera valentía, adquirió, mejor dicho, firmó no se cuantas decenas de letras, para hacerse con un piso en Granada para posibilitarnos la continuidad de los estudios. Así, dejé la academia de don Juan en Alhama, aunque nunca la amistad con mis compañeros de los primeros estudios y, menos aún, el aprecio al maestro que tuvimos la suerte de tener tantos alhameños, Agustín Molina Jiménez, quien bien nos hizo saber que las lecciones bien aprendidas eran aquellas que no se olvidan y que había que aprender para no olvidar. Como no han caído en el olvido los amigos de entonces que se nos han ido yendo, Tomás Valenzuela, Bernardo Espejo Fernández, Carlos Fernández Bello, Paco Palomino Corpas,... Desde la encantadora Granada, desde la distancia, Alhama, con cuanto ello suponía para mí, fue tomando cada vez más fuerza afectiva y, con la alegría de pasar aquí las mejores épocas de la niñez y de la juventud, como son las vacaciones, resultaba que el pueblo me era cada vez más querido. Los únicos centros de juegos de mesa para los chavales eran las dependencias de la Falange Juvenil, encima de las escuelas del Paseo, y el de las Juventudes de Acción Católica, en la antigua casa sacerdotal de la iglesia del Carmen. Pronto me decidí por la segunda, no por motivos religiosos o ideológicos, claro esta, sino porque los de Acción Católica tenían la única mesa de ping-pong que había en el pueblo y me encantaba este juego. En poco tiempo, con quince años, en las vacaciones, era el presidente, unas veces por acuerdo entre los amigos y otras por indicación del coadjutor encargado de los más jóvenes. Antonio Moreno Cabello, afectivamente presente en mi vida desde mi misma infancia, junto con las escuelas rurales de verano a las que nos enviaba como profesores a los estudiantes, puso en marcha el Club de la Amistad, con él como mecenas. Me encomendó algo así como la dirección de las actividades para los más jóvenes, pasando a continuación a la secretaria del movimiento cristiano FAC, con mi inolvidable amigo el joven sacerdote Paco Valverde, aunque no progresando nada en la suspensa asignatura de Latín que era para lo que también se había establecido la relación con el dinámico cura. Un día, impulsado por mi deseo de publicar algo de lo ya escrito, me decidí a hablar con el entonces teniente-alcalde don Antonio Pastor, quien, como delegado de Fiestas decidía el contenido del programa de Feria, única publicación periódica que existía en el pueblo, apareciendo en las vísperas de las ferias de junio y septiembre. Le solicité la inclusión en el programa, que estaba a punto de entrar en imprenta, de un artículo que acababa de escribir animado por el bueno de Pepe Ramos Espejo, tras que durante cuatro días, Alhama-Santander, Santander-Alhama, le fuese narrando cuanto sabía de historia y, muy concretamente, de la de de Alhama. Antonio Pastor no puso mala cara. ¡Cómo la iba a poner si no la tenía y menos aún puesto así para nadie! Me dijo que si trataba bien un tema sobre Alhama, era posible su publicación. -¿De qué trata el artículo?- me preguntó. -Se titula “Alhama, Histórica”- fue mi respuesta. Comentándome a continuación como le agradaba “Alhama vista por un extranjero”, único libro que sobre la ciudad existía en aquellos años, escrito por mi padre. Así se gestó la primera publicación de un trabajo mío, precisamente de carácter periodístico-histórico, a la par que comencé a colaborar en la organización de toda clase de actividades culturales y feriales. Sobre todo, se inició una entrañable amistad que, a pesar de que se van a cumplir treinta años de su muerte, sigo echando de menos. Empezaron las colaboraciones periodísticas, casi siempre sobre cuestiones de Alhama, en “Ideal”, “Patria” y la “Hoja del Lunes” de Granada. Jamás olvidaré la gratísima impresión que me causó ver publicado por vez primera, dos columnas a toda página, un artículo mío en “Ideal”, aquel 17 de diciembre de 1965. Se titulaba, ¿como no?, “Alhama, la Suspirada”. Y a la par de todo esto, sin importar la diferencia de años, su espíritu era altamente generoso y abierto, me dio su amistad el entonces alcalde, Pepe Gómez Pérez. No sólo aceptaba las propuestas e iniciativas que iba presentado, sino que me aconsejaba muy acertadamente. Así, el I Festival de la Música de Alhama, la revista “La Comarca”, el Homenaje a Eduardo de Hinojosa, los Ciclos de Conferencias,... su propuesta para que se me designase delegado local de Turismo y que, cuando me presenté en Granada, me dijo Antonio Gallego Morell, entonces delegado provincial, que comenzase a actuar pero que no firmase nada hasta que fuese mayor de edad, entonces a los 21 años. Después mi designación como consejero comarcal de Bellas Artes y, sobre todo, su trato y afecto hacia mí, llegando a distinguirme como uno de sus mejores amigos y convirtiéndome en su compadre. Fueron años de notable inquietud cultural en la medida de nuestras posibilidades. De muchos sueños y de prometedores proyectos que se quedaron por el camino, mientras que por las carreteras que salían de Alhama continuaban partiendo paisanos y familias enteras en busca de trabajo y, más aún, de un futuro mejor. A pesar de las duras circunstancias se dio una entrega que consiguió variados espléndidos frutos para todo el pueblo, no siempre justamente valorados. Ahí están, primero, el Colegio Libre Adoptado y, después, el Instituto, el logro más importante de toda una época y con trascendental proyección para todas las demás. Así, en la exposición poética que llevamos a cabo Antonio Ramos y yo, tras nuestras primeras incursiones como autores teatrales, uno de los poemas que elegí, influido por esa situación de Alhama y por un momentáneo pesimismo juvenil, que ha permanecido en mi memoria, decía que En el mañana las horas tendrían el color del pasado, que sería más azul el cielo y más claro el cristal de río, que aunque se escucharían rumores de carros en el ejido por los llanos y los montes sólos irían los caminos. Y que entonces marcharía al campo para llorar con los pinos, para llenar de recuerdos mi existencia por los caminos. En ese melancólico vaticinar sobre el mañana, mi vida se había cruzado con un joven periodista que vino por aquí unas vacaciones a dar clase a los que no sabían leer, y enamorándose de una alhameña se hizo de esta tierra para siempre: José Luis de Mena, el que cuando venia a ver a su novia me daba una que otra clase de Periodismo, de las que nunca me he desprendido. Como nunca he dejado de agradecerle el que me facilitase un puesto de redactor en el periódico “Sol de España” de Málaga. Fue mi gran oportunidad que él, además, me ayudó a consolidar. Desde Málaga seguimos con nuestras actividades alhameñas. José Luis no sólo se había enamorado de Juanita sino también de Alhama, a la que se entregó espléndida y eficazmente hasta su muerte. José Luis de Mena, Antonio Ramos y yo, utilizando el Festival y cuanto estaba a nuestro alcance, intentamos y en buena medida conseguimos, a la par que artistas gratis recompensándoles con entrevistas y reportajes, que sonara “Alhama como Puente entre Granada y Málaga”, lema que agradó a los gobernadores civiles de Granada y Málaga, que eran los que entonces mandaban, ¡y de que manera!, lo de mandar y cómo les agradó el slogan cuando se lo presentamos. Unos años después, Juan Castro, que desarrolló a lo largo de toda su vida una constante dedicación a Alhama, entonces presidente de la Comisión de Fiestas, me designó su vicepresidente a la par que me honraba aceptando la vicepresidencia del Comité Organizador de los Festivales, con lo que se iniciaba una larga serie de actuaciones conjuntas que beneficiaron a Alhama y que llegarían igualmente a confluir en el Patronato, siendo vicepresidencia de éste cuando le llegó la muerte. El desinterés de un alcalde que no prestó el apoyo debido, mi equivocado personalismo en un momento dado y el que tardaron en devolverme las 50.000 pesetas que había adelantado, a pocos días de mi boda -no sobrándome el dinero del sueldo de redactor, 20.000 pesetas mensuales-, me llevó a proponer y convocar la celebración del XI Festival Regional de la Canción en Málaga, suponiendo ello el correspondiente revuelo y creándose una tensa situación que tardaría un tiempo en superarse. En todo lo posible, seguí mi actividad personal, así como desde los cargos que ocupaba, en pro de Alhama, como cuando voté a favor de denominar una gran avenida de Málaga con el nombre de un líder de la izquierda mundial e inmediatamente propuse y razoné que una calle llevase el nombre de Alhama, lo que unánimemente se aprobó. Hasta que una tarde, querido Paco, la del 27 de junio de 1987, me visitan en mi casa de Rincón de la Victoria, el alcalde y el teniente alcalde delegado de Cultura de Alhama, Antonio Molina Gómez y Francisco Escobedo Valenzuela, elegido el primero y designado en el cargo el segundo el día anterior, y me piden que preste mi colaboración al Festival. Lo cierto es que en momento alguno lo había dejado de hacer de una u otra forma, pero en este caso era, en buena medida, la de retomar de nuevo su organización. Por supuesto, así lo hice. Ya estaba de nuevo totalmente vinculado a las actividades de Alhama, como siempre colaborando con todo y con todos. Habiéndolo hecho en el transcurso de estos últimos veintitrés años con Antonio Molina Gómez, que entre otros encargos me encomendó uno de los más gratificantes y sentidos que he tenido en toda mi vida, el estudio-propuesta sobre cómo debería ser la bandera de Alhama con la fijación de las armas del escudo heráldico de la ciudad; con Pepe Molina López, cuando se iniciaron las Veladas de los Romances, y con Francisco Escobedo Valenzuela, con quien en el transcurso de más de veintitrés años, como concejal delegado de Cultura, como alcalde y hasta en el tiempo que estuvo en la oposición municipal, no hemos dejado de ilusionarnos y trabajar juntos en todo aquello en lo que he podido aportar algo o se me ha requerido. Un día, creo que de la Feria de San Juan, un joven y dinámico periodista me pide unas declaraciones “para Radio Alhama”. Las declaraciones, que se me indicaron breves, se convirtieron en una larga y densa entrevista y, lo más importante, observé que aquél periodista era otro enamorado de Alhama, llamándome la atención su capacidad disuasoria para comprometer a todo ser viviente en la promoción de esta tierra. Así nació el tantas veces diario escribir para los medios de comunicación que Juan Cabezas, con altas miras y sumo desprendimiento, ha ido creando y manteniendo a lo largo de este último cuarto de siglo, contando igualmente con la entrega de otro destacado alhameño y periodista como es Antonio Arenas, gran valedor de esta comarca allí donde esté, e implicando a no pocos jóvenes, como al siempre dispuesto por todo lo alhameño Raúl Gálvez Morales, noble amigo de cumplida respuesta a aquella llamada de Bernardo de Gálvez de “el que tenga honor, que me siga”. Se acentuó mi actividad con Alhama, especialmente, con la nueva puesta en marcha del Patronato y, con él, de tantas otras actividades. Lo que supuso más continuas y prolongadas estancias en Alhama, tanto mías como de mi familia. Lo que durante años fue posible gracias a mis siempre queridos amigos Baldomero y Quety, quienes nos dieron, además de su gran amistad, su misma casa que durante mucho tiempo, años, fue la nuestra en Alhama, hasta que un día conseguí uno de los sueños de mi vida: Una casa en la ciudad árabe cuyos balcones diesen también a los Tajos. El maestro de periodistas y humanidad don Manuel Alcántara, dijo que una de sus Victorias era el haber elegido para su vida el Rincón que hoy es la antigua Bezmiliana. Haciendo uso de su inigualable palabra y enseñanzas, me permito decir que mis Victorias, en este orden de cosas, han sido el elegir a Málaga y al Rincón para el diario vivir y a Alhama y la calle Llana para el ocioso discurrir. En estos días, como bien os imaginaréis, no han dejado de aflorar con una fuerza irresistible las más conmovedoras vivencias de mi vida en relación con Alhama. Vuelve a ser tiempo esencial para reiterar mi imperecedera gratitud a quienes, muchos llevándome veinte años o más, me distinguieron y distinguís sinceramente con amistad, aprecio y cariño, y ello desde mi juventud hasta esta misma hora que, con todos y cada uno de vosotros, estoy entrañablemente viviendo. Sobre todo lo dicho hay algo indiscutible. Estas distinciones no las hubiese recibido yo hoy de no haber sido porque, en Málaga, tuve la suerte de conocer, entre tantos buenos malagueños, a una excelente persona, quien tenía una preciosa y elegante chiquilla de la que me enamoré nada más verla. Cuando le dijeron a mi buen amigo Pepe Sánchez Pacheco que “el periodista pretendía a su hija”, el afecto con el que ya me distinguía, le hizo exclamar: “¡Anda ya, si Andrés es muy buen chico!”. Como bien sabían sus padres, la buena chica era y ha seguido siendo, en todo momento y circunstancia, ella. Mi enorme fortuna en mi vida. De lo que pronto se dio cuenta mi madre y no se le ocurrió otra cosa que, cuando aún éramos novios, regalarle la pulsera más preciada que a ella le había regalado mi padre. Mari Carmen, sí que ha sido y es el mejor e incomparable gran premio de mi existencia. El que se ha engrandecido de una forma dichosa e incalculable, con Carmen Elena y Félix Luis, nuestros hijos, que nos llenan de sano orgullo por sus cualidades personales y condición de bien. Sin olvidarnos de quien, soportándonos como suegros, nos trata y queremos como un hijo, el noble de Rafael. Y de Andrés, nuestro nieto, ¿qué deciros? Otra feliz ventura llena de alegría y afectividad. La primera vez que lo trajimos aquí, precisamente en la víspera del Día Histórico del año pasado, le regalamos un escudo de oro de Alhama. No, no tiene sangre real, si monárquica y republicana. La verdad es que en esto de Alhama me está respondiendo bien: le gusta, atrayéndole sus zonas infantiles de juego y también, como nos ha pasado a todos, el corretear por el Paseo. Así, de calle Llana 12 a calle Enciso 18 hay algo más de unos quinientos pasos. De calle Enciso 18 a calle Llana 12, pasando por este Ayuntamiento y día, hay toda una vida que hoy expresa su más honda gratitud: -Al Excmo. Ayuntamiento de Alhama, a todos los miembros de su Corporación Municipal tanto por la designación de Hijo Predilecto como por la dedicación de esa calle, y muy especialmente a quien lo preside y representa, mi buen amigo, compañero en tanta ilusiones y en una que otra desilusión que ha afectado a esta ciudad y tierra, Francisco Escobedo Valenzuela. -A Juan Castro Valladares, amigo para siempre, también aquí emocionalmente presente, y a Andrés Cuevas Navas, amigo desde la juventud, que fueron los primeros que solicitaron esta distinción para mí. -A quienes, con un inmenso cariño, han organizado todo esto, Paco Escobedo, Juan Cabezas, Raúl Gálvez, Antonio Arenas, Antonio Mora, Marina Arrebola, Baldomero,… dándome, una vez más, la inequívoca dimensión de la amistad que siempre nos unirá. -A todos y cada uno de vosotros, aquí presentes, mis mejores amigos y muy apreciados paisanos, por compartir conmigo y mi familia estos momentos tan emotivos para nosotros. -A los que sé que les hubiese gustado estar aquí y no les ha sido posible, igualmente mi sincero afecto. -A Málaga y a Rincón de las Victoria, mis otras dos ciudades que amo, las que me acogieron con la hospitalidad que a ambas las caracteriza, haciéndome también de ellas, tratándome y distinguiéndome como malagueño y rinconero de Alhama. Bien sabéis que las distinciones que recibo son para mí sumamente apreciadas. Ahora bien, a fuer de sinceros, debo expresar que son varios los alhameños a los que corresponden las mismas. Alhama, que posee un singular e inigualable paisaje, tiene igualmente un excepcional paisanaje en el que sobresalen personas, tanto por meritos en favor de esta ciudad como por prestigiar a ésta con sus trayectorias en distintos campos. Estoy seguro que, ya con el Reglamento de Honores y Distinciones aprobado, ello se irá atendiendo como justamente corresponde. Y a los vecinos de las hasta ahora oficialmente calles Alameda y Carril Alto, mis disculpas por las molestias que pueda ocasionarles el cambio de denominación. Manifestándoles ante todo que, mi primera aceptación de este inmenso honor de la calle que es de ellos, es porque el cambio de nombre no supone el más mínimo agravio ni histórico ni personal para nadie. Además, como suele pasar, los anteriores nombres convivirán con el nuevo. Aunque, he de hacerles ver a mis queridos convecinos que en algo, al menos, hemos ganamos, pues de calle pasamos a avenida. Aparte de bromas y con el mayor respeto, la denominación de Alameda, viene de mediados del siglo XIX, cuando ese gran alcalde que fue Francisco de Toledo, a quien esta misma Corporación y Alcalde han hecho justicia ciento cincuenta años después de su muerte, embelleció la entonces entrada al corazón de la ciudad con una alameda, que con los años desapareció, así como cuando el carril alto era eso, la parte alta del entonces camino, hoy diríamos carretera, que llevaba a Granada. Pero es que los que habéis pensado y decidido esto me habéis dejado admirado por la fundamentada elección, es lo cierto. Maravillado porque, como se ha dicho y escrito, esa calle empieza a partir de la de Académico Hinojosa, en la que se unen el Paseo con la Plaza de la Constitución, dedicada a una de las figuras señeras de Alhama, en cuyo acto de homenaje y recuperación histórica para Alhama fue la primera vez que hable en público, pronunciando un discurso que me aprendí y solté de memoria en un abarrotado Cinema Pérez, y en el que decía “que los pueblos que se precien de serlo tienen la obligación de exaltar y reconocer sus valores pasados y presentes y, en especial, los de carácter espiritual y de entrega a los demás”, lo que en todo momento he intentado practicar. Calle que, además, entronca con la Puerta de Granada, la gran entrada a la histórica ciudad-fortaleza, no ya desde hace cinco siglos, sino desde que Alhama está en su actual ubicación hace más de mil cien años, por donde esta ciudad recibió a todos los reyes granadinos y, sobre todo, a los nazaritas, desde Alhamar a Muley Hacen con Boabdil, así como a Fernando V y a la mismísima Isabel la Católica, en aquellos años de la década de los ochenta del siglo XIV, cuando tan excepcional reina puso de manifiesto su predilección por la ciudad de Alhama. Pero es que es también por donde entró por vez primera mi padre a esta ciudad, apuntando la década de los treinta del siglo pasado, cuando por vez primera venía para cubrir las vacaciones de un compañero y resultó que se quedó prendado de esta tierra y de mi madre para toda la vida. Además, muy cerca del inicio de la misma, se encontraba la casa solariega de los Maldonado en Alhama, la que tanto visitaba mi madre, nieta y sobrina favorita, desde su misma infancia. Aún en mi juventud, como salida del centro del pueblo, era donde se despedían los sepelios, cuando entonces no había coche fúnebre, ni casi coches, y a partir de donde se trasladaban los féretros a hombros, ya sin solemnidad y si con cierta prisa hasta el lejano cementerio, dejándonos esta estampa muy pensativos a cuantos la contemplábamos, sintiendo el becqueriano verso de “qué solos se quedan los muertos”. Así hoy, desde la ancha calle de nuestro cariño reiteramos que en modo alguno se han quedado faltos de recuerdo ninguno de los que fueron nuestros amigos y ya no están, con los que compartimos tantos gratos momentos e inquietudes por Alhama, Juan Gómez Ortiz, Justo López Castillo, Manuel Vinuesa, Ana Espejo Espejo, Paco Pérez Morales, y tantos de mis familiares entrañables, con mis padres y hermano Félix Luis, mis tíos Manuel, Santiago, Juan Bautista, Paco -chacho y amigo-, Juan Luis -primo y compadre-,... Ya y para todo lo que quede de mi vida, junto aquella noche cerrada de un verano de mis primeros años, está en lo mejor de mi corazón este día de tanta amistad clara y soleada y de tanto afecto limpio y luminoso, en el que Alhama, mi pueblo, junto a mi familia, amigos y paisanos, me ha señalado tan afectivamente como hijo suyo. Por fortuna, aquel mañana que poéticamente en mi juventud me profetizaba, no se ha cumplido: Ni las horas tienen tan sólo ese color del pasado, ni por los llanos y los montes van solos los caminos, ni tengo que marchar al campo para llorar con los pinos, ni he de dedicarme a llenar de recuerdos mi existencia por los caminos. Eso si, entre todos, por Alhama y por todos los pueblos y ciudades, sí podemos hacer que el cristal de los ríos sea cada vez más limpio. Muchas gracias querida Alhama y queridos amigos y paisanos. Andrés García Maldonado 10 de julio de 2010 |