Antonio Bustos Jiménez, director del colegio de Santa Cruz del Comercio y especialista en escuela rural



"La escuela rural es un extraordinario laboratorio de experiencias innovadoras".

 Maestro de escuela desde 1995, director del CEIP Juan Ramón Jiménez, de Santa Cruz del Comercio, y doctor en Pedagogía con la tesis "Los grupos multigrado de Educación Primaria en Andalucía" 

01/07/2008.- Antonio Bustos conoce en profundidad la escuela rural andaluza. No en vano, desde que comenzó a trabajar hace 12 cursos, su actividad docente se ha desarrollado en pequeñas poblaciones. Además, durante tres años investigó este tipo de centros para su tesis doctoral dirigida por los catedráticos Juan Bautista Martínez y Manuel Lorenzo Delgado. En ella analiza los agrupamientos, la organización del espacio y el tiempo y el trabajo con los grupos multigrado. Los dos primeros años se centraron en metodología cuantitativa a través de la administración de cuestionarios que se remitieron al profesorado y en el tercero se hizo un estudio de caso en un Colegio Público Rural (CPR) de la provincia de Granada. 

"La multigraduación ofrece ventajas para el profesorado y para el alumnado"

- A la luz de los resultados, ¿cuál es la situación de la escuela rural?

- El contexto de la escuela rural ha cambiado mucho en los últimos años en la medida que se han ido incorporando corrientes migratorias, la brecha digital se va reduciendo poco a poco, el estilo de vida es más urbano... Ahora bien, centrándonos un poco más, nos encontramos también con una escuela rural muy heterogénea. Tenemos desde la típica organización que en Andalucía se le dio el nombre de CPR, y que representa aproximadamente al 40 % de los grupos que hay con multigraduación, a las unitarias o escuelas graduadas incompletas que por sus peculiaridades no llegaron a agruparse.

- ¿Cuales son las principales dificultades con las que se enfrenta el profesorado de un colegio rural?

- Principalmente las derivadas de dos cuestiones. Por un lado, una inadecuada formación inicial. Hace 20 años la Junta elaboró un plan de actuación para la escuela rural en Andalucía en el que se instaba a las instituciones universitarias a que contemplasen dentro de los programas de Didáctica y Organización Escolar las peculiaridades de la escuela rural. También se pedía que se realizasen prácticas en centros rurales puesto que la mayor parte los destinos en la fase inicial de la carrera profesional docente son en centros de esas características. Sin embargo, en nuestra investigación obtenemos el dato de que el 96 % del profesorado encuestado de las ocho provincias de Andalucía que trabaja en escuelas rurales ha realizado sus prácticas en centros urbanos o de localidades grandes.

- ¿Y la segunda?

- Por otro lado tenemos una legislación un poco anticuada. Estoy hablando de decreto, órdenes y desarrollo legislativo que datan de finales de los 80 con el objeto de crear los CPR. Se da la circunstancia de que cada vez existe más normativa de obligado cumplimiento con carácter general y, sin embargo, en los centros rurales no se cuenta con el mismo tipo de recursos, necesidades, peculiaridades... Es cierto que ha habido acuerdos posteriores con sindicatos para la mejora de las condiciones del profesorado en cuanto a ratio, promoción y condiciones económicas, pero es necesario plasmar, al igual que se está haciendo en otras comunidades autónomas, una normativa específica para la escuela rural.



- ¿Tiene más ventajas que inconvenientes trabajar en grupos con multigraduación?
- Sí, y no sólo hablamos de ventajas para el profesorado, sino también para el alumnado. La existencia de alumnado de diferentes edades dentro de un mismo grupo origina una diversidad cronológica que en lugar de perjudicar al niño le enriquece en la medida que el de menor edad está escuchando, viendo, atendiendo a las explicaciones que realiza el maestro y al trabajo cotidiano del resto de los alumnos de mayor edad. También se produce a la inversa por lo que el alumnado de mayor edad está constantemente afianzando conocimientos que ha visto en los cursos anteriores. Le hemos llamado "aprendizaje contagiado".

- ¿En qué consiste este "aprendizaje contagiado"?
- Es un aprendizaje por impregnación mutua que se da solamente en este tipo de contextos y tiene su traducción, al final de la etapa de Educación Primaria, en mejores calificaciones comparativamente hablando con respecto al resto de los centros. Además, si la ratio está en torno a los 21 alumnos de media, en la escuela rural no llega a 11 niños por grupo. Ello supone una mayor atención individualizada.

- ¿Qué cree que necesita la escuela rural?
- En mi opinión falta dar a conocer más experiencias que se están desarrollando en los centros rurales. Para eso hay que dar más posibilidades para que se investigue y se desarrollen proyectos de innovación que se puedan publicar y dar a conocer. La escuela rural es un extraordinario laboratorio de experiencias innovadoras. Y lo que se hace en estros centros es extrapolable al resto de centros. Es necesario dar a conocer el trabajo invisible de muchos docentes de colegios rurales.

Consolidar la buena imagen del maestro rural

 Antonio Bustos reconoce el "enorme esfuerzo" realizado por la Administración para compensar con mayores presupuestos e infraestructuras a la escuela rural. También valora positivamente que el Programa de Calidad y Mejora de los Rendimientos Escolares pueda lograr una mayor estabilidad de las plantillas. "Aunque queda mucho por hacer para que se acabe consolidando la buena imagen del maestro rural. La falta de continuidad del profesorado provoca en los propios pueblos cierta desconfianza respecto a su labor docente porque se asume que está de paso e impide que pueda desarrollar medidas a más largo plazo. El problema principal que nos estamos encontrando los equipos directivos de algunos centros es que nuestras plantillas son muy inestables", añade antes de reconocer la mejor convivencia y relación que se genera entre la comunidad educativa de este tipo de centros.