Salvador Raya Retamero expone en una nueva publicación el origen de las poblaciones del Llano de Zafarraya.
25/06/2006.- "El campo de Zafarraya (1484-1884). Génesis, repartimiento y nuevas poblaciones" es el título completo del nuevo libro del doctor en Historia, Salvador Raya Retamero. Al igual que ya hiciera con anterioridad con Alhama y sus alquerías (Arenas del Rey, Játar, Fornes y Cacín).
Este investigador alhameño ha profundizado en la bibliografía existente y en los archivos nacionales, provinciales y municipales para ofrecer a los interesados en la Historia de nuestra comarca, una publicación en la que abundan datos y documentos de interés, no sólo para los habitantes del Llano, sino también para todos los interesados en las cuatro centurias que abarca la obra. Este libro de 210 páginas ilustradas con dibujos y fotografías de Juan Manuel Gómez Segade, Luis Moreno Garzón, autor así mismo del prólogo, Rafael Gallardo y Manuel Ortíz, será presentado las nueve de la noche del lunes, 3 de julio, en el ayuntamietno de Zafarraya.
Este investigador alhameño ha profundizado en la bibliografía existente y en los archivos nacionales, provinciales y municipales para ofrecer a los interesados en la Historia de nuestra comarca, una publicación en la que abundan datos y documentos de interés, no sólo para los habitantes del Llano, sino también para todos los interesados en las cuatro centurias que abarca la obra. Este libro de 210 páginas ilustradas con dibujos y fotografías de Juan Manuel Gómez Segade, Luis Moreno Garzón, autor así mismo del prólogo, Rafael Gallardo y Manuel Ortíz, será presentado las nueve de la noche del lunes, 3 de julio, en el ayuntamietno de Zafarraya.
PRÓLOGO
por Luís Moreno Garzón (*)
por Luís Moreno Garzón (*)
Muchas veces el autor de un libro no puede explicar por qué ha elegido un tema para trabajarlo. Porque si bien es cierto que en un momento determinado ha habido algún aspecto del mismo que le ha llamado la atención -y aunque anteriormente lo haya tenido ante sí- le faltó ese pararse, reflexiona; ver otros aspectos o posibilidades o indagar sobre el origen del dato o del hecho en cuestión.
El caso es que en un instante se le ha abierto un camino no exento de dificultades, pero para el cual se ve con fuerzas e ilusión para iniciarlo, a sabiendas de que una vez empezado va a llegar el momento, tras dedicarle muchas horas, siempre más de las previstas, de tener que ponerle fin, a pesar del convencimiento de que ese hilo inicial, del cual partió en su origen, le abre un abanico de nuevas posibilidades, tanto de fuentes como de bibliografía, de localización de archivos y bibliotecas en donde buscar, de investigaciones in situ y de otras formas de investigación que lo desbordan. Ante lo cual no cabe sino ponerse a redactar el material reunido.
Es evidente que para Salvador Raya es importante el estudio de materias como Paleografía, Diplomática, Heráldica, Sigilografía y otras ciencias auxiliares de la Historia, lo que queda reflejado en la generalidad de obras que ha editado, partiendo del material recopilado para su tesis doctoral, Alhama de Granada en los siglos XV al XVII, y del que después nacieron diversas monografías de municipios del entorno en que se ha movido y así sus publicaciones van desde Andalucía en 1599 vista por Diego Cuelbis (2001) y Documentos para la historia de la Alhambra y el Palacio de Carlos V (2001) hasta los de temas municipales, entre los que se encuentran los de las antiguas alquerías de Alhama de Granada. Colección de documentos (1999) y La Ciudad de Alhama y sus alquerías (2001). No queda exento el tema religioso de algunas de sus publicaciones ya que considera que éste forma parte muy viva de la historia de los pueblos en sus múltiples manifestaciones, ofreciendo publicaciones como Apuntes para la historia de la religiosidad popu¬lar en la vega de Granada (1999); La Adoración Nocturna de Churriana de la Vega (2005); Arquitectura religiosa alhameña (1990); Las exequias reales en el siglo XVIII (1998) o Historia eclesiástica de Alhama de Granada (siglos XV-XX) (2001).
Como se puede apreciar el estudio de la historia de Alhama de Granada ha sido no sólo el motivo inicial de sus investigaciones sino el eje de toda su actividad como lo reflejan tanto las anteriores obras como los títulos siguientes: El escudo de armas (1990); Los privilegios reales (1991); Historia de Alhama; Historia, leyenda y sociedad en la Alhama decimonónica (1997); Catastro de Ensenada (1997); Selección de textos impresos de los siglos XVI-XVIII para la historia de Alhama. 1. Apología por los baños de la Muy Noble y Leal Ciudad de Alhama, contra el desengaño que de ellos escribió Francisco Fregoso (1998); Reseña histórica de los baños termales de la Muy Noble y Leal Ciudad; La imagen de una ciudad andaluza en la literatura. Alhama de Granada (siglos XIV-XX) (2000); Breve historia de Alhama de Granada (2001) y Alhama (1568-1637). Índice de regestas de las actas capitulares (2003), casi todos acompañados de amplios apéndices documentales que ofrecen al investigador un material de trabajo de enorme valor al ahorrarle la búsqueda y selección de estos documentos y, al mismo tiempo, facilitándoles su estudio de forma cómoda.
Salvador Raya, después de sus publicaciones sobre Alhama, piensa que sería interesante dar a conocer el documento que recoge El repartimiento de Zafarraya acompañado del correspondiente comentario, y lo que iba a ser un artículo para una revista de investigación empieza a aumentar en contenido, al encontrar nueva documentación tanto textual como gráfica, que le lleva al libro que tenemos delante y que sería más extenso si no fuera por el compromiso de fechas y volumen contraído con el Ayuntamiento de Zafarraya.
Las publicaciones sobre este territorio tan concreto tienen su origen en el estudio geológico del polje por René Lhenaff, que es publicado en 1968, y de José Antonio Vera (1969), lo que lleva pocos años más tarde, al de los dos municipios que lo componen, Zafarraya y Ventas de Zafarraya, por parte de Luis Moreno -quien escribe estas líneas- como tema de su Memoria de Licenciatura, editada en 1973, abriendo paso a otras dos publicaciones: la de José Antonio Moreno, en 1987, y la de Martina I. López Dobson, que sale a la luz en 1990.
José Antonio Moreno divide su estudio histórico en dos partes: El lugar y su historia y La movida social, y en ambos se aprecia el amor por esta tierra, no exenta de problemas, y que él además sabe expresar desde el conocimiento que tiene de este espacio.
El Ayuntamiento de Alhama de Granada, a la vista de los resultados de la Carta arqueológica, consideró de interés el editar el trabajo de Martina López Dobson con el título El Llano de Zafarraya. Introducción al Medio Físico y Poblamiento hasta la Edad Media, dentro de la colección Municipal Biblioteca de temas alhameños, ofreciendo a todos los interesados en el tema los últimos descubrimientos efectuados en la zona.
Pero cuando puede parecer que en todo lo anterior se contiene la historia del Llano hasta nuestro días, encontramos en este libro, sin embargo, que este territorio ha sido motivo de una serie de actuaciones, derivadas unas veces de su especial situación geográfica -que la hacen punto clave de paso desde la costa al interior peninsular-, y en otras, de su aprovechamiento ganadero y forestal, cuya documentación el autor de este trabajo ha sabido rastrear y ofrecernos en su complejidad. Entre la que destaca como hecho anecdótico la carta de Boabdil, de 1496, que es dada a conocer en 1608, en la documentación que aporta el Concejo de Alhama al Rey, como testimonio de su propiedad desde época musulmana. Dicho texto presenta una serie de incongruencias, aun teniendo presente que se trata de un texto romanceado, que nos lleva a negarle su autenticidad, independientemente del hecho de que el Concejo de Alhama, en disputa con el de Vélez-Málaga desde el siglo XV, no hubiera sacado a la luz con anterioridad un documento de tal categoría, cuyo traslado fue realizado el veintisiete de noviembre de mil cuatrocientos noventa y seis y cuyo original debería permanecer en el Archivo del Concejo alhameño cuidado como oro en paño, dada la especial importancia que tendría para los intereses del municipio. De ello da más cumplida cuenta el autor.
Hasta el siglo XVIII parece durar el pleito por la posesión de la tierra, no solamente entre los municipios sino incluso con la participación de particulares, como el conde de Tendilla, o la misma Hacienda Real1 que va a ser la que a la postre va a ratificar la posesión de los colonos introducidos en el Llano, reconociéndoles unos derechos de los que aún en 1821 se quejaban los alhameños, enfrentados directamente con los nuevos pobladores en una guerra de guerrillas con motivo de las pretensiones de éstos de adueñarse, ahora, de la sierra de Loja.
A partir del nacimiento de las nuevas poblaciones, la vida en la zona se va normalizando hasta que se produce el terremoto de 1884, que devasta toda la región, afectando no sólo a las viviendas, sino a los caminos, fuentes y pozos, ocasionando unas condiciones de vida muy duras, agravadas por las fechas en las que se produjo.
A partir del nacimiento de las nuevas poblaciones, la vida en la zona se va normalizando hasta que se produce el terremoto de 1884, que devasta toda la región, afectando no sólo a las viviendas, sino a los caminos, fuentes y pozos, ocasionando unas condiciones de vida muy duras, agravadas por las fechas en las que se produjo.
El trabajo no hubiera quedado completo si no se incluye un apartado de gran interés como es el de los testimonios de los viajeros. Ya antes mencionamos la especial importancia estratégica que tiene este lugar, pues el Boquete de Zafarraya ha sido la vía de comunicación entre la costa y el interior del país, lo que se ha reflejado en un gran número de comentarios de viajeros, los cuales disfrutaron del descanso en la venta una vez superada la dura subida desde la costa, manifestando la mayoría de ellos la agradable impresión que les produjo la vista del llano.
El Repartimiento, realizado en 1797, es el motivo principal del libro y su transcripción constituye un elemento de gran interés para el estudio de la zona. No se trata en este caso de que la Corona reparte unas tierras que han pasado a su poder después de ser conquistadas, sino de hacer un censo de los labradores para la regulación del canon de las tierras roturadas, lo que venía a ser el reconocimiento del uso y disfrute de la tierra a través del pago de un impuesto; no obstante, creemos que se le puede dar el carácter de repartimiento. El interés onomástico, toponímico y económico del documento queda fuera de toda duda y está claro que servirá para su análisis desde éstos y otros puntos de vista.
Un último punto a destacar, y que estoy seguro ha llamado la atención del lector, aun antes de empezar a leerlo, es el de la gran cantidad de material gráfico que contiene. No es fácil conseguir este material, ya que en su mayoría no se encuentra en archivos municipales o de instituciones oficiales, sino que proceden de particulares o de Centros a los cuales algunas veces resulta difícil su acceso, a los cuales hay que rastrear con la misma pericia con la que lo hizo para conseguir esos textos deliciosos de los autores románticos.
(*) Director del Archivo Histórico Municipal de Granada
Agosto de 2005