Un salón de plenos lleno, e incluso con gente, de pie debate acerca del destino del pilar, tras varios años sin manar agua.
“No se callaba la fuente/ no se callaba”…pero era la fuente del poema de Manuel Machado; el pilar de que se habló el día 21 de julio, no dice ni pío, lleva muchos años en total y absoluto silencio, ni siquiera la cantarina voz del agua se deja oír, puesto que no corre por él.
Los que si se han dejado oír, y mucho, han sido los comentaristas desde las redes sociales con opiniones para todos los gustos desde que en un artículo publicado en este mismo medio se comunicara la propuesta del Patronato de Estudios Alhameños de dejar limpia la torre de la Iglesia de Santa María de la Encarnación del pilar y del escudo con las iniciales de Isabel y Fernando que en el año 2004 se puso, a propuesta del mismo Patronato. La propuesta pronto contó con una serie de detractores y defensores y el debate impulsó a nuestros gobernantes municipales a convocar una reunión para debatir acerca de la propuesta de eliminar el pilar, decisión del todo acertada puesto que para tomar decisiones es bueno contar con la opinión del pueblo. Esperamos que para otros temas se cuente también con ella.
La propuesta de retirada del pilar fue defendida por Andrés García Maldonado, presidente del Patronato de Estudios Alhameños, en los mismos términos en los cuales lo hizo en el artículo publicado en Alhama Comunicación y titulado “La torre de mi pueblo”. Resumidamente los argumentos son que puesto que se está empedrando el suelo de la Plaza de los Presos y zonas adyacentes, es una buena ocasión para retirar un pilar que no posee méritos ni históricos ni artísticos, y que en principio, sólo es una fuente de suciedad, pero que independientemente de todo ello, el Patronato sólo se había limitado a dar una opinión al Ayuntamiento sobre una consulta al respecto, como legítimamente puede hacerlo cualquier otro colectivo o vecinos, sin que su opinión tenga ni más ni menos valor que la de los demás.
Tras la intervención de Andrés tomaron la palabra distintas personas, entre ellos, vecinos de la Plaza de los Presos, en el sentido de que el pilar ha estado allí siempre y ha adquirido un valor sentimental para la gente de esa zona por lo cual proponen conservarlo.
Alguna intervención hubo que reclamó que volviese a correr el agua por el pilar y abogando por la desaparición del murete de piedra que rodea la plaza.
Oídas las partes concluyó la reunión con las palabras del alcalde en el sentido de que ya tenían una decisión: que harían lo que creyesen más conveniente para todos.