Uno de los "mascarones" con más solera de Alhama abrió el Carnaval 2012

"¡Uy que torpe, que no me conoces”, qué ganas tenia de decir esta frase!.

 Ya empieza lo bueno, lo que hemos estado esperando todo el año lo primero que tengo que deciros es que llevo más de cincuenta años vistiéndome de máscara y cada año cuando se acercaban estas fechas mi cuerpo y mi mente se revolucionaban.

 Quiero recordar a todos esos alhameños que han hecho de este Carnaval uno de los más famosos de España y del mundo, y que por desgracia no están con nosotros: Miguel Gordo "el Coronel", Juan Castro, los hermaños “Navajillas”, Arturo Cruz, Andresillo Espejo, Juanillo “el Charol”, “la Cabellica”, Tony Raya…, lista que sería interminable.

 Mis vivencias en el Carnaval han sido de todos los tipos, he tenido como compañeros hombres y mujeres de Alhama y de fuera que descubrían en el Carnaval una liberación.

 Al final lo único que decían es que el próximo año no faltarían, y que seguramente vendrían acompañados de otros amigos y familiares.

 Pero recuerdo con especial cariño, un año que se vistió conmigo un cura que estuvo en Alhama, daba saltos de alegría porque no llegaba a comprender como una fiesta como el Carnaval podía cambiar a las personas.

 Después de pasados varios días del Carnaval el cura no hacía nada más que recordarme todos los detalles que habíamos vivido, ya que estuvimos desde las primeras de la mañana hasta altas horas de la noche.

 También fue un día especial para mí, el día que me vestí de "Don Quijote", con mi amigo Sancho Panza, maestro que ejercía en las escuelas de Callejón, todas las locuras de tan insigne personaje se hicieron realidad, siempre acompañados de nuestra mula y el perro de mi gran amigo Miguel “el Llaneto”.

 Durante estos cincuenta años hubo días en los que me vestía hasta siete veces de forma diferente, lo que provocaba las dudas entre la gente que decía; "no puede ser lo he visto hace un momento y llevaba tal o cual ropa".

 Siempre me ha gustado vestir como un mascarón, que son aquellas máscaras que destacan por ser hombres grandes vestidos de mujeres. Los niños se sorprendían ante este tipo de máscaras creando una sensación de miedo y curiosidad.

 Vestido de mascaron recuerdo también, cuando me vestí de Tarzán, de novia y de mujer moderna, en este tipo de mascara destacaban los pechos de mujer y sus labios pintados con colores llamativos, por no decir provocativos.

 Hubo momentos donde algunos hombres nos confundían con mujeres y nos piropeaban con los más originales piropos.

 Desde aquí quiero agradecer a maestros y profesores la labor tan importante que vienen haciendo porque las generaciones más jóvenes vean el Carnaval como algo propio y singular de este pueblo, lo que nos asegura el futuro de este Carnaval. Los niños y niñas desde los primeros cursos del colegio ya tararean aquello de; ¡Ay que no me conoces, que torpe eres!.

 Durante estos cincuenta años cabe destacar dos etapas, la primera con la dictadura, donde predominaba la prohibición y la persecución contra las máscaras, y la segunda etapa de la democracia, donde el pueblo recuperó la calle con total libertad y el Carnaval era una fiesta alegre y participativa.

 De la primera etapa recuerdo, como en más de una ocasión tuvimos que atravesar "la Redondilla" para despintar a la guardia civil.

 En los último años, echo de menos algunas máscaras que han marcado esta segunda etapa, como es el caso, de “Pepeina”, Dolores “la Ritona”, Carmen Aranda, la mujer de “Filaqui” y sus hermanas (las hijas de la “Pastora”), Juanillo Pérez, la mujer del “Nene”, los hermaños “Porrina” y tantas otras personas que subían de la Joya o de las Calles Bajas con la ilusión y el de deseo de vivir esta fiesta en libertad.

 En definitiva, el Carnaval, se trata de un dilema entre la verdad y la mentira, entre lo real y lo ilusorio, entre lo lícito y lo ilícito. Esta es la verdad de las máscaras, como diria Oscar Wilde, con el Carnaval todo se confunde, se mezcla, se desordena. Lo que en otras ocasiones se oculta, se hace ahora no sólo visible sino también impune. "Es pues el momento de la libertad."

 La máscara ese artificio capaz de crear la ilusión de otra realidad, la unica verdadera de los Carnavales. Nuestra mascara lo mismo que nuestro Carnaval es singular, sólo tenemos que buscar en el baúl aquellos trapos que con un poco de pintura en el pañuelo provoque en los demás esa sensación de atrevimiento, de querer descubrir al que hay debajo de esa ropa, de libertad en definitiva.

 De nuestros Carnaval se han hecho eco pintores, poetas, fotógrafos y artistas, pero sobre todo lo que no se puede perder es la tradición oral, el sentimiento de que es la fiesta más grande de este pueblo.

 Todo ello no sería posible si no tuviéramos nuestras comparsas y murgas, que tanto colorido y fiesta tansmiten; el Pitorrreo y la Cueva han marcado el Carnaval de los últimos treinta años.

 Por último, antes de despedirme, quiero mandar desde aquí un abrazo en nombre de toda Alhama a Francisco Palacios "Porrina", que hasta hace dos años nos ha acompañado en esta fiesta junto con su inseparable amigo Antonio "el Guindo". Todos recordamos con cariño, las distintas máscaras con las que se han vestido, también vaya un mensaje de cariño para todas aquellas personas que actualmente se encuentran en la residencia de mayores, sin su participación durante tantos años este Carnaval no sería igual.

 Y ahora a divertirnos con nuestras máscaras, con nuestro Carnaval, que nadie de aquí ni de fuera se sienta extraño e intentemos que pasen unos olas fabulosos, que hagan que el próximo años nos visiten con mas amigos.
Gracias a todos.