Jayena bajo los Granada Venegas, Cid Hiaya el-Nayyar



 Cid Hiaya el-Nayyar, figura histórica clave en la caída final del reino nazarí de Granada. Fue alcalde y visorrey (walí) de Almería, entregó Baza a los cristianos, bautizándose con el nombre de Pedro de Granada (inició la estirpe de la poderosa familia morisca de los Granada Venegas).




 Yahya Alnayar posiblemente nunca conoció Jayena, (Al menos Jayena, villa enclavada en la comarca de Alhama de Granada, pues existió otra Jayena, famosa pesquería en las cercanías de lo que hoy es Castell del Ferro) y como tal posiblemente nunca la poseyera, pero aun así es uno de los personajes históricos que más han tenido que ver con su historia, sin su existencia la historia de Jayena hubiera seguido derroteros diferentes. Yahya es un personaje casi olvidado, controvertido, discutido, señalado de traidor, pero que demostró poseer una gran inteligencia y astucia militar, además de un gran tacto diplomático, de extraordinario vigor negociador, así como un insólito carisma, que le llevaron a jugar un importantísimo papel en la caída del feudo nazarí granadino. Yahya al Nayar y su hijo, Alonso de Granada Venegas, fueron indiscutibles y fieles colaboracionistas militares de los Reyes Católicos: participaron en el sofoco de la insurrección de los mudéjares de 1490 así como en la toma de Granada. Alnayar estableció su residencia en Granada a partir de su conquista; siendo nombrado alguacil mayor de la ciudad en 1492, regidor perpetuo de ella desde el 20 de junio de 1500 y caballero del hábito de Santiago. Sin embargo, los Reyes Católicos le desposeyeron del señorío de la taha de Marchena, que ofrecieron primero a Boabdil y, en 1494, a Gutierre de Cárdenas. Apesadumbrado por ello, se retiró a vivir a Laujar de Andarax. En su testamento, Pedro de Granada dio queja de su malestar hacia el trato recibido por los católicos reyes Isabel y Fernando, tras la toma de Granada; de que sólo se le dio una compensación de 200.000 maravedíes, y que se le sustrajeron una serie de heredades que eran de su patrimonio familiar, especialmente la taha de Marchena cuya posesión era para el tremendamente significativa.

 Yahya Alnayar es un personaje enigmático, un hombre que por salvar su imperio y su patrimonio es capaz de todo. Yahya, siempre conservará una postura hostil hacia Boabdil; sólo apoyará a Muley Hacen por el propio beneficio, que las circunstancias le ofrecen, pues no deja de lado que éste ocupaba el cargo real que debió alcanzar a su padre Aben Celin, como primogénito de Yusuf IV. Yahya, ante la eventualidad de que Boabdil lograra apoderarse del reino, no dudará en asociarse secretamente con los Reyes Católicos, a costas no sólo de traicionar a su pueblo, sino a su propia causa y a su cuñado el Zagal. Al final, de los tres nobles en liza, Boabdil, el Zagal y Yahya Alnayar, sería este último el único que permanecería en España tras la conquista, obsequiado con no pocas mercedes por los Reyes Católicos.

 Nacido probablemente en la Taha de Marchena, en una fecha indeterminada entre 1432 y 1440, murió en Laujar de Andarax el 6 de febrero de 1506. Era hijo de Aben Celin Aben Abrahen Alnayar, hijo del rey granadino Yusuf IV ibn al-Mawl, y de Fátima, hija del rey Cirila o Ismail, por tanto era nieto de reyes y aspirante al trono nazarí.



Su nombre árabe también se transcribe como «Cidi Yahya Alnayar», «Yahya al Nayar», «Sidi Yahya», «Yaya», «Yahya An-Nayyar», «Çidi Yahya al Nayar» (Cid y Sidi significan «señor»)

 Tradicionalmente se dice que el 25 de diciembre de 1489 Cidi Yahya recibió el bautismo cristiano,( aunque los últimos estudios cometidos retrasan su conversión hasta 1500, junto a otros caballeros musulmanes). Siempre según esta tradición, este hecho tuvo lugar y suceso en el campamento emplazado en Alhadra; en la misma tienda del monarca católico, actuaron como padrinos los propios reyes Isabel y Fernando, y Yahya Alnayar tomó el nombre de Pedro de Granada. Se acogieron al bautismo su mujer Ceti Meriem que pasó a llamarse María Venegas, su hijo Alí Omar ben Nazar, tomando el nombre cristiano de Alonso de Granada, así como sus hijas que pasaron a llamarse Isabel y Brianda. Posteriormente muchos de sus más cercanos colaboradores siguieron el mismo camino. Le fueron reconocidos los bienes y haciendas tratados con don Gutierre de Cárdenas: Es nombrado caudillo, y se hará extensivo a su hijo Alí Omar ben Nazar o Pedro de Granada Venegas, y los sobrinos de Cid Yahya. Todos ellos absorberían el trato que merecían los grandes caballeros, recibirían de “acostamiento” en la casa real, y se le defenderían de las posesiones donadas frente a sus enemigos. Asimismo se acuerda mantener en secreto el bautismo, para que los moros de Guadix no se enteren antes de la entrega pactada de esta ciudad. Se le reconocen una serie de heredades de viñedo, fortalezas y alquerías enteras que habían sido de su propiedad, recibidas por herencia de su padre. Los familiares más directos como su hijo, sobrinos, descendientes y criados, quedarían exentos, al igual que él, del pago de alcabalas, pechos y otros derechos que se cobraban. Podría ostentar una guardia personal de 20 personas, al igual que su hijo, además ambos gozarían de derecho de aposento por parte de los reyes. En cuanto a lo económico, se conviene que si consigue que el Zagal le ceda la mitad de las salinas, valoradas en 400000 maravedíes, los reyes le otorgan 150000 maravedíes en las tierras de Dalías, y en las salinas de Marchena de las rentas pertenecientes a la corona, si faltara algún dinero lo cobraría de la Taha de Alboloduy, y por conseguir la entrega de Guadix se le darían 10000 maravedíes y regalos en telas como 18 varas de zeytuni verde y 15 varas de grana morada.

 Entre 1460 y 1461 se casa con su primera mujer, Ceti Meriem Venegas (Doña María Venegas), hija de sus tíos Ceti Meriem Alnayar y Pedro Venegas (antes Ridwan Venegas) prima hermana suya. Se conoce que tuvo una segunda mujer, llamada Elvira Hernández natural de la entonces conocida como Higuera de Martoss (Jaén) (Elvira de Sandoval nieta del conde de Castro). Hay dudas de si, además de su hijo Alonso, tenía otro llamado don Alfonso de Granada Venegas.

 Es legendaria la entrada en la vega de Granada el 20 de mayo de 1490 con la ayuda del Zagal, Pedro de Granada y su hijo don Alonso, donde mataron a cinco moros. Además de gran y admirado guerrero fue un magnifico negociador, dejando de un lado las batallas, (empezó las primeras negociaciones con alcaides del Zenete). Alnayar y Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de León y representante de los Reyes Católicos, alcanzaron un acuerdo de capitulación para la entrega de Baza, Guadix y Almería, con el beneplácito de el Zagal, a quien se le prometieron importantes compensaciones. El día 4 de diciembre de 1489 Baza abría sus puertas a los Reyes Católicos; Almería lo hacía el 23 y Guadix, el 30. En 1490 los hermanos de Boabdil se presentaron como recambio regio, que inclinó a los Reyes Católicos por secuestrarlos y enviarlos a Sevilla. Tuvo mucho que ver en aquel asunto don Pedro de Granada. Tras la toma de Guadix, Boabdil decretó una amnistía general, y reclamó buscar el apoyo de todos los musulmanes para la causa islámica. En el verano de 1490 se produce una sublevación general contra los cristianos en la mayoría de las comarcas ganadas en 1489, Boabdil se apoderó de Andarax teniéndose que exiliar el Zagal a Almería. Pedro de Granada, se vio atacado por Boabdil en la Taha de Marchena, pero él pudo defenderla junto a su hijo Alonso. Se sabe que Pedro de Granada, junto a su hijo Alonso, capitaneó y dirigió las tropas cristianas en la guerra contra los moros de Adra. Se valieron del ingenio para ganar la partida demostrando una vez su sutileza y su gran dominio en la estrategia y el arte de la guerra. Las tropas cristianas por mar, dirigidas por Alonso de Granada, se disfrazaron de tropas Africanas. Los Abderitanos que esperaban ayuda de África creyeron que venían a ayudarles. Los cristianos se apoderaron del famoso puerto de Adra, mientras Pedro de Granada llegó por tierra con sus tropas.

 Al ser conquistada Granada en las Capitulaciones de la ciudad a Yahya no se le permite tener ningún cargo político. Sin embargo en 1500 es nombrado Alguacil Mayor de Granada, lo que le sitúa en uno de los cargos más importantes del Ayuntamiento de Granada. Se le concedió privilegio de hidalgo, adquirió la Caballería de Santiago, el señorío de Campotéjar, la mitad de las salinas de La Malahá y el reconocimiento de otras heredades. El 20 de agosto de 1500, los Reyes Católicos le proveyeron todas las tierras y morales de la Taha de Andarax. En 1501 don Pedro cede a su hijo unas casas de Granada situadas en la calle de la catedral-iglesia de Santa María de la O, actual templo del Sagrario. Una finca plantada de viñas, frutales y olivos con una extensión de 206 marjales de tierra cultivable, en la vega de Granada en el pago de Daravaliad. En el mismo año, con la rebelión de los mudéjares, se le obligó a entregar el señorío sobre la Taha de Marchena y Lúchar. Además no recibió lo prometido por parte de Isabel y Fernando, como el pago de los gastos y otras cuestiones que realizó él para sus soldados. Le fueron requeridos además bastantes bienes heredados de su padre, que hubo de devolver, entre los que se encontraban varias casas de Granada y la Alquería de Alhabia. Este hecho le hizo no estar contento con los reyes al no ser recompensado, como se le había prometido. Lánguido y desengañado como resultado de ello se retiró a Laujar de la Taha de Andarax, apartándose de la vida social de Granada.



 En esas circunstancias muere en Laujar de Andarax el 6 de febrero de 1506. Tras su muerte, su hijo don Alonso ordenó el traslado del cadáver a Granada, acompañado de 800 servidores, unos a pie y otros a caballo. En la calle Elvira se le elevó un túmulo en la Puerta de Elvira donde salió a recibirle la clerencia y los frailes de Granada, y otro túmulo a la salida de la calle, en el antiguo pilar de los almizqueros, renombrado tiempo después del Toro. Tras los ceremoniales instituidos, fue enterrado en la capilla de San Pedro (regalada por la reina Isabel), en el templo actual del Sagrario. En el epitafio se le recogieron los títulos y honores que había desempeñado en su larga vida. En su testamento entregó a los inocentes de San Lázaro 20 fanegas de pan cocido, a los pobres en limosna 10.000 maravedíes, y pide a su hijo Alonso que funde capellanía. A su segunda esposa Elvira, le deja las tierras que tenía en Campotéjar, tres marcos de plata y toda su ropa, paños y atavíos de seda. A su hijo Alonso le asigna dos jaeces de plata esmaltados, los balajes correspondientes y todas las espadas y armas que poseía, entre ellas una espada de oro, que perteneció a un rey moro (Boabdil), y que los Reyes Católicos le habían entregado como regalo, para reconocerle a título íntimo que él era el único descendiente de la Casa Real Nazarí, pero debería pedírsela a su primo Fernando de Granada que la tenía en préstamo.

Bibliografía:- «Un personaje almeriense en las crónicas musulmanas y cristianas. El infante Cidi Yahya Alnayar (1435-1505)», Espinar Moreno, Manuel y Grima Cervantes, Juan. Boletín del Instituto de Estudios Almerienses, 7, 1987.
- «Testamento y muerte de don Pedro de Granada», Espinar Moreno, Manuel y Grima Cervantes, Juan. Mayurqa 1989, Vol. 22.
- Ladero Quesada, M.A.; “Nómina de conversos granadinos (1499-1500)”, Los mudéjares de Castilla y otros estudios de Historia medieval andaluza, Granada, 1989.
- Una gran familia. las élites moriscas del reino de Granada Enrique Soria Mesa Universidad de Córdoba.