“El alcalde de Jayena y sus acompañantes volvieron a insistir en su propósito, puesto que la distancia desde el molino hasta Jayena se podía cubrir en el tiempo referido, sin embargo el Sr. Jaudénes volvería a contestar a la delegación: S. M. el Rey ha venido a visitar a sus pueblos y no a pueblos de señorío. Todos los miembros de la comisión manifestaron al gobernador qué culpa tenían de haber nacido en pueblo de señorío a lo que el Sr. Jaudénes contestó No haber nacido.”
Hoy traemos a estas páginas de Historia de Jayena uno de los episodios históricos más nefastos aciagos y trágicos no solo para la villa de Jayena, sino también, para nuestra Comarca alhameña, nuestra provincia de Granada y la de Málaga. No es otro episodio que el del fatal suceso que después se conocería con el nombre de “Terremoto de Andalucía”, acaecido en la navidad de 1884. De este acontecimiento histórico existe una amplia bibliografía, para quien desee profundizar en el tema, pero hoy aquí nos queremos centrar en lo concerniente a la villa de Jayena y más concretamente en la NO visita del rey Alfonso XII a esta villa de señorío que con motivo de la tragedia (¿se necesita una tragedia para que un rey visite un pueblo o una comarca? Y algunos pueblos ni por esas), se había previsto; la visita programada nunca se produjo, se quedó a media hora de camino. Posiblemente y junto a la guerra civil española constituya este momento (el del terremoto de 1884) el hecho más trágico en la historia documentada de la villa de Jayena, con un balance de17 muertos, 5 heridos, y un enorme daño material.
En aquel instante histórico Jayena era a decir de muchos, un pueblo de señorío propiedad prácticamente de la marquesa de Campotéjar, Maria Teresa Pallavicini, 17ª marquesa de Campotéjar, (que había heredado el título de su padre Ignazio Pallavicini, 16º marqués de Campotéjar a la muerte de este en 1871), que lo fue hasta 1914, en que falleció, heredando entonces Giacomo Felipe Durazzo, 18. Marqués de Campotéjar, quien realizaría la venta de los pueblos de su marquesado Campotéjar, Dehesas Viejas y Jayena allá entre los años 1919 y 1921.
El hecho de ser un pueblo de señorío le iba a pesar a Jayena en un principio, en esta infausta ocasión también, agravando aun más la opresión y la miseria. Con un gobernador inútil, insensible e indolente, una rey poco decidido y resuelto,(si no me llevan ¿qué hacer?”), y una marquesa que no se dignó ni siquiera a visitar sus propiedades en una ocasión tan grave, si bien delegó en sus administradores, que con sus posibilidades hicieron lo que pudieron, sobre todo el administrador local. No se puede decir lo mismo del administrador general.
Jayena recibió de la comisión regia (formada al efecto), 128.508,53 pesetas como ayuda para sobreponerse a la catástrofe, siendo la séptima población que más dinero recibió de esta comisión tras Alhama, Arenas del Rey, Albuñuelas, Periana, Guevejar, y Málaga capital. Siendo lo total recaudado 6.524.492,55 pesetas. Ello pone de manifiesto al menos, que la villa de Jayena, al fin y al cabo fue justamente atendida en esta tragedia, por dicha comisión regia, a pesar del gobernador, el rey, la marquesa y su condición de pueblo de señorío, quedando pues el incidente de la”no visita del rey a Jayena” como un mero hecho anecdótico en la historia de la villa, exponiendo notoria y patentemente la incapacidad e inutilidad de algunos de sus protagonistas.
Exponemos varios documentos transcribiendo diferentes momentos del hecho, publicados en la prensa tanto nacional como provincial. Existe una extensa documentación en cuanto a esto, que hemos obtenido de la hemeroteca de prensa de la Biblioteca Nacional, cuyo enlace facilitamos más abajo, y recomendamos la lectura en este caso de la obra de: De Castro Martínez, Jesús; Crónicas de Jayena. Granada. 2014, donde se realiza una excelente recopilación de momentos cotidianos e históricos de la villa. A este tenor recordar el articulo de Jesús de Castro, donde realiza una interesante disertación sobre la no visita del rey Alfonso XII a Jayena que el titula “El incidente de la fábrica de harinas San Fernando”, publicado en esta web, hace unos meses http://alhama.com/digital/comarca/jayena/8215-historia-de-jayena-el-incidente-de-la-fabrica-de-harinas-san-fernando.
Igualmente aconsejamos la lectura de Terremotos y Solidaridad de Andrés García Maldonado; y del mismo “Las vistas heliográficas de los terremotos de Andalucía. 1999”. Indicar que sugerimos estas obras sencillamente por ser estas, más específicas de nuestra tierra y comarca, pero como ya hemos comentado existe una amplia bibliografía que analiza, desgrana y cuenta lo sucedido en el terremoto de Andalucía de 1884.
En cuanto al rey, y su “no visita”, bueno decir que por ejemplo tampoco visitó otros pueblos, como Albuñuelas, aquí fue otra la excusa, que opine el lector con lo dicho en la prensa de aquellos días. La marquesa…ni estuvo ni se le esperó, pero si se le echó bastante en falta, lo del gobernador no tiene nombre, al fin y al cabo fue la solidaridad del pueblo español, y otros pueblos quienes realmente socorrieron a todos los afectados. Y sobre todo el tesón de Seco de Lucena y otros como el. En un principio no se le dio la importancia debida a la tragedia, si bien la gran labor realizada por el periódico “El defensor de Granada”, con su director Seco de Lucena al frente, hicieron ver la gran dimensión de la tragedia, lo que ayudo en gran manera al alivio de la desdicha de los afectados. Con respecto a Jayena, en un principio no se supo ver el alcance del desastre en esta villa, aunque este hecho fue corregido después. Si bien reseñar que el comportamiento del rey no fuera el esperado por parte de los vecinos del pueblo de Jayena, que probablemente quedarían bastante defraudados por lo ocurrido, se puso de manifiesto la incapacidad del gobernador, pero más grave se puede considerar el desprecio de la marquesa hacia sus colonos, a los que no se dignó a visitar, delegando en un administrador general, que igualmente, tampoco se implicara con la generosidad requerida en tragedias de ese tipo. Jayena fue salvada por la solidaridad tanto nacional como internacional. Pero igualmente en ningún momento se ha tenido el reconocimiento por parte de la villa hacia dicha solidaridad, no ha sido reflejado en ningún gesto por parte de esta villa. Ni el más sencillo giño de reconocimiento a dicha generosidad se puede atisbar en Jayena, algo triste e injusto cuando menos.
Extractos de libros:
“Uno de los grandes sismos que asolaron España en el pasado fue el llamado ((Terremoto de Andalucía», ocurrido aproximadamente a las 21:08 horas, referidas al meridiano de Greenwich, del día 25 de diciembre de 1884.Dicho terremoto afectó gravemente a un área de unos 120 x 70 km2, de las provincias de Granada y Málaga, produciendo entre 750 y 900 muertos y más del doble de heridos, cifras muy notables si se tiene en cuenta la dispersión de los núcleos urbanos y la escasa población de la zona” (El Terremoto de Alhama de Granada de 1884 y su impacto Francisco Vidal Sánchez (Instituto Andaluz de Geofísica / Dep. de Física Teórica y del Cosmos, Universidad de Granada)
Jayena: Más del 58% de las casas fueron destruidas, y el resto quedaron ruinosas . Inicialmente fue considerado con menos daños. La Comisión Española da 95 casas destruidas, Orueta 186 y la Comisión Francesa 191. Víctimas directas de 10 a 11 muertos (aunque datos posteriores dan 17) y 18 heridos graves. Del 25 de diciembre de 1884 al 16 de enero de 1885, se sintieron allí 87 eventos. El Terremoto de Alhama de Granada de 1884 y su impacto Francisco Vidal Sánchez (Instituto Andaluz de Geofísica / Dep. de Física Teórica y del Cosmos, Universidad de Granada)
Jayena
Reposa en la falda de una colina por cuya base corre un riachuelo que se conoce con el nombre de rio de Jayena; el terreno subyacente es idéntico al de Arenas del Rey, ó sean capas horizontales de caliza, arena y arcilla, que pertenecen á la época miocena.
El terremoto comenzó en Jayena á las 8 y 55 minutos de la noche, durando unos 25 segundos y viniendo acompañado de un ruido idéntico al que describen los habitantes de Arenas del Rey. Es de advertir que en Jayena se notaron dos series distintas ele choques durante el primer terremoto; pero el movimiento fué vertical en ambas y esta version la confirman los planos de rotura de los muros, que casi siempre son horizontales: la dirección de los choques debió probablemente ser la misma que en los demás pueblos citados hasta ahora, con la diferencia de que así como en ellos predominan mucho los horizontales, aquí serian estos relativamente de escasa importancia, teniéndola por el contrario muy grande los verticales.
A consecuencia de la primera conmoción se desplomaron 186 casas, que dieron muerte á 10 personas é hirieron gravemente á 18. Los edificios restantes están todos en mal estado y especialmente 143 que amenazan inmediata ruina.
En Jayena se repite otra vez el hecho tantas veces citado: distando 3 kilómetros de Arenas del Rey y reposando sobre idéntico subsuelo, los daños han sido sin embargo considerablemente menores. Esto prueba que no debe atribuirse tal diferencia, como creí al empezar á recorrer la provincia de Málaga, al influjo que ejerce el contacto de terrenos de distinta naturaleza sobre la cantidad de movimiento con que se manifiesta el fenómeno, pues la diferencia es extraordinaria algunas veces entre pueblos muy próximos y que reposan sobre el mismo terreno.
(Un forme sobre los terremotos ocurridos en el sud de España en diciembre de 1884 y enero de 1885 . Por Domingo de Orueta y Duarte, alumno de la escuela de minas)
El terremoto en la Prensa
Aunque prácticamente casi todas las fuentes en la prensa beben del Defensor de Granada,( a quien tanto se le debe en esta tragedia) en esta tragedia, periódico que fue el gran movilizador y artífice tanto en los primeros momentos como posteriormente de solicitar la ayuda necesaria para los afectados de la tragedia, aquí reproducimos otros medios nacionales.
Unas de las crónicas en prensa que describen el paisaje desolador.
El Día (Madrid. 1881). 31/12/1884, página 2.
El espectáculo que ofrece el pueblo de Jayena es aterrador. Los heridos, que son muchos y graves, se hallan abandonados y morirán casi todos, porque faltan medicinas y personal farmacéutico. El sábado muchos vecinos obligados por el hambre, atreviéronse á remover los escombros da sus viviendas para buscar alimento. Hallaron algún poco de trigo, y aunque estaba húmedo é hinchado por la lluvia, y sin condicionas para reducirlo á harina, con él se alimentaron.
Además carecen de agua; el rio ha quedado seco á causa de las profanadas grietas qua abrió el terremoto en su cauce.
El Siglo futuro. 10/1/1885, n.º 2.943, página 3.
«Hoy ha caido una gran nevada en el distrito montañoso de Jayena, por lo cual no sirven las tiendas de campaña.
«Necesitamos barracones de madera,— Seco de Lucena,director de El Defensor.-
Una crónica de la que reproducimos parte describe el desolador paisaje a su llegada Jayena la crónica la firma Mariano Araus, en el periódico “El Liberal” el 19 de enero de 1885.
El Liberal (Madrid. 1879). 19/1/1885, página 1 ( Mariano Araus)
Desde Arenas nos dirigimos á Jayena por uno de estos mal llamados caminos, que no son sino una interrumpida serie de trochas y veredas abiertas generalmente sobre roca y que para mayor apuro, se ven estos días cubiertas de nieve y hielo que hacen más difícil y peligroso su tránsito. Antes de llegar a Jayena pasamos por Fornes, anejo del primero, donde no han ocurrido más desgracias que tres heridos, entre ellos una anciana, a la que la comisión del Círculo, por conducto del párroco, socorrió con 75 pesetas.
Más dé la mitad de las casas han sido totalmente destruidas; De las restantes pocas son las que pueden habitarse sin peligro.
El espectáculo que ofrece Jayena es bien doloroso. De 450 edificios que contaba no hay 10 en pié, sin exceptuar la iglesia, convertida en ruinas, de las que ni siquiera han podido sacarse todavía los vasos sagrados y ornamentos. La desgracia de este pueblo, es bajo otro punto de vista mayor que las de sus vecinos, porque la idea de que es un pueblo de señorío, perteneciente al marqués de Campo-Tejar, hoy vinculado en la familia de los Palaviciniles, priva sin duda de socarros, que acuden en abundancia a otras localidades. Aquí tampoco había venido nadie más que el infatigable Sr. Seco de Lucena, aparte del administrador del marqués, que dictó en los primeros momentos algunas disposiciones caritativas, Nosotros constituimos una Junta do socorros verdaderamente imparcial, á la que encomendamos la distribución de 1.500 pesetas, que por el momento se creyeron más necesarias para facilitar a las familias pobres los medios de adquirir los utensilios más indispensables en su ajuar; porque es de notar que en esta inmensa catástrofe casi todas las familias han perdido hasta los objetos que parecían más resistentes.
Siguiendo nuestro propósito de facilitar lo más pronto posible la apertura de las escuelas, se hizo en el acto un presupuesto para la construcción de una gran barraca que sirva para los de ambos sexos y vivienda de los profesores.
Todo esto se puede hacer, y se hará con 373 pesetas. Mucho sintió la comisión no poder deferir a los deseos del excelente cura párroco, que pedía una cantidad análoga para habilitar una capilla destinada al culto; pero sabedora la comisión de que el señor arzobispo de la diócesis, así como la mayor parte de los prelados españoles, recaudan fondos que sin dada aplicarán á las necesidades del culto, creyó que debía preferir las necesidades intelectuales, a las que nadie ha prestado hasta ahora auxilio alguno. Sin duda los dificultades de giro y distribución habrán impedido que esos socorros hayan llegado a poder de los párrocos de las iglesias arruinadas.
Vacilamos los dé la comisión del Círculo en continuar nuestro viaje, porque la tarde se había cerrado en nieve y era necesario atravesar una distancia de cuatro leguas cruzando una escabrosísima sierra, pero nuestra impaciencia por llegar a Albuñuelas nos decidió a emprender la marcha y ojalá no lo hubiéramos hecho, por que estuvimos a punto de perecer ó despeñados por alguno de los profundos precipicios, a cuyo borde fuimos casi todo el camino, ó helados en las cumbres de la montaña, por donde caminamos durante algunas horas errantes y extraviados, nvueltos por un horroroso temporal de nieves: en noche oscurisísima y sin esperanza, algunos. momentos, de encontrar el camino, a pesar de la reconocida experiencia del guía que habíamos tomado en Jayena. Nuestra buena estrella nos sacó de aquel apuro al cabo de nueve mortales horas de angustia, llegando por fin á Albuñuelas á las once y media de la noche.
Los anuncios y comentarios de la visita del rey a los pueblos afectados.
La Época (Madrid. 1849). 8/1/1885, n.º 11.668, página 2.
Ampliando las noticias que ayamos sobre el viaje de S. M., podernos, decir que llegará á Loja el sábado á las diez y media de la mañana, y después de almorzar se dirigirá en coche ó á caballo a Alhama donde pernoctará.
El domingo, después de visitar las ruinas de esta última población, continuará el viaje á aballo a Albuñuelas, donde llegará por la noche, visitando antes á Arenas del Rey y Jayena; el lunes se detendrá en Albuñuelas y Murchas, dirijiéndose por el Padul á Granada.'
Luego visitará en tren á Archidona. deteniéndose algunas horas y siguiendo á Antequera.
Desde esta ciudad pasará á Málaga y de allí en carruaje á Nerja y Torrox, y de Torrox, á caballo, á Periana, volviendo á Malaga .desde ese último punto.
S.M. montará el caballo Delta que llevó á los Picos de Europa, y los domas expedicionarios caballos de sierra.
Diario oficial de avisos de Madrid. 9/1/1885, página 2.
En el exprés de Andalucía saldrá esta tarde S. M. el Rey á visitar lás provincias de Málaga y Granada.
Parece que le acompañarán en su viaje, además del personal del cuarto militar de S. M-, los Sres. Ministros de la Guerra y Gobernación, el General Blanco y varios Diputados de aquellas provincias.
El itinerario de la provincia dé Granada que reúne más probabilidades es el siguiente:
El Rey llegará á Loja el sábado á las diez y media, y después dé almorzar en ésta ciudad se dirigirá en coche ó á caballo á Alhama, donde pernoctará.'
El domingo, después de visitar las ruinas de Alhama, emprenderá á caballo el viaje para las Albuñuelas, donde llegará por la noche, visitando antes á Arenas del Rey y Jayena. El lunes visitrará á las Albuñuelas y Murchas, dirigiéndose por el Pádul á Granada:
La Visita de S. M. á la provincia de Granada sólo durara tres días.
La discusión
Hoy en el expreso de Andalucía saldrá don Alfonso con dirección á Granada y Málaga.
Aunque el itinerario no está decidido de un modo terminante, pues aún faltan algunos datos del estado de los caminos, se cree que llegara mañana á Loja, y después de almorzar en esta ciudad se dirigirá en coche ó á caballo á Alhama, donde pernoctará.
El domingo, después de visitar las ruinas de Alhama, emprenderá a caballo el viaje para las Albuñuelas, donde llegará por la noche, visitando antes á Arenas del Rey y Jayena. El lunes visita á las Albuñuelas y Murchas dirigiéndose por el Padul á Granada.
Según este itinerario, la visita á la provincia de Granada sólo durará tres días.
La Correspondencia de España. 18/1/1885, n.º 9.798, página 3.
Con objeto de concretar los hechos referentes á lo ocurrido en el molino de San Fernando, donde la comisión de Jayena fué á recibir á S. M., y de cuyo asunto se ocupa con extensión un periódico de anoche, podemos consignar los siguientes detalles telegráficos:
• El alcalde y una comisión del pueblo de Jayena solicitaron de S. M. que pasara, si lo estimaba oportuno, por aquella localidad, á donde, como á todos los puntos en que se ha dignado presentarse, llevaría alivio y consuelo a las desgracias últimamente ocurridas.
Pero, tanto las autoridades como las personas conocedoras de aquel país, aconsejaron á S. M. que no llevara á cabo la espedición, no solo porque era preciso realizarla por malos caminos de herradura, en donde era probable le sorprendiera la noche, sino también porque las desgracias ocurridas en Jayena eran menores que las de Alhama y Arenas, que acababa de visitar el rey.
S. M., teniendo en cuenta las razones que se le esponian respetuosamente, desistió do ir á Jayena, pero entregó 500 pesetas al cura párroco del pueblo, 250 á dos familias que habían quedado en mal estado, y otras 250 para los pobres, ofreciendo además que, en cuanto á los heridos y perjudicados, haría el mismo donativo que en los otros pueblos por conducto de la junta de socorros.»
El Liberal (Madrid. 1879). 18/1/1885, página 1.
Parece que el Sr. Romero Robledo no ve con gusto, según noticias de la provincia de Granada, que las corporaciones ó particulares que han abierto suscripción para aliviar la suerte de los pueblos perjudicados hagan directamente el reparto, prescindiendo de la administración pública.
En cambio los pueblos víctimas del terremoto lo celebran mucho.
El Sr. Romero Robledo sólo ve con gusto que el alcalde de Jayena y el gobernador de Granada se pasen el tiempo discutiendo si Jayena es pueblo de realengo ó de señorío.
Parodia de la fábula Los dos conejos.
Los gobernadores y los alcaldes discuten. Y en tacto los vecinos de los pueblos víctimas de los terremotos se mueren de hambre.
El Globo (Madrid. 1875). 17/1/1885, n.º 8.370, página 2.
Un amigo nuestro de Granada nos escribe dandonos cuenta del disgusto y descontento que en aquella provincia ha causado la conducta del gobernador.
Dice que hasta ocho ó nueve días después dé la catástrofe no llegaron los primeros é insignificantes auxilios á aquellos afligidos pueblos, y después de ese tiempo fué cuando visitó el Sr. Jaudenes Alhama y Albuñuelas, no llegando á Arenas del Rey, Jayena, etc., por no haber carretera por donde hacer el viaje cómodamente.
En todos aquellos pueblos faltan tiendas de campaña, alimentos, vestidos y hombres para enterrar a los muchos cadáveres que aún existen entre los escombros.
También refiere nuestro amigo, que hallándose la comitiva regia á media hora da Jayena, fué una comisión del pueblo á suplicarle que lo visitaran. —Jayena no se visita,—dijo el Sr; Jáudenes,— porque el rey va a sus pueblos, no á loa pueblos de Señorío. Los marqueses da Campo-Téjar que os socorran, que ello» son vuestros dueños.
¡Qué gobernadores!
Una completa crónica de lo sucedido con respecto a Jayena y la visita del rey a esta villa.
La República (Madrid. 1884). 17/1/1885, página 1.
UN PUEBLO Y UN GOBERNADOR
Encontramos en El Correo el relato de lo ocurrido en una de las expediciones de la corte por algunos pueblos de Andalucía. Entre los más castigados por los terremotos, sé cuenta él dé Jayena, en la provincia de Granada. El gobernador pasó oficio al Ayuntamiento, según afirma el secretario, en carta dirigida a El Defensor de Granada, participando la visita de la corte á dicho pueblo, y en su vista salió de él una comisión para el molino de San Femando, con objeto de recibir y acompañar á los expedicionarios.
Refiere el secretario del Ayuntamiento, D. Francisco de Paula Castro, que la comisión esperó la llegada de D. Alfonso, a quien, manifestó el objeto que allí le llevaba, y que no era otro que el dé que visitase a Jayena.
D. Alfonso mostró vivo deseo de acceder a lo que solicitaban los Representantes de Jayena. Preguntó después cuánto había que recorrer para llegar á este pueblo, y corno uno de los comisionados le contestase que media hora, se interpuso e! diputado Sr, Martos Pérez, diciendo “que al monarca no se le engañaba”
El Sr. Castro dice en su carta que efectivamente era media hora lo que faltaba para llegar á Jayena, y siendo esto lo que pensaban también los demás comisionados, a pesar de la interrupción brusca del Sr. Martos, todos insistieron en sus afirmaciones.
Al llegar este momento es cuando interviene el Sr, Jáudenes del modo que explica el Sr, Castro en los siguientes párrafos de su carta:
"En este estado, el Sr. Jáudenes manifestó públicamente las palabras textuales que copio:
"S. M. el rey ha venido a visitar a sus pueblos y no a pueblos de señorío,,. No faltó persona de los que componían la comisión que manifestaron al señor Jáudenes "qué culpa tenían de haber nacido en pueblo cié señorío.,, á lo que el Sr, Jáudenes contestó con mucho énfasis: "No haber nacido” (Textual.)
No paró en esto la cosa; la comisión vuelve á insistir, haciendo palpable que esta villa era tan acreedora ó más que las demás poblaciones a que fuera visitada, por la razón expuesta da ser de señorío, puesto que se encontraba en más desgracia y miseria que los otros, a causa de que no poseía otra riqueza más que la urbana, la cual había sido destruida por los efectos del terremoto, y por tanto, no le quedaba más que el colonato. Con estos razonamientos estuvo conforme el Sr. ministro de la Gobernación.,,
"Pero para que la desgracia y abandono de esta villa sea doble y gima su desconsuelo y desamparo, el Sr. Martos Pérez, sobreponiéndose de una manera imperiosa a la voluntad de S. M., dijo: "No se va” (Textual.)
Por último, el señor alcalde suplicó no nos dejara desatendidos en circunstancias tan angustiosas como las que se atraviesan, y S, M, el rey no pudo por menos de demostrar su sentimiento y decir "Si no me llevan ¿qué hacer?.,, (Textual,) A estas frases, pronunciadas por el monarca con profundo sentimiento, se despidió la comisión, quedando altamente satisfechos de la benevolencia de S. M,, y indignados todos del modo de proceder de la autoridad primera de la provincia y del Sr. Martos, representante de este distrito electora!
No quiero dejar desapercibido el buen comportamiento de D, Francisco Bermúdez de Castro y del señor conde de Benalua, cuyos señores, con un interés vivísimo, suplicaron al monarca accediera á nuestro ruego y visitara á la población de Jayena; pero todo, todo fue inútil ante los propósitos del Sr. Martos Pérez y gobernador civil.
Así termina el relato de los hechos que narra el secretario de Jayena.
El Correo por su parte añade:
"No necesitaba el Sr. Castro entrar después en más consideraciones para lamentar la diferencia retrospectiva que el Sr. Jáudenes pretende establecer entre pueblos de señorío y de realengo, pues todo el mundo sabe que tal diferencia es un anacronismo contrario a nuestras leyes, pero con la lógica del gobernador de Granada en la mano, pudieran pensar los vecinos de Jayena que no formaban parte de la nación española, que no tenían más soberano que la marquesa de Campotejar, y que á ésta debían pagar los tributos de sangre, territorial, industrial, etc.
Esto es lo que hace notar el Sr. Castro en sus consideraciones, lamentando, por último, que para tanto infortunio como hay que amparar en aquel pueblo, no haya habido tiendas de campaña, ni tropa que ayude a descombrar como en otras poblaciones, ni más que 4.000 reales, que son un sarcasmo oficial o las ruinas y a la miseria de Jayena.
En efecto, esto constituye un sarcasmo, pero resulta mayor sarcasmo todavía que después de oponerse la primera autoridad de Granada de la manera que se opuso a que Jayena recibiera el auxilio reclamado por su angustiosa situación, la Diputación provincial gastara cerca de cuatro mil duros en carruajes y en almuerzos.
Parece, según un corresponsal, que hay empeño en ocultar los estragos: así lo indica al menos, entre otras cosas curiosas ocurridas en el viaje, el altercado que delante de D. Alfonso sostuvieron el gobernador de Granada y el cura de Jayena acerca del número de personas que habían sucumbido de hambre en aquel pueblo.
Allí y en todas partes hubieran sucumbido a la miseria los habitantes todos, si solo del auxilio oficial hubiesen esperado la salvación. Ya se ha visto una vez más la completa ineficacia de esa acción, a la que únicamente se deben los resultados que han podido ver los lectores y oír los no menos lamentables que, si hoy se reservan los corresponsales por razones de prudencia, saldrán a luz en su día, y serán la comprobación de cuánto hemos dicho y de la justicia con que desde el primer día hemos combatido la injerencia oficial en la suscripción, que ha sido siempre entre nosotros en casos idénticos una nueva calamidad añadida á las catástrofes de la naturaleza.
- Enlaces: Biblioteca Nacional de España hemeroteca.
Nota de la redacción: Se han respetado los textos en su formato original, de ahí las incorrecciones gramaticales con la sintaxis actual.