Jayena se dispone ya para vivir, del 22 al 25, sus fiestas de agosto, su señalada “Feria” que año tras año aglutina a vecinos oriundos y lugareños bajo la premisa de la convivencia y el encuentro fraternal de hijos del pueblo.
Extracto del SALUDA DEL ALCALDE Estos momentos de Feria nos brinda una oportunidad para la convivencia y el encuentro, de mostrarnos tal como somos, gente alegre y fieles a las costumbres que nos identifican y nos unen a Jayena. Sin duda alguna no son buenos tiempos los que atravesamos, por eso es tarea de todos y todas mantener viva la Feria como un legado para las generaciones futuras, porque nosotros también las recibimos de nuestros padres y abuelos. Ellos no con menos apuros, nos enseñaron a vivir esos momentos tan singulares que siempre esperamos con especial emoción, ojalá que de igual modo ahora entre todos y todas consigamos que esta mala racha económica se acorte. Sin más os animo a que salgamos a la calle a participar en las actividades y nos dejemos llevar por el ambiente festivo que se respira en el municipio, ofreciéndonos desde aquí con toda disposición para que las fiestas sean un momento único. Disfrutad de estos días, orgullosos de nuestro pueblo y de estas fiestas. En mi nombre y en el de toda la corporación os deseo felices fiestas. Antonio Navas Moles Alcalde de Jayena |
||
Si bien esta edición se presenta, acariciada por el roce dolorido de un sentimiento general de congoja, ocasionado por el recuerdo entrañable de la ausencia reciente y forzada de Santiago, Vicenta y Sandra, hijos del pueblo, que sin duda estarán siempre presentes en la memoria colectivo de esta villa, en cada rincón de sus calles o de sus plazas, en cada acto y cada gesto, vecinos añorados por su carisma y bondad.
Un conjunto de numerosas y distintas actividades o eventos son los que el ayuntamiento ha previsto para cuatro días de feria, que se desarrollarán del 22 al 25 de agosto. Desde diversos, actos y torneos deportivos, talleres infantiles, concursos, exposiciones y otros actos lúdicos, deportivos y culturales, hasta la ya tradicional verbena, las carreras de cintas que se corren en coche, en moto, en bicicleta o a caballo, la degustación de paella, las chocolatadas, la batalla acuática y fiesta de la espuma, o las oportunas atracciones de feria, sin olvidar el esperado castillo de fuegos artificiales. Jornadas festivas éstas donde todos los públicos desde chiquillerío de todas las edades, adolescencias, veinteañeros, cuarentones, ochentones, octogenarios, parejas, casados, solteros, solitarios; todos tienen cabida.
La feria pues supone para los jayeneros, un espacio de reencuentros, remembranzas y evocaciones, que barruntan ya el final de un tiempo estival, repleto y pleno de pequeñas historias. Esas que cautelosas como tormentas pasajeras marcan y cicatrizan las existencias de quienes las atesoran, en un tiempo fugaz que se adormece.
Brindarán estos días de asueto, de sosiego y reposos, un breve paréntesis que les permitirá un tiempo de tregua, en que buscar el alivio de las heridas recibidas y alcanzadas por el suceder cotidiano de la vida.
Un conjunto de numerosas y distintas actividades o eventos son los que el ayuntamiento ha previsto para cuatro días de feria, que se desarrollarán del 22 al 25 de agosto. Desde diversos, actos y torneos deportivos, talleres infantiles, concursos, exposiciones y otros actos lúdicos, deportivos y culturales, hasta la ya tradicional verbena, las carreras de cintas que se corren en coche, en moto, en bicicleta o a caballo, la degustación de paella, las chocolatadas, la batalla acuática y fiesta de la espuma, o las oportunas atracciones de feria, sin olvidar el esperado castillo de fuegos artificiales. Jornadas festivas éstas donde todos los públicos desde chiquillerío de todas las edades, adolescencias, veinteañeros, cuarentones, ochentones, octogenarios, parejas, casados, solteros, solitarios; todos tienen cabida.
La feria pues supone para los jayeneros, un espacio de reencuentros, remembranzas y evocaciones, que barruntan ya el final de un tiempo estival, repleto y pleno de pequeñas historias. Esas que cautelosas como tormentas pasajeras marcan y cicatrizan las existencias de quienes las atesoran, en un tiempo fugaz que se adormece.
Brindarán estos días de asueto, de sosiego y reposos, un breve paréntesis que les permitirá un tiempo de tregua, en que buscar el alivio de las heridas recibidas y alcanzadas por el suceder cotidiano de la vida.
