El taller de empleo “Bocanina” de Jayena, y la ruta de la Fuente del Quejigo



 Señalización, limpieza, construcción e instalación de bancos, poda de arbolado y desbroces, son, entre otros, los trabajos acometidos en el entorno por el taller de empleo Bocanina.







 La Fuente del Quejigo es un manantial situado en las cercanías de Jayena, en el interior del parque natural de las sierra de Tejeda, Almijara y Alhama. Es un espacio muy querido tradicionalmente como antiguo punto de abastecimiento, pero también por la riqueza y belleza natural de los alrededores de Jayena.

 Esta breve ruta, de poco más de un kilómetro, es plenamente accesible para casi todo aquel que quiera disfrutar de un buen paseo. Discurre con un perfil de escasa dificultad por las riberas del río Barranco y Grande y se adentra en el pinar de carrasco y resinero, ya en la falda de la sierra, donde se encuentra el manantial.

 Comenzamos saliendo del casco urbano a la altura de un cruce en la calle Alamillos, encontramos la primera señal que indica el sentido a seguir y nos conduce entre tierras de labor y hortalizas de verano bajo sombreo, hasta las aguas transparentes del río Barranco. Su cauce cubierto de arena y rodeado de sauces y chopos, es plenamente transitable fuera de la época de avenidas y en verano resulta uno de los sitios más refrescantes y agradables de la población, no en vano, el parque casi “toca” las calles del municipio en este lugar.

 Atravesamos esta puerta a la naturaleza, cruzando la pasarela de madera sobre el río Grande, justo donde ambos cursos confluyen y nos encontramos ya bajo una enorme chopera que nos invita a recorrerla a través de un camino, que nos conducirá a la falda de la sierra bordeando una antigua tierra de labor. Este tramo desarbolado concluye a pocos metros cuando aparecen los primeros pinos, supervivientes del incendio que asoló estas sierras hace casi cuarenta años.

 Bajo estos majestuosos ejemplares, y casi sin abandonar el camino, se puede divisar una fantástica panorámica de Jayena que aparece tras el bosque de ribera, rodeada de arboledas, montes y cultivos. Para continuar, ya no abandonaremos la sombra del pinar que alberga el destino final, con el atractivo de una vegetación que se vuelve más rica y diversa, compuesta por especies adaptadas a las solanas como los tomillos, la salvia o la lavanda y otras más exigentes en humedad como el famoso quejigo, el agracejo, el rosal silvestre o los juncos de la fuente misma. Estos últimos, nos dicen que ya habremos llegado al final de la ruta, donde podremos refrescarnos bebiendo en cualquiera de sus dos salidas, descansar en un banco y disfrutar de sus valores naturales con tranquilidad antes de emprender la vuelta a Jayena.