Vecinos y foráneos han podido disfrutar de unas jornadas festivas en la villa de Jayena con la celebración de sus fiestas de agosto, su feria, como gusta apuntar los jayeneros.
Del 17 al 21 de agosto, mocerío, niños, mayores, adultos y ochentones, han dejado de lado por unos días la penosa realidad económica del momento para aliviarse, con profunda moderación del la estrechez cotidiana del existir diario. Pero este devenir adverso no ha impedido que el pueblo de Jayena demuestre su hospitalidad y sencillez a todo aquel que ha querido compartir con sus vecinos cada momento de la fiesta.
Si bien es cierto que el delicado momento que se atraviesa se ha dejado sentir en la asistencia y participación que ha sido menor que otros años, la crisis se ha dejado ver de manera intensa, en una feria repleta de actos lúdicos y deportivos hasta 45.
Estampas ha dejado muchas como es acostumbrado esta feria, más abajo mostramos algunas, es cierto que la comisión de fiestas del ayuntamiento ha demostrado una gran voluntad, energía, constancia y se ha alcanzado un ordenado trabajo en equipo, donde el alcalde se ha visto arropado en todo momento.
Y esas que aquí no se muestran, porque ocurren en la intimidad del hogar de cualquier jayenero, esas que la crisis ha sembrado, inhumanas y duras. Estampas que deberán evaporarse, si se pone la misma voluntad, la misma energía y la misma constancia por parte de quien corresponde.