La población de Jayena vive un año más su animada romería.
12/06/2005.- Atrás queda un año de trabajo para los doce matrimonios de romeros. Rifas, lotería y recaudación por la publicidad en el programa se convierten en las principales fuentes de financiación para sufragar los gastos que una celebración festiva de estas características supone en las que no pueden faltar flores para el santo, chocolate y bollería, anís y coñac para el desayuno en la plaza de la Constitución, cerveza y paella, grupos musicales,… Pero gracias a este esfuerzo todo un pueblo vive una jornada inolvidable que muchos jayeneros y jayeneras ausentes aprovechan para regresar a su tierra natal.
Para muchos la fiesta se había iniciado muchas jornadas antes para poder elegir un buen emplazamiento en el Área Recreativa del Bacal. “Hay gente que está aquí desde el lunes”, me comentaba un vecino. Y en efecto tiendas, roulottes y vehículos diseminados por todo este lugar en el que abundan las sombras se repartían por este lugar mientras los vecinos ocupaban el templo donde el párroco, Felipe Molina, celebraría la misa en honor de san Antonio.
A su finalización todos ocuparían la plaza colindante donde tendría lugar la chocolatada antes de iniciar la marcha hacia el Bacal. Junto a la carroza del santo le acompañada otra pequeña y la más y mejor engalanada del centro de Adultos. A ellas se sumó una reata de más de veinte caballos procedentes de la localidad pero también de Fornes, Arenas del Rey, La Herradura, e incluso, de Cómpeta y Málaga.
La sorpresa agradable de este año nos la encontramos al comprobar el buen asfaltado hasta el desvío hacia el río llevado a cabo en este carril por el ayuntamiento. Ya en el área se llevó a cabo la invitación a cerveza y a paella popular para amenizar la tarde y la noche se contó con la actuación de varios grupos musicales, así como del grupo de aerobic de Jayena y de una pequeña que sorprendió a todos con su imitación de María Isabel.
También se llevó a cabo la coronación de María José Pérez Villaverde como Romera Mayor y Lydia Jaldo de Cara y Sandra Almenara García, como primera y segunda dama, respectivamente. Sobre las siete de la tarde cayeron unas gotas de lluvia pero la gente estaba tan inmersa en la fiesta que “ni se inmutó”. Y con la música, el baile, bebida y comida fueron muchos los que aguantaron hasta las claras del día siguiente. Todavía fueron muchos los que aprovecharon la jornada dominical para continuar celebrando esta festividad en compañía de la familia y amigos.
Texto y fotos: A. Arenas