Avance de la próxima publicación de José Gutiérrez Jiménez

José Gutiérrez Jiménez, vecino de Jayena, ha compartido generosamente un pequeño adelanto de su próximo libro en las páginas de alhama.com. Se trata de dos reseñas de los capítulos "Antonio y Manuel con los maquis" y "Avatares de una familia destrozada".

 Este libro, que pronto estará disponible, es el resultado del empeño y dedicación de José Gutiérrez Jiménez, por rescatar aspectos importantes de la historia de Jayena. Aborda diversos elementos de la intrahistoria jayenera, abarcando sucesos desde los siglos XV hasta el XXI, incluyendo hechos inéditos.

 Para José Gutiérrez, esta labor ha representado un gran desafío. Su búsqueda en archivos y documentos escritos ha sido ardua, dado que son escasos en número. Así mismo las fuentes orales le han permitido rescatar historias impactantes y llenas de vida. En sus propias palabras:  Este libro que pronto verá la luz es fruto del empeño y esfuerzo por recuperar algunos aspectos de la historia de Jayena. Contiene elementos generales de la intrahistoria jayenera sucedidos entre los siglos XV y XXI. En él se cuentan además hechos inéditos de la historia del siglo XX en Jayena.

 Es un doble esfuerzo para mí porque la mayoría de los que nacimos en los años 50 era nacer y te ponían una gorra o un sombrero y te echaban al campo a trabajar o a guardar ganado. 

 Ha sido una tarea difícil, la búsqueda en archivos y documentos escritos, que la verdad sea dicha son muy pocos. Importantes han sido las fuentes orales, de donde he rescatado algunas historias verdaderamente sangrantes, y llenas de vida y vivencias de esas personas mayores del pueblo, que son nuestra memoria viva.

Avatares de una familia destrozada

 A su hijo Antonio, le llega la noticia de la muerte de su padre estando en Otívar; decide volver a Jayena con su familia. Antonio llega a Jayena y se refugia en casa de un vecino y allí se escondió mientras su mujer y los  tres niños ocuparon nuevamente la casa de su propiedad, un día se entera Antonio Recio Martin de  que Antonio Pérez Maldonado lo tiene un vecino escondido en su casa y Antonio Recio se pasa por  ella y le dice al vecino “echa de tu casa a Antonio Pérez que vienen a matarlo” le insistió Recio en  que echara de su vivienda al hijo de Alejandro que le iban a matar Antonio Pérez sale de esa casa del  vecino y se refugia en su casa con su mujer y sus tres hijos.

 Una madrugada pegando y llamando fuerte en su casa se presentaron unos guardias civiles y unos falangistas; alarmado y bastante desesperado abre la puerta y le informan que tiene que
acompañarlos.

 Angustiado salió de su casa quedando su mujer Ángela llorando rodeada de sus hijos; la humillación que sufrió Antonio quedaría grabada a fuego en su vida ya que en presencia de sus pequeños despiertos a media noche y desconcertados sin saber que ocurría.

 Echándose Ángela una toquilla negra a la cabeza y su espalda para cubrirse un poco de la temperatura de madrugada, corre a la casa de su cuñada María para comunicarle que la Guardia Civil se ha llevado detenido a su hermano y la tragedia que ha dejado en su casa.

 En la oscura noche y calles solitarias, salen las cuñadas en busca de alguien que les pueda ayudar en tan peligroso y amenazador trance familiar; la desesperación se apoderaba de ambas mujeres ya que no encontraron respuesta alguna entre los vecinos de Jayena partidarios de los sublevados; que ignoraron sus llamadas de angustia y ayuda.

Antonio y Manuel con los maquis

 Cómo se ha reiterado en pasajes anteriores, la abuela Ángela es muy mayor y se encuentra luchando por sacar adelante junto a su hijo Antonio, a esos tres niños que han quedado huérfanos desde muy pequeños. Los dos mayores se iban con su tío a la yesera y allí los ponía a ayudarle metiendo abulagas en el horno para coser la piedra y sacar el yeso.

 Una vez que los niños ya estaban un poco más crecidos y tranquilos con su abuela, y debido a una disputa familiar son echados de la casa en dónde vivían y se ven obligados a abandonar la que hasta entonces había sido su vivienda.

 De esta forma, se ven obligados a irse a vivir a la calle Tesoro.

 Alejandro, el hermano más pequeño es acogido por su tía María y esta con ella y sus hijos, hasta que se traslada a trabajar a Granada, dónde se casa, desarrolla su vida familiar y muere en la capital.El “Ovillitos” – hijo de Ángela decide casarse y esos dos niños mayores, Manuel con 11 años y  Antonio con 14 se marchan a la Sierra Almijara, en los Prados de Lopera a un cortijo situado a 16 kms. de Jayena, ya en término municipal de Las Albuñuelas.

 Allí en el cortijo Los Prados son acogidos por José Ruiz Corbera (a) José Lucio, arrendatario del cortijo mencionado, siendo acogidos como hijos propios. Los niños comienzan a trabajar en el cortijo en todo lo necesario, de pastores, de marraneros, en la agricultura, etc.

 Cobran de jornal 40 pesetas al mes y la comida; por lo que su salario era de una peseta y treinta céntimos al día, en esos últimos años de los 40 un pan valía 70 céntimos de peseta.

 La vida de los niños era cada vez más difícil y dura, a finales de la década de los cuarenta la sierra Almijara se estaba llenando de maquis o los hombres de la sierra.

 Los maquis se instalan en los lugares más abruptos e inaccesibles de la Almijara, y poco después siguiéndoles sus pasos, se instalan destacamentos de guardias civiles en varios cortijos de la sierra Almijara, Tejeda y Alhama.