Aunque el trazado original hubo de ser alterado en su parte final, la propuesta alternativa no defraudó en absoluto. El ayuntamiento obsequió una bolsa térmica reciclable de papel resistente a los participantes, y ofreció dulces y batidos fríos a la finalización.
A eso de las ocho de la tarde, se dieron cita, con la idea de disfrutar del recorrido previsto por el club de senderismo Navachica de Jayena para esta ocasión. Las actuaciones de mejora que se encuentran en proceso de ejecución, y que se llevan a cabo por parte de La Junta de Andalucía, sobre las pistas forestales de Bocanina. hacia el paraje del Pino de las Cinco Ramas y Cuesta de las Pulgas. Lugar por donde estaba previsto que transcurriera parte del recorrido, siguiendo el trazado del GR-7, que pasa por la zona, con parajes tan emblemáticos en el municipio como El Pino Cañeras, las fuentes del Especiero, y del Almirez, obligó a la organización a cambiar el trazado final de la ruta, que tuvo su punto de vuelta final en el paraje de Carrabé, en la ribera del arroyo Turillas, a donde llegaron los senderistas tras disfrutar de un avituallamiento en el sitio de Bocanica, al inicio del paraje del Prado del Perro. Lugar antiguo de tránsito, de la vía de comercio de Los Especieros árabes, entre Jayena y Almuñécar, o viceversa, Rastro de sus huellas históricas perviven hoy en varios topónimos de este itinerario. Que, aunque alterado el trazado original, sigue este camino el gran sendero internacional GR-7, solapado en el cordel (vía pecuaria) Del Cortijillo. Dándose entrada así al Parque Natural de Las Sierras de Tejeda Almijara y Alhama, del sendero de gran recorrido GR-7, en este punto del territorio de Jayena, en el denominado Monte de Corzola.
La climatología acompañó el momento, pudiendo realizarse una travesía bastante agradable, donde a pesar del polvoriento caminar, motivado por la contumaz sequía, los senderistas tuvieron oportunidad de disfrutar del verde intenso que con sus cultivos deja ver la generosa vega jayenera, así como las alamedas y mimbreras de la ribera del seco y pedregoso lecho del río Grande de Jayena, tan espléndido y abundante en agua y vida, en otro tiempo no tan lejano. Por supuesto no dejaron de gozar de los frondosos pinares de los que hablara y elogiara Kaulak (Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo) en sus textos, especialmente en los artículos de La Fotografía.
Para el itinerario seguido en la actividad infantil se programó, el ascenso a la Mesa de Jayena, (camino por donde también transcurre el GR-7), donde los participantes, tuvieron ocasión de gozar de una maravillosa panorámica nocturna del casco urbano del municipio de Jayena, así como de gran parte del territorio de la Comarca de Alhama. Sobresaliendo en este emblemático paraje jayenero, los excepcionales atardeceres que desde allí se pueden admirar.
El evento transcurrió sin incidentes, la finalización del acto sucedió como estaba previsto, pasadas las doce de la noche. Los participantes pasaron una tarde noche agradable, el Ayuntamiento obsequió a los participantes, además de con batidos fríos y surtido de dulces para reponer fuerzas, con una bolsa térmica reciclable de papel resistente conmemorativa de la jornada.
Nota Histórica: Hasta Carrabé: El barranco del Arco o Barranco de Los Azules (epilogo de la crónica).
Probablemente y con toda su razón, algunos de los participantes pudieran pensar que la alteración del trazado de la ruta, cuyo título era “Ruta de Los Especieros y La Seda”, le hubiera hecho desviarse en el recorrido histórico, sentido del título acogido para ésta. Y con ello, no contemplar parajes históricos, propios origen y acepción del nombre de la ruta. Ello se puede dar, por cierto, y siendo muy estricto, a medias. Si bien los participantes no pudieron ver el Pino Cañeras, o la Fuente del Especiero, también cabe decir que no hay mal que por bien no venga. Pues en el trazado alternativo se realizó el paso por uno de los parajes, (hoy más olvidado que recordado), de más importancia en lo tocante a la parte de la historia árabe de Jayena. No es otro que el conocido en Jayena como Barranco del Arco, donde se han constatado una abundante cantidad de restos entre otra cerámica, que hacen patente que aquella zona estuvo poblaba desde antiguo por pobladores árabes entre otros. Hoy solo se pueden contemplar, los restos ya prácticamente desaparecidos, de una construcción que los jayeneros conocen como “El Arco”, por ser dicha construcción aparentemente un arco sobre un barranco. Aunque en realidad son los restos de un azud. El nombre que en la cartografía aparece de dicho barranco es Barranco de los Azules. (Aunque localmente se denomine del Arco). Dicha grafía no es más que la degeneración local de la garifa Azud. Por tanto, el barranco de los Azules en Jayena, en realidad es el Barranco de los Azudes originalmente. Lo que lleva a concluir la importancia del lugar en tiempo árabes al menos. Ello lleva a pensar, que la zona probablemente tendría un aspecto muy diferente al actual, con un clima bastante más húmedo. Pero sobre todo que ya en aquel tiempo Jayena contaba posiblemente con un complejo sistema de riego, de azudes, canales, y porque no acueductos, que le permitieron entre otras cosas contar en sus vegas con bastos bosques de moreras, que le permitieron una abundante producción de seda, base acos con toda probabilidad de un próspero comercio. Pero eso son otros temas, y otras historias, que los senderistas también pudieron seguro percibir, en la mágica oscuridad de la noche.
Fotos de Eladia Rus, Isidro Hidalgo y Jesús Pérez
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