El actual regidor de Játar, nacido en Alemania en 1987, es a la vez uno de los socios del bar Los Ángeles.
Tal y como ya publicamos nosotros en su día (ver aquí), IDEAL se hace eco sobre el nuevo alcalde de Játar en su doble condición de primer edil y de no dejar cerrar el único bar de Játar.
Al final del verano saltaron todas las alarmas en Játar y la comarca de Alhama. No era para menos, pues los propietarios del Bar Los Ángeles, muy conocido por sus raciones de choto, Pepe García Hernández, y su hermana Mari Carmen, habían decidido cerrar sus puertas al haber llegado la hora de su jubilación. Ello suponía que este pueblo de 582 habitantes, según el censo de 2023, se quedaba sin un establecimiento donde reunirse y hacer vida social, además de poder saborear las comidas y postres caseros de su cocina. Afortunadamente la incertidumbre apenas duró un mes pues uno de sus empleados y actual alcalde de la localidad, Alexander Leo Van Oepen, de origen alemán, y un jatareño, Miguel Bastida, decidieron que eso no podía suceder por lo que decidieron convertirse en socios y, tras un lavado de cara y alguna que otra obra, abrir de nuevo las puertas el 23 de octubre para vecinos y numerosos visitantes que se acercan, especialmente los fines de semana, procedentes de la provincia granadina y la vecina Málaga.
De esta forma, al hecho de no perder el único bar se suma la singularidad de el uno de los socios sea la máxima autoridad local, Alexander Leo Van Oepen, nacido en Alemania en 1987, conocido familiarmente como ' 'Chani'. Como bien delata su acento a Leo apenas le queda nada de su origen salvo el nombre pues llegó a Játar siendo niño, siguiendo los pasos de su tía que emigró a España. Con 14 años entra en la política activa convirtiéndose en un estrecho colaborador, durante dos décadas, del anterior alcalde socialista, el jatareño Francisco J. Martín Rodríguez, y sucediéndole en el cargo en las pasadas elecciones del 28 de mayo, gracias a que el PSOE obtuvo cuatro concejales frente a los tres populares.
En cuanto a las prioridades tiene muy claro que el futuro de su pueblo pasa por «transformar la economía y fomentar el turismo», mediante la diversificación de la actividad económica más allá de la agricultura. Entre sus principales objetivos está el de convertir a Játar en un destino turístico de referencia, aprovechando su entorno natural, la calidad de sus aguas y apostando por el senderismo, las escapadas rurales o la micología. Játar cuenta con un completo museo micológico en el antiguo depósito del agua, con ejemplares liofilizados por el jatareño, tristemente fallecido, Antonio Trescastro.
23 años de camarero
A ello se añade que Leo y Miguel se han comprometido a conservar la esencia del bar Los Ángeles. Un establecimiento que puso en marcha la familia García Hernández allá por 1957. El padre de Pepe y Mari Carmen, de profesión carpintero decidió cambiar de profesión y abrir este bar restaurante a un paso de la céntrica plaza 'Primero de Mayo'.
Reconocen que «poco a poco, con esfuerzo y dedicación, lograron convertirlo en un referente en la comarca» siendo uno de los principales atractivos sus tapas de choto a las que su madre les daba un toque especial y que atraía una gran clientela, especialmente cazadores de Málaga y Granada que con su boca a boca lo convirtieron en toda una referencia de visita obligatoria. Las circunstancias de la vida han hecho que el 3 de septiembre decidieran que ya era el momento de llevar una vida más descansada, celebrándolo con una emotiva despedida. Es en este momento cuando, el ya alcalde de la localidad y empleado en el bar desde hace 23 años, Leo, decide junto con su socio mantener abiertas sus puertas y dar continuidad a este gran legado. «Después de tantos años trabajando con la familia García Hernández, no podíamos permitir que el bar Los Ángeles cerrara sus puertas. Hemos decidido tomar las riendas y continuar ofreciendo la misma esencia que lo ha caracterizado», manifiesta a sabiendas que, a su experiencia se sumaba la promesa de de ser ayudados en los primeros meses de andadura. Bien que lo han conseguido a juzgar por la dificultad para reservar una mesa los fines de semana.
Un establecimiento que abre toda la semana a excepción de los lunes, por descanso del personal, y que cuenta con una interesante carta para saborear la cocina rural.