Sr. director de Alhama Comunicación: Pasando recientemente unos días de vacaciones en Granada, visitamos con mi marido el bonito pueblo de Alhama de Granada, en el que admiramos los monumentos de su pasado romano y árabe, las calles de su centro histórico y su entorno, pasando unas horas muy agradables.
Quiero, no obstante, hacer patente la sorpresa que nos produjo el hecho de enfrentarnos, nada más entrar en el pueblo, con una gran bandera del régimen anterior, con el escudo franquista en el centro, lo que de una u otra manera nos creó una sensación desagradable que no empañó ni mucho menos la magnífica impresión que nos produjo Alhama, aunque en cierta manera nos disgustó por lo que ello podía prefigurar del ambiente político de aquella bonita localidad. Es evidente que el que la bandera franquista ondeara en una propiedad particular hace que el hecho no represente ninguna ilegalidad al menos hasta el día de hoy, pero no podemos dejar de señalar nuestro desagrado.
Pronto veremos si en una nueva ley que prepara el ministro Gallardón se penalizan o no exhibiciones de este tipo, aunque es difícil. España es, en este sentido, un caso aparte en Europa. ¿Se imaginan, por ejemplo, que al entrar en una localidad alemana se encontraran con una gran bandera nazi? En nuestro país existe una Ley de Memoria Histórica que prohíbe la exhibición en lugares públicos de símbolos del régimen anterior, a pesar de lo cual en muchas localidades, calles y plazas llevan el nombre de destacados fascistas, están en pie aún monumentos conmemorativos, perviven símbolos del franquismo, etc. Habría que hacer cumplir la ley. Y, a nuestro entender, es de desear que, sea en lugares públicos o privados, no se exhiban los símbolos de una dictadura de infausto recuerdo. En este sentido esperamos que cuando volvamos a Alhama de Granada, como es nuestro deseo, no nos encontremos al entrar en ella con un símbolo fascista.
Atentamente, Antonia Moreno desde Barcelona.