Voces que nos habitan

La historia del doblaje en España y el arte de dar alma sin rostro.

 Continúan las circunstancias personales y familiares que me obligan a no poder dedicar mucho tiempo al teclado pero, mientras se resuelven, espero que de la manera más satisfactoria posible, no quiero dejar La Otra  Mirada abandonada. Desde la primera publicada el 12 de junio de 2010 han pasado casi 15 años, le faltan días, y es mucho el cariño que le tengo a Alhama Comunicación y  la  mirada como para abandonarla, ni siquiera por un tiempo.

 Esa es la razón de que la firma invitada de la semana pasada Mónica Amigo Andrade sea la de esta semana y, también la razón de que haya decidido darle el estatus de firma colaboradora. Mientras ella lo tenga a bien continuará publicando lo que quiera sobre lo que quiera, convencido como estoy de que siempre será un tema de interés y muy bien escrito.

 Esta semana opina y comenta sobre una cuestión que  a los amantes del cine nos interesa siempre y que genera polémica: Versión original subtitulada o interpretada por actores de doblaje.

Voces que nos habitan

La historia del doblaje en España y el arte de dar alma sin rostro.

 Hay voces que no necesitan un rostro para grabarse en nuestra memoria. Voces que nos acompañaron en nuestra infancia, nos estremecieron en salas oscuras, nos enseñaron a amar el cine y la ficción. Este artículo es un homenaje a esos héroes invisibles que con su talento han sido parte de nuestras vidas, aunque nunca los viéramos en pantalla.

 Durante años, ha circulado un bulo persistente: que el doblaje al castellano fue un invento del franquismo. La realidad es mucho más compleja, y está profundamente arraigada en los inicios del cine sonoro, antes incluso de que Franco llegara al poder. 

 La industria del cine empezó a experimentar con el doblaje en los años 30, cuando las películas mudas dieron paso al cine sonoro. En un mundo sin internet, con altos niveles de analfabetismo y con fronteras idiomáticas muy marcadas, el doblaje fue una herramienta imprescindible para la internacionalización del cine.

Es falso que el doblaje al castellano naciera durante el franquismo

 Es falso que el doblaje al castellano naciera durante el franquismo. El primer doblaje en español no se hizo en España, sino en París. En 1931, la Paramount Pictures creó estudios de doblaje en Joinville-le-Pont (Francia) para adaptar sus producciones al creciente mercado hispanohablante. Entre las primeras películas dobladas al castellano estuvieron El doctor Frankenstein, The Love Parade y Drácula, dobladas allí antes de que Franco siquiera tuviese poder.

 Los inventores del sistema que permitió doblar películas separando imagen y sonido fueron los ingenieros Joseph Tykociner (de origen polaco) y Ludwig Blattner (de origen estadounidense). Sin ese avance, el doblaje no habría sido técnicamente posible.

 En Estados Unidos, antes del doblaje, se llegó a rodar versiones paralelas de una misma película con actores latinos, como ocurrió con la versión española de Drácula en 1931, pero este modelo resultaba caro y poco efectivo. El doblaje ofrecía una solución más rentable y versátil.

A menudo se olvida que el doblaje no fue una práctica exclusiva de España

 A menudo se olvida que el doblaje no fue una práctica exclusiva de España. Alemania, Italia, Francia, y muchos otros países europeos, adoptaron esta técnica en los mismos años, también por motivos comerciales y logísticos. Las grandes compañías cinematográficas americanas no querían perder el vasto mercado internacional y entendieron que traducir las películas mediante doblaje o subtítulos era fundamental para mantener sus ingresos en el extranjero.

 En un intento inicial, como dijimos, incluso se llegaron a rodar varias versiones de una misma película con distintos actores según el idioma. Por ejemplo, en Estados Unidos, la Universal llegó a grabar versiones paralelas de películas con actores latinos (generalmente cubanos, mexicanos o españoles emigrados). Sin embargo, esto resultó costoso, lento y artísticamente irregular, ya que no siempre se contaba con el mismo presupuesto ni talento actoral. El doblaje se impuso como solución eficiente, versátil y mucho más rentable.

 Es cierto que el franquismo usó el doblaje como instrumento de censura ideológica, adaptando textos y cambiando palabras para eliminar cualquier contenido político, sexual o disidente. Pero no lo inventó. Se aprovechó de una herramienta técnica que ya existía y la instrumentalizó, como hacía con todo. Pero no fue una práctica exclusiva. En Italia, Alemania y la URSS se ejerció el mismo tipo de control. En Estados Unidos, muchas películas extranjeras fueron censuradas o directamente vetadas.

En España, el doblaje fue obligatorio desde 1941

 En España, el doblaje fue obligatorio desde 1941. Se usó para cambiar diálogos que pudieran «corromper la moral» y eliminar toda referencia contraria al régimen. Sin embargo, gracias al talento de los actores de doblaje y de traductores comprometidos, muchas películas conservaron su esencia o incluso ganaron capas de profundidad.

 El doblaje no es solo una técnica. Es una interpretación completa. Exige dominio actoral, interpretativo, sincronía, matiz emocional y comprensión del subtexto original. Los actores de doblaje no solo reproducen palabras: transmiten emociones.

 Las grandes productoras (Disney, Warner, Universal...) entendieron que el público mundial necesitaba identificarse con las voces, por eso cuidaron los castings en cada país. El doblaje se convirtió en puente cultural, no en barrera.

 El doblaje es una disciplina artística y técnica que exige tanto o más que la interpretación original. No se trata solo de traducir. Se trata de adaptar, sincronizar, interpretar emociones, y mantener la coherencia dramática y narrativa. Muchos actores y actrices de doblaje han sido las voces de nuestra infancia y de nuestras películas favoritas, aunque sigan siendo grandes desconocidos.

Estas voces son tan nuestras como las originales

 ¿Quién no recuerda la voz de Constantino Romero como Darth Vader, Mufasa o el agente Smith? ¿O a Pepe Mediavilla dando vida a Gandalf y Morgan Freeman? ¿A María Luisa Solá como Glenn Close, Ellen Ripley o a Nuria Mediavilla como Julia Roberts?

 Estas voces son tan nuestras como las originales. Si cierras los ojos, no escuchas a James Earl Jones. Escuchas a Constantino. Y eso no es un defecto, es una muestra del talento del doblaje español.

 Para explorar este patrimonio puedes visitar la web eldoblaje.com, https://www.eldoblaje.com/home/ donde encontrarás grabaciones, fichas y trayectorias de cientos de profesionales que han marcado generaciones.

 Con la globalización, las plataformas y el auge de la VOSE, el doblaje ha evolucionado. Se ha tecnificado, digitalizado y profesionalizado aún más. Se cuida la fidelidad al original, se reducen los errores de sincronía y se adaptan localismos sin caer en ridículos.

 Los actores actuales enfrentan una gran presión: jornadas limitadas, sincronía extrema y exigencias de calidad para competir con la versión original. Y lo logran, sin perder alma.

Muchas generaciones descubrieron el cine gracias a esas voces

 El doblaje ha permitido que personas mayores, niños, personas con dificultades visuales o lectoras, o que simplemente no dominan idiomas extranjeros, accedan al cine y la televisión sin perder la riqueza emocional del guion.

 Muchas generaciones descubrieron el cine gracias a esas voces. Forman parte de nuestra memoria colectiva, de nuestra educación emocional y de nuestros referentes culturales.

 Hay quienes afirman que solo ven cine en VO "para apreciar la interpretación original". Es un argumento válido... si realmente comprendes el idioma. Pero si ves la película con subtítulos porque no entiendes el idioma, estás dependiendo de otra traducción igual que el doblaje, con la diferencia de que los subtítulos no transmiten tono, ironía o emoción.

 Apoyar el doblaje no es oponerse a la VO. Es reconocer que el doblaje bien hecho es una forma de arte. Y despreciarlo sin argumentos es repetir bulos elitistas y profundamente injustos con profesionales que entregan su voz, y su vida, a la interpretación.

 Esta gente tiende a olvidar que durante el auge del cine español, muchos galanes y actrices eran doblados a pesar de estar en el mismo idioma porque no sabían modular, tenían una dicción deficiente o simplemente no sabían actuar. El doblaje salvaba a muchas películas del desastre.

Algunos testimonios de estos actores de doblaje son los siguientes:
José Luis Gil (voz de Buzz Lightyear): "Darle voz a un personaje es como interpretarlo desde las entrañas. No puedes fingir. Tienes que vivirlo."
María Luisa Solá (voz de Meryl Streep): "No somos imitadores. Somos intérpretes. Llevamos la emoción desde un idioma a otro, sin traicionar la esencia."
Pepe Mediavilla (voz de Morgan Freeman): "A veces me dicen que mi voz suena más profunda que la original. No me lo creo. Solo intento ser honesto con lo que transmite."

 Fuente: documental Voces en imágenes y entrevistas en eldoblaje.com

 Y todos recordamos cómo Sigourney Weaver dedicó unas emotivas palabras de agradecimiento a María Luisa Solá en la gala de los Premios Goya 2024, mencionando a su actriz de doblaje en la versión española de más de 30 películas, incluyendo “Alien”. Solá, quien ha doblado a Weaver desde el inicio de su carrera, fue reconocida por su excelente trabajo y la actriz estadounidense la elogió por su interpretación y la importancia de su labor en el doblaje. 

A los héroes sin rostro

 A quienes han habitado nuestros sueños, nuestras infancias, nuestras emociones más íntimas... con solo una voz.
 A quienes murieron sin que el público supiera su cara, pero que nos dejaron marcados para siempre con cada sílaba.

Gracias por enseñarnos que, a veces, no hace falta ver para sentir.

Firma colaboradora: Mónica Amigo Andrade.

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