Dios, al sobrevolar el Llano no lo dudó y de inmediato, dispuso aquí su corte, a la vez que lo declaraba como Paraíso Terrenal, donde ubicaría para su disfrute, a la primera pareja humana: Adán y Eva.
Cuenta una antigua leyenda, que alguna vez de pequeño, tuve la suerte de escuchar, de los más viejos y sabios del Llano y de la que existen rumores de que no era sólo oral, sino que estaría escrita en unos antiquísimos royos de papiro, que se perdieron hace cientos, o miles de años, posiblemente sepultados en alguna cueva, (algún rumor apunta, a la Cueva de la Paja) y que cuenta, digo, que cuando Dios hizo el mundo, en cuya obra aunque dice la Biblia que invirtió siete días, puede que fueran muchísimos más, pues ese dato parece que sería sólo simbólico.
El caso es, que, según esta leyenda, la terminaría en lo que hoy serían los primeros días de julio, es decir, en plena canícula. Culminada su obra, Dios se dio una vuelta por el mundo buscando el paraje más idílico que hubiera surgido de su Creación y al mismo tiempo, disfrutara de un verano fresco que, liberándolo del agobiante calor, le permitiera descansar unos días de la magna tarea.
Al sobrevolar el Llano no lo dudó y de inmediato, dispuso aquí su corte, a la vez que lo declaraba como Paraíso Terrenal
Al sobrevolar el Llano no lo dudó y de inmediato, dispuso aquí su corte, a la vez que lo declaraba como Paraíso Terrenal, donde ubicaría para su disfrute, a la primera pareja humana: Adán y Eva, pues no hay que olvidar que los hizo a su imagen y semejanza.
Es notorio, que el paisaje ya entonces sería paradisiaco: un valle cerrado cubierto de bosque, en toda su superficie, rodeado de altas montañas nevadas y surcado de este a oeste, por un río cristalino, con numerosas fuentes a lo largo de las faldas de sus sierras.
Es cierto que en invierno podría resultar un poco frío, por lo que Dios dispuso un remedio para ello: llamando a algunos dioses menores, Zeus, Hércules, Cronos…, les mandó abrir un ancho paso hacia el sur templado, y extender el Paraíso por una amplia zona de recreo, que les permitiera hibernar cómodamente. Al mismo tiempo, rebajaron paulatinamente el terreno colindante al Llano, hasta llegar al mar. Es lo que hoy conocemos como el paso del Boquete de Zafarraya y el bellísimo y profundo valle de la Axarquía.
No lo aclara la leyenda, pero quiero añadirlo yo, que lo que hoy conocemos como cueva del Boquete, o cueva del hombre de Zafarraya, pudiera ser la residencia de invierno de Adán y Eva y que la mandíbula encontrada, no fuera de ningún hombre de Neanderthal, sino del mismísimo Adán o algún descendiente cercano.
Quizás, por su exquisita sensibilidad, cultura superior y elevado nivel de civilización, fueron los árabes, (y concretamente los nazaríes) los que mejor intuyeron las semejanzas del Llano
Aclarado esto, quiero pasar a enumerar las coincidencias y evocaciones, que nombres y parajes en el Llano (gentilicios y patronímicos) nos pueden llevar a identificar el Llano, de forma dubitativa, con el Paraíso Terrenal. El mismo nombre del Llano y su significado, que tanto ha evolucionado a lo largo de los siglos y de acuerdo con los pueblos que en él se asentaron (iberos del Algar, fenicios, griegos, romanos, cartagineses, visigodos, bizantinos, árabes, berberiscos,). Quizás, por su exquisita sensibilidad, cultura superior y elevado nivel de civilización, fueron los árabes, (y concretamente los nazaríes) los que mejor intuyeron las semejanzas del Llano, con un Paraíso en la Tierra. Porque el nombre, (y su traducción es literal aún hoy) que se le impuso, fue, el de Fhas al Raiyya, que literalmente significa, “campo, campiña o jardín de Rayya” o “Jardín de la Tierra de Málaga”, y libremente entendido, “Paraíso Terrenal”, al que el gran poeta nazarí Inb Zhanrak, llamado “el poeta de la Alhambra”, que, en viaje por la zona con el sultán nazarí, Mohamed V, dedicará estos versos al paraje que él denominaba en su escrito como, Campiña de Rayya o “Jardín de Rayya”:
“Aguas, pastos y aires bastos,
a los que humedecen con su alentó
perfumado, de la brisa…”.
Estos versos, supuesto que estaba considerado como “el poeta de la Alhambra”, es muy posible que estén grabados en sus muros.
También tendría reminiscencias de frontera, pues los toponímicos de la zona, Puerto del Boquete, a la entrada del Llano, o “Las Puertas” a la entrada de la Axarquía, que siendo consecuentes con la leyenda, sería, «límite del Paraíso», también frontera, que es lo que ha sido el paso del Boquete a lo largo de milenios. Por cierto, la primera frontera, la describe el Génesis, situando a un ángel con espada llameante, guardando los límites del Paraíso. (¿Estaría ese ángel en el Boquete?) Sería lo lógico, pues esa era la verdadera frontera del Paraíso).
Fueron después, los castellanos, menos sensibles y más rudos y toscos, los que interpretaron el nombre como Fhas- al - rai - y -ya, traducido como «Campo de Pastores» por Enríquez de la Jorquera, simplemente porque en su tiempo, pastaban miles de cabezas de ganado en los bosques del Llano.
...parajes y núcleos urbanos del Llano, también evocan esa realidad legendaria de «Residencia de la Corte Celestial»
Los nombres de lugares, parajes y núcleos urbanos del Llano, también evocan esa realidad legendaria de «Residencia de la Corte Celestial». Así, Calar del Rey, que es el genuino nombre de lo que hoy conocemos como Zafarraya, que como núcleo urbano mayor y preferente, sería, Calar de Dios, (lo de rey, sería una deformación, por evolución), lugar donde tendría su asiento, la corte divina. Ventas de Zafarraya, que serían una serie de paradores turísticos, villas y residencias de descanso, para invitados en la zona, y embajadores extranjeros en la corte celestial, como indica su antiquísima denominación árabe nazarí de: “Al Manzil de Fhas al Raiyya”, o “Parador de la Campiña de Rayya”. Qué reminiscencias si no, nos trae el vocablo de «Las Delicias» sino el aplicado a los visitantes, ¿para que quedaran encantados en su visita? Pilas de Algaida, que serían unas instalaciones termales, en la «Algaida», literal, «donde empieza el bosque». El Rincón de la Reina, que sería, ni más ni menos que la residencia de verano de la diosa Madre, y El Almendral, que sugiere las residencias lúdicas y festivas, donde los dioses menores, celebraban sus orgías y bacanales, allá en la cálida y sensual solana de la sierra. Así como otros sitios o enclaves menores, como “El Pozo del Consejo” donde de reuniría el Consejo de los dioses, la “Laguna de Lucena”, laguna de purificación sin duda alguna, pues la etimología de Lucena, “Elí Ossana”, es la de “Dios nos Salva”; El Charcón, que sería el lago de recreo de la zona tur8stica y de descanso de “Al Manzil”, o Garaña, deformado, “Garaña o Jarana”, zona de fiestas y jaraneo.
Todo esto fue así, como se deduce de la vieja leyenda y por tanto, el único ente, que puede autoproclamarse como «Zafarraya», «Fhas al Rayya», o «Jardín del Paraíso” sería el Llano en su conjunto. Los demás topónimos y patronímicos, serían derivados del primero: Boquete de Zafarraya, Ventas de Zafarraya, Puerto de Zafarraya etc.
La denominación de Zafarraya, como nombre del pueblo, es algo, mucho más reciente y que, efectivamente, como alguien comentó alguna vez, se debe más al oportunismo de una corporación o alcalde egoísta que se quiso aprovechar de la marca «Zafarraya» para beneficio propio. (¿Conocería este hombre, la leyenda que hoy nos trae?).
Las Chozas, denominación que no figura en los anales del pueblo
Calar del Rey es mucho más ancestral, que lo que lleva el núcleo urbano, como pueblo, villa, municipio o ayuntamiento. ¿Suena mejor y más lógico, Calar del Rey del Llano de Zafarraya, que Llano de Zafarraya de «Zafarraya»?
De la misma forma, que nunca fue Chozas del Rey, o Las Chozas, denominación que no figura en los anales del pueblo.
Aprovechando la leyenda, imagino en mi subconsciente una leyenda, que seguro harán realidad mis nietos y vuestros nietos, dentro de unas décadas, pocas, en la que los cuatro núcleos de población del Llano, sabrán unificar sus destinos, creando un sólo municipio, el de el de “El Llano de Zafarraya”, con un sólo Ayuntamiento, formado por los pueblos de: Calar del Rey, El Almendral, Las Ventas y Pilas de Algaida, donde desaparecerán todas las susceptibilidades y malentendidos históricos entre nuestros pueblos y podamos emprender juntos una nueva senda de progreso paz y armonía.
Me atrevo a sugerir como marca y eslogan de nuestro unificado municipio este mensaje: “El Llano de Zafarraya, El Jardín del Paraíso”.
Juanmiguel. Zafarraya.