"El día que desaparezcan las máscaras aquí en Alhama desaparece el carnaval"
Imágenes superiores: Pepe Navarro ataviado de don Quijote (1980), y de bailaora.
Es el mascarón más veterano y asiduo pues en medio siglo sólo ha faltado el año en el que falleció su madre
14/02/2007.- El alhameño, Pepe Navarro, lleva el carnaval en la sangre. Este profesor jubilado, buen amante del campo y de la caza, disfruta como nadie de su fiesta preferida. Comenzó a vivirlo con 12 ó 13 años y nunca ha querido faltar a su cita. Lo hizo solamente hace 26 años con motivo del fallecimiento de su madre. Se alegra al hacer un breve recorrido por su vivencias carnavaleras cuando ALHAMA COMUNICACIÓN se pone en contacto con él para conocer algunas de sus experiencias.
De los carnavales de la dictadura...
"Lo menos 50 años llevo celebrando el Carnaval" quien esto afirma es José Luís Navarro Sánchez, Pepe Navarro, para los jameños. Sus primeros recuerdos son "del tiempo de la prohibición", años de la dictadura franquista en los que disfrazarse estaba penalizado y perseguido pese a lo que los califica como "los mejores años". Antes y ahora siempre ha tenido preferencia por los disfraces "ligerillos de ropa". De esos primeras vivencias recuerda con cariño a otros tres amantes de las máscaras "pues éramos los únicos Juan Castro Valladares, "El Coronel" (q.e.p.d), Arturo, hijo del director del Banco Central, y yo". Y, sobre todo, recuerda cómo tenían que salir pitando cuando veían a los civiles o a los municipales.
Así mismo, cuenta que los últimos años del franquismo trajo la desaparecieron de las murgas y comparsas y que sólo quedaron "algunas máscaras pelás y mondás".
A los primeros caranvales democráticos
De principios de los 80 es la foto de don Quijote que ilustra este reportaje y corresponde al primer carnaval de la democracia celebrado en la plaza del Rey, en el barrio de la Joya. "Ese año hubo premios a las máscaras, que lo dio un jurado compuesto por mucha gente, entre ellos Marín", recuerda al tiempo que señala que ha estado ajeno a los homenajes que desde el ayuntamiento se ha estado brindando en los últimos años a aquellas personas que han dado esplendor y alegría a la fiesta por antonomasia de los alhameños. No concibe una fiesta carnavalera sin la típica máscara "vestida", que no disfrazada con traje comprado, con ropas viejas o trajes elaborados por uno mismo. Por eso apostilla "el día que desaparezcan las máscaras aquí en Alhama desparece el carnaval"
Pero no todo es malo. En su opinión los nuevos carnavales tienen aspectos positivos y negativos. Como positivo manifiesta el ambiente recuperado, en tanto que como negativo indica que el ayuntamiento no ha sabido darle el toque que debe tener la máscara, que considera "las tiene bastante olvidás". Por ello recomienda que la labor que se puede hacer desde los centros educativos es fundamental. "Hay que incentivarlo en las escuelas, -afirma- pero la máscara no el concurso de disfraces".
Él, mascarón típico jameño, lo tiene muy claro y por eso nunca tiene problemas con el traje pues se aprovechan estos cuatro días para cambiar de roles: el hombre se viste de mujer y la mujer de hombre. "Siempre ha sido la tendencia, los primeros pantalones que se han puesto muchas mujeres ha sido en el carnaval, y el hombre lo opuesto", aclara.
Normalmente siempre ha ido solo comenzando por las Cuatro Esquinas y terminando en la Joya, recorriendo todos los rincones y sin fallar ni un solo bar, aunque en los últimos años "han encartado con algunos amigos".
Preparado para el carnaval 2007
Ya tiene pensado con qué se "vestirá" en el carnaval 2007. Todo es secreto. Sólo informa que recogerá de los propios baúles y si es necesario recurrirá a los de los amigos y vecinos.
Como buen conocedor de esta fiesta de invierno para concluir le pedimos un consejo. "Que no se preocupen por los trajes de los carnavales de por ahí fuera, que se pongan lo que encarte y represente cada uno lo que quiera. Eso es lo importante". Pues ya lo sabéis jameños y visitantes foráneos.
Otras imágenes extraídas del álbum carnavalero de Pepe Navarro