Escaso ambiente en el inicio que fue mejorando a primera hora de la tarde, concentrándose todo prácticamente en el centro de la ciudad.
Ambiente festivo y festero, pero escasamente carnavalero
Eso fue lo que se encontraron quienes al Paseo del cisne se llegaron a disfrutar de nuestro Carnaval de Alhama.
Con el pasacalles de los componentes de “Manos a la obra”, los más jóvenes de los presentes, estudiantes del IES Alhama, “Los que faltaban” y “El Pitorreo”, decanos del Carnaval alhameño, comenzaron los prolegómenos del evento., transcurrió como viene siendo habitual por “Las calles bajas” y llegados de allí se instalaron en el recinto carnavalesco a esperar el pregón.
Que este año estuvo a cargo de Nicolás Cubo, encargado de recordar su pasado como comparsista, desde que con apenas doce años viviera su primer carnaval, y tal vez uno de los primeros de la democracia, allá por el año ochenta del siglo veinte.
Contó su absoluta fascinación por ese espectáculo realizado en remolques de tractor a falta de escenario en el que evolucionar. Llovía y uno de los músicos, Juan el Sacristán le pidió que subiese al escenario a tapar con su paraguas su acordeón. Ese fue el primer contacto, Domingo de Piñata de 1980, al que siguieron una larga trayectoria de 38 años como comparsita en “La cueva” y “El Pitorreo”.
Emocionado recuerdo tuvo también para todos aquellos que vivieron el carnaval y ahora están ausentes. Pero se repuso de la emoción para recordarnos a todos que el Carnaval es una fiesta que necesita la activa participación de todos los alhameños, cuya colaboración con máscaras, disfraces, artefactos y todo lo que el ingenio sepa añadir son necesarios para que sea posible disfrutar del auténtico Carnaval de Alhama.
No quiso despedirse sin recordar que la libertad del carnaval no está exenta de conservar formas y decoro a la hora de escribir “letras graciosas, y sencillas” que puedan aprender y cantar nuestros niños.
Concluyó, literalmente dando el pistoletazo de salida a este Carnaval de Alhama de 2018 con un disparo de una pistola, suponemos que, de juguete, pero sonar, sonó.
Dada la señal cogió la trompeta y él y todos los componentes de las agrupaciones carnavalearas presentes tocaron el Carnaval, Carnaval.