La nieve también puede ser aprovechada por deportes con los que parece incompatible, o al menos no nos tiene acostumbrados.
Y así lo pensaron padre e hijo, él, Antonio, maestro de kárate, ya nos tiene acostumbrados a sorprendernos con sus técnicas de entrenamiento y profesionalidad. Lo mismo coge a sus alumnos y se van a practicar en la playa, hudiendo los pies en la arena acariciados por las olas mientras reciben el aliento de la brisa y el sol, que, como ocurrió en la nevada del pasado viernes, 4 de marzo, descalzos sobre la nieve, y bajo la concentración de la armonía con los elementos, ponen en práctica precisamente sus capacidades de adaptación.
Kevin, por su parte, aprendiz aventajado, y con el maestro en casa, se deja llevar, todo es aprender de quien puede enseñarle a afrontar el deporte y la vida, dentro de un entrenamiento para el que no se ponen límites. Tal vez por eso sea fácil verlo en campeonatos de diversos tipos, provinciales, regionales y nacionales.
Dice Antonio Mateo, “Se puede pasar un rato de frío, pero los karatekas disfrutamos de todas las estaciones”.
... y también en la playa.